Juan Rodr¨ªguez Romero

Para este joven compositor y director de 37 a?os, tan importante es la obligaci¨®n como el entorno en el que se desarrolla. Para volver a su Andaluc¨ªa natal tuvo que recorrer los m¨¢s prestigiosos foros europeos, y ahora la docencia no s¨®lo son sus ense?anzas en el Conservatorio de Sevilla, sino la difusi¨®n de la m¨²sica a trav¨¦s de las aulas, conciertos y festivales. Con la mirada puesta en un futuro cercano, quiere reunir una gran coral andaluza. para estrenar en Espa?a la Misa de Haydn. Desde hace cuatro a?os lleva a los veranos de Sanl¨²car de Barrameda a destacados m¨²sicos europeos, que interpretan piezas cl¨¢sicas "a orillas del Guadalquivir".

Siendo a¨²n muy peque?o form¨® parte del coro del colegio de los hermanos de La Salle, en Sanl¨²car. A la temprana edad de cuatro a?os sufri¨® el serio rev¨¦s del fallecimiento de su madre, y siete a?os m¨¢s tarde, como muchos espa?oles de aquella ¨¦poca, ingresaba en el seminario: "Yo ten¨ªa claro que lo m¨ªo era la m¨²sica, pero no ten¨ªa medios ni ocasi¨®n para ello".Desde los 18 a?os todo ser¨ªa mete¨®rico. En esa frontera de la vida se traslad¨® a Sevilla a estudiar en el Conservatorio, y "llevado por la irradiaci¨®n que me produc¨ªa mi maestro Manuel Castillo", termin¨® la carrera musical, ocho cursos de solfeo y cinco de piano en tan s¨®lo cuatro a?os. Es entonces cuando siente la necesidad de perfeccionarse para encontrar su propio estilo, porque piensa, y as¨ª lo ense?a, que cada uno es cada cual: "Los estudios de m¨²sica, o de cualquier otra disciplina, no son sino una posibilidad de que cada uno aprenda por d¨®nde debe seguir su vida". En el ¨²ltimo a?o de la d¨¦cada de los sesenta llega a Europa, a la cuna de la m¨²sica, a Salzburgo, con el objeto de perfeccionar sus estudios de composici¨®n, piano y orquesta. Es la ¨¦poca en que pocos espa?oles pueden estudiar en Austria, donde los profesores tienen grupos de 10 o 20 alumnos como m¨¢ximo.

El final de sus estudios en Salzburgo coincide con la muerte de su padre. "Mi primer concierto para piano y orquesta, estrenado en 1974, tiene un segundo tempo muy triste, quiz¨¢ por la situaci¨®n personal que atravesaba por entonces". Un a?o m¨¢s tarde, un valenciano al que no conoc¨ªa a pesar de que la ciudad austriaca, la m¨²sica y la nacionalidad les un¨ªan, le ofreci¨® la direcci¨®n de una joven orquesta, la Musiziergemeinschaft del Mozarteum de Salzburgo, formada por profesionales, m¨¦dicos, ingenieros. Su nombre significa uni¨®n, amistad, comunidad, y su intenci¨®n resume la filosof¨ªa de la vida de Juan Rodr¨ªguez Romero: el arte por el arte. Ahora ya son consumados maestros y ofrecen conciertos por todos los pa¨ªses de Europa. Instalado de nuevo en Sevilla, se dedica a ense?ar y difundir la m¨²sica, "a transmitir a otros lo que con gusto y con esfuerzo yo he aprendido". Es profesor de "repentizaci¨®n, transposici¨®n y acompa?amiento del Conservatorio de Sevilla", y desde hace cuatro a?os organiza la Semana Internacional de M¨²sica "a orillas del Guadalquivir", en Sanl¨²car, enla que la orquesta S.W. de Hamburgo ofrece conciertos veraniegos. En la edici¨®n presente se ha estrenado Soleares, de C¨¦sar Bresgen, sobre canciones andaluzas del siglo XVI. En su pueblo se ha creado un aula de m¨²sica y ha renacido el orfe¨®n. Pero asegura que "hablar, dialogar, convivir, es lo principal. No puedo hacer m¨²sica si no tengo amigos delante". Ahora, Juan Rodr¨ªguez pretende crear una gran coral andaluza para estrenar la Misa Hisp¨¢nica de Haydn, estrenada en Salzburgo hace 200 a?os e in¨¦dita en Espa?a.