Una vida a contrapelo
John Z. de Lorean ha sido siempre un hombre cuya vida parec¨ªa cortada a contrapelo. Cuando la presidencia de la General Motors se presentaba al alcance de su mano en 1973, dimiti¨® de la compa?¨ªa y mont¨® su propia sociedad de coches deportivos.Cuando, seg¨²n todas las apariencias, su vida social parec¨ªa haber alcanzado la meta que se fij¨® -amigos famosos, tres lujosas casas y una bella cover-girl como esposa-, fue detenido por el FBI bajo la acusaci¨®n de ser el principal responsable de una venta de millones de d¨®lares en coca¨ªna.
Y el jueves, despu¨¦s de un juicio en el que los fiscales federales presentaron lo que calificaron de poderosas pruebas, incluidas grabaciones de v¨ªdeo de la transacci¨®n de la coca¨ªna, el jurado le encuentra inocente de todas las acusaciones.
De suaves maneras, pero astuto, De Lorean, 59 a?os, 1,93 de estatura, ha hecho siempre las cosas a su manera y siempre con el estilo y la desenvoltura que ha atra¨ªdo hacia ¨¦l la clase de atenci¨®n p¨²blica que ni los m¨¢s ricos hombres de negocios pueden comprar.
Cuando era el ni?o mimado de la General Motors, llevaba largas patillas que violaban el c¨®digo no escrito de la compa?¨ªa, reprend¨ªa a sus superiores y, en el segundo de sus tres matrimonios, llev¨® como testigo al presidente de la competidora Ford. Le gustaban las carreras de coches, esculp¨ªa, interpretaba jazz al saxof¨®n y sobreviv¨ªa a s¨®lo cuatro horas de sue?o por las noches.
No obstante, era tambi¨¦n un audaz y juicioso hombre de negocios, as¨ª como un brillante ingeniero que pose¨ªa 200 patentes y que previ¨® un giro en las preferencias norteamericanas hacia coches m¨¢s peque?os y deportivos.
Para alguien que iba a estar identificado con la industria del autom¨®vil, John Zachary de Lorean tuvo un comienzo muy propicio. Su padre era un trabajador de la Ford y ¨¦l se cri¨® en un barrio de la parte este de la ciudad de Detroit
Aunque pas¨® mucho tiempo en Los Ange les, cuando sus padres se divorciaron, De Lorean regres¨® a Detroit para estudiar en el Instituto Lawrence de Tecnolog¨ªa, donde concentr¨® sus esfuerzos en la ingenier¨ªa mec¨¢nica. En 1948 se gradu¨® y posteriormente consigui¨® un master (especie de doctorado) en ingenier¨ªa en el Instituto Chrysler y otro en comercio en la universidad de Michigan.
A los 24 a?os entr¨® como ingeniero de plantilla en la Chrysler. Con ambici¨®n, perspicacia y una buena, vista para las opciones no convencionales que podr¨ªan tener ¨¦xito, De Lorean se convitti¨® en 1972, a la edad de 48 a?os, en el vicepresidente de la General Motors, la m¨¢s grande -Compa?¨ªa de autom¨®viles del pa¨ªs.
Un viejo sue?o
Cuando parec¨ªa destinado a ser el presidente de la compa?¨ªa, antes de un a?o dej¨® la General Motors. De Lorean afirm¨® que fue a causa de la oposici¨®n que hab¨ªa suscitado su heterodoxa forma de concebir los negocios. Oficialmente, la General Motors explic¨® que hab¨ªa dimitido, pero ciertas personas del medio afirmaron que hab¨ªa sido destituido. De Lorean plasm¨® sus cr¨ªticas hacia la compan¨ªa en un libro titulado En un d¨ªa despejado se puede ver la Genera! Motors que, a pesar de sus objeciones, fue publicado por su coautor.Despu¨¦s de su marcha, De Lorean se convirti¨® en el voluntarioso presidente de la Alianza Nacional de Empresarios, desde donde intent¨® encontrar empleo para los trabajadores de las minor¨ªas. Aquel esfuerzo dur¨® un a?o antes de que De Lorean comenzase a cumplir un viejo sue?o: fundar una compa?¨ªa de autom¨®viles que fabricase su propio coche. El auto en cuesti¨®n era un aerodin¨¢mico deportivo conocido por el nombre de su creador y fue producido en la filial brit¨¢nica de la compa?¨ªa De Lorean, establecida en 1978 con financiaci¨®n del Gobierno de Londres.
La factor¨ªa se inaugur¨® en Dunmurry, norte de Irlanda, en febrero de 1981. Pero la venta de coches sufri¨® una fuerte ca¨ªda en Estados Unidos, el pa¨ªs que ¨¦l preve¨ªa como primer mercado para sus coches deportivos. La compa?¨ªa sufri¨® dificultades financieras y fue objeto de una investigaci¨®n gubernamental bajo la acusaci¨®n de irregularidades financieras. En dicha investigaci¨®n no se encontraron pruebas de conducta criminal.
Al tiempo que la situaci¨®n de la compa?¨ªa empeoraba, los brit¨¢nicos requirieron a De Lorean para que hiciera frente a algunas obligaciones financieras. Despu¨¦s de sucesivas extensiones de los plazos, Londres anunci¨®, el 19 de octubre de 1982, que la factor¨ªa ser¨ªa cerrada. El mismo d¨ªa, De Lorean era detenido en Los Angeles. Los fiscales federales adujeron que fueron las dificultades financieras las que impulsaron a De Lorean a intentar el asunto de la coca¨ªna.
Al mes siguiente, la compa?¨ªa madre en Estados Unidos, la De Lorean Motor Company, fue sometida a una reorganizaci¨®n en virtud del cap¨ªtulo 11 del c¨®digo federal para quiebras. Un comit¨¦ que agrupa a unos 600 acreedores reconocidos sostiene que De Lorean desvi¨® varios millones de d¨®lares de fondos de la compa?¨ªa a una cuenta en un banco suizo y ha presentado demandas contra ¨¦l por valor de millones de d¨®lares. De Lorean ha rechado tales acusaciones. Hasta el momento no se ha fijado la fecha para el proceso judicial de quiebra.
A pesar de su fama y su notoriedad, De Lorean se ha aferrado a un cierto papel de inconformista. Amigos suyos se?alan que nunca se preocup¨® mucho de cumplir con los usos sociales y que se siente inc¨®modo en las tertulias de las cenas de sociedad. Tambi¨¦n dicen que, antes del juicio, pasaba la mayor parte de su tiempo dedicado a su trabajo y su familia. Cuando se encuentra en Nueva York en domingo, a?aden sus amigos, lo que hace es llevar a sus hijos a la catedral de San Patricio.
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