La elipse
13 Lunes,Cena con Adolfo Marsillach, Guti¨¦rrez Arag¨®n, Haro y Conchita. Les llevo a La venta del gato (Alcobendas), porque andan como un poco perdidos por la noche madrile?a. Ante la reciente y lamentable puesta de Las Troyanas, en el templo de Debod, se lo digo a, Adolfo: "T¨² eres el ¨²nico que ha entendido a los griegos, con tu S¨®crates: unos cubos blancos, una s¨¢bana y la palabra estremecedora y memorable del fil¨®sofo, quiz¨¢ la m¨¢s fosforescente que haya cruzado la Historia". El pastiche con colgajos y artiller¨ªa prestada por las Fuerzas Armadas es tan lamentable como- aquellas cosas que hac¨ªan en M¨¦rida entre Franco y Pem¨¢n. Los griegos quer¨ªan reducirse a concepto, y no expandirse en carpa municipal. Guti¨¦rrez Arag¨®n se ha quedado en Madrid a montar La noche m¨¢s hermosa, pel¨ªcula que ha hecho con Bib¨ª Andersen. "Lo que yo no pod¨ªa sospechar es que una criatura tan grande tuviera sentido del humor. Pero en seguida le sale la gracia golfa y andaluza de M¨¢laga". "O sea, que habla como Llovet" le digo, en recuerdo de mi admirado escr¨ªtor, a quien tantas culturas no han matado el acento. O como Alc¨¢ntara. En cuanto acabe el montaje, lleva la cinta al festival de San Sebasti¨¢n, festival que ha perdido incluso burocr¨¢ticarnew te la categor¨ªa A que tuvo. Al genial y veterano Willy Wilder le han ofrecido presidir San Sebasti¨¢n: "?Pero tan viejo me encuentran ustedes, y tan acabado?". Me recuerda lo de Proust, cuando quiere destruir a un personaje: "Ya s¨®lo sale con grandes de Espa?a". A la vuelta de San Sebasti¨¢n, MGA estrena su filme en el Paz: "As¨ª nos evitamos que lo vea Umbral antes de tiempo". Est¨¢ mimos¨®n y no olvida lo que escrib¨ª, antes que nadie, sobre contra su oso feroz. Parece convencido de que yo me cargu¨¦ aquel filme. Si uno- tuviera tanto poder period¨ªstico, ni siquiera escribir¨ªa uno en los peri¨®dicos, Manolo, amor.
15 mi¨¦rcoles
Trabajo en mi Diccionario in¨²til, ya contratado, cobrado y gastado. Siempre ha sostenido uno que la inspiraci¨®n es el encargo. Termino mi pr¨®logo para una edici¨®n monstruo de la Mazurca de CJC, que es el mero y puro discurso literario gener¨¢ndose y devor¨¢ndose a s¨ª.mismo, cosa que tampoco han visto los cr¨ªticos y profesores reexpedidos del exilio voluntario e incruento, energ¨²menos blandos de las terceritas (pero no de tercera clase, please). Paella pornol¨®gica en Recoletos a las 12 de la noche. Convoca Arturo Pardos. Planeo mi libro El fetichismo (otro gustoso encargo) y finalizo la F¨¢bula del falo. Espero encontrar, en la vida de prisa de la season,talma para ir escribiendo mis Memorias de un hijo del siglo, quiz¨¢ mi ¨²ltimo 1ibro gordo. Y preparo asimismo la edici¨®n en libro de Mis queridos monstruos.
17viernes .
Hay una tradici¨®n escatol¨®gica y chistosa, nacional, que arranca de Quevedo para quienes no han le¨ªdo a Don Paco el Cojo. Funcionarios sin Torre de Juan Abad, abades sin funci¨®n, torres humanas de panfilismo mu?en a diario la tradici¨®n oral y reciente. de los chistes con Fernando Mor¨¢n. ?Alguno de ellos ha le¨ªdo su gran ensayo Novela y subdesarrollo, de los setenta? El d¨ªa que me llegue una cr¨ªtica en chiste sobre ese libro comprender¨¦ que el manadero f¨¦tido y reaccionario de los chistes / Mor¨¢n no nace del alba?al aislado, eterno y espa?ol de cierto funcionariado (privado o p¨²blico) ocioso y prefascista Han reducido el cambio a un se?or y han reducido ese se?or a una vi?eta. Con estos reduccionismos vivimos todos m¨¢s tranquilos y el paso del socialismo por Espa?a no habr¨¢ sido m¨¢s que una nota de pie de p¨¢gina en los fasc¨ªculos hist¨®ricos del futuro. No invoquemos a Freud y Bergson para saber lo que expresan el chiste y la risa. El chistero no lee. Tiene que hacer sus chis tes. Todos resultamos chistosos y por eso el chiste no prueba nada. S¨®lo trasciende y se trasciende genialmente el chiste so bre uno mismo (Charloty.
19 domingo
Nuestras bellas dicen cosas a los informa¨ªdores en el extenso verano: "Horas tendidas sobre pla yas" (Guill¨¦n). Ahora mismo, Mar¨ªa Jos¨¦ Cantudo y M¨®nita Randall han hecho declaraciones escuetas y opuestas., que, por lo mismo, se complementan. La Cantudo, mientras se broncea el cuerpo desnudo, de esbelto bronce nacional: "Quiero estudiar derecho". M¨®nica Randall, Venus catalana en la Ibiza memorable que acabo de dejar: "La piel es lo que m¨¢s me importa en un hombre". Mar¨ªa Jos¨¦ va de fuera a dentro. Ha comprendido al fin que el ¨¢nfora femenina debe resonar a algo cuando nos asomamos a ella. Derecho o filosof¨ªa de los quanta, da ¨ªgual. La cultura es, una interflora que no se marchita. M¨®nica va de dentro a fuera. Tatuada interiormente de culturas catalanas, fenicias y profesionales, repite, de vuelta, lo de Andr¨¦ Gide o Jos¨¦ Pl¨¢: "Lo m¨¢s profundo es la piel". La piel, Mar¨ªa Jos¨¦, ni?a. alpestre de la Espa?a interior, debe ir tatuada por dentro mediante la taracea de la memoria, memoria de lo le¨ªdo. A las ni?as demasiado crudizas -ay-, yo incluso les tatuaba cosas con un bol¨ªgrafo. La piel, M¨®nica / ir¨®nica, de vuelta del jerogl¨ªfico interior, recorrido de la mano de alguien. La piel, superficie profunda de la que nunca pasamos. Quiz¨¢ la piel sea el alma, M¨®nica. Qu¨¦ reposo, qu¨¦ alivio, M¨®nica Mar¨ªa Jos¨¦, las playas mudas de la piel, cuando hemos sido minotauros picassianos en el laberinto de oro y c¨¢ricer.del interior de los cuerpos. La piel, filo delgad¨ªsimo, frontera tenue de la bestiarosa. Virgen una de culturas, tatuada la otra de experiencias, ambas han descubierto este verano, en la playa, que las playas finales del vivir se abren en nuestra piel. Pero en seguida llega el macarra intelectual que no se fija en la piel o el hortera / lover local que a la piel la llama "pellejo". Y se las lleva, ay.
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