La energ¨ªa de Stevie Wonder
Una asistencia masiva al recinto vallecano era dudosa antes del concierto. Quienes sienten y estiman la m¨²sica negra de hoy podr¨¢n sonre¨ªr al comprobar que cerca de quince mil personas asistieron para ver y escuchar al mayor creador del estilo (v¨¦ase la segunda edici¨®n de EL PAIS de ayer). Como los organizadores Gay and Company, que demostraron que se puede ganar en este negocio sin necesidad de duplicar el precio de las localidades -4.500 pesetas costaban la mitad de las entradas en Marbella- y que se puede quedar bien con un p¨²blico que ha pagado 2.000 pesetas como precio ¨²nico y que no ha tenido que esperar ni agobiarse.Los p¨²blicos son diferentes. En Marbella, Stevie Worider actu¨® ante una audiencia heterog¨¦nea de origen, que en pocas ocasiones lleg¨® a responder con alegr¨ªa a los gritos del m¨²sico. Cuando Wonder sali¨® al escenario en tierra madrile?a y empez¨® a escuchar "Stevie, Stevie, Stevie" de cientos de bocas, que le siguieron en cada uno de los juegos de coros y palmas que ¨¦l ped¨ªa, debi¨® de captar la pasi¨®n de unos y otros espectadores. Fue un inicio dema.siado fuerte. Wonder se agot¨®. Si en Marbella lleg¨® tras un par¨¦ntesis de relativo descanso que emple¨® para terminar de mezclar alguno de los temas de su pr¨®ximo disco en Amsterdam, despu¨¦s, en Madrid, el cantante apareci¨® afectado por un fin de semana duro, con actuaci¨®n en Lisboa, y por esos dos meses de una gira que comenz¨® el 20 de junio. Un largo viaje a trav¨¦s de catorce pa¨ªses que ha tenido que influir en el rendimiento final de Stevie Wonder, que mantiene un esfuerzo exagerado de voz y nervio durante tres horas por concierto. En muchas fases de su actuaci¨®n en Vallecas, Wonder, cansado, disminu¨ªa la potencia de su voz, y cierto p¨²blico not¨® la excesiva carga instrumental por encima de su voz. En otras, su energ¨ªa parec¨ªa recargarse y los asistentes pod¨ªan vitorear y bailar la rn¨²sica vital de un genio.
Stevie Wonder
Concierto de m¨²sica pop Estadio de Vallecas, Madrid, 20 de agosto de 1984. (178 minutos).
Stevie Wonder improvisa en todas sus actuaciones: As, por ejemplo, fue un tema que no son¨® en Marbella y s¨ª en Madrid, y la estructura de los temas puede ser diferente, como lo son los solos de los instrumentos. I wish, Sir Duke, You are the sunshine, Superstition, Master Blaster, Do I do, obras maestras que se ofrecieron en orden distinto y que en vivo significan gozo continuo, aunque las cantara una voz mermada por el cansancio, algo que se apreci¨® bien en Ma cherie amour. Wonder no logr¨® terminar el concierto tal y como lo ha hecho normalmente: despu¨¦s de ese I just call to say I love you, un tema promocional que interpret¨® con la base grabada y con un tel¨¦fono en la mano con micr¨®fono incorporado, el cantante, acompa?ado por sucuarteto vocal femenino, interpreta Happy Birthday con el apoyo de todos. Un final digno que los madrile?os, aunque contentos, no Vieron de este hombre llamado Stephen Hardaway, Stevie Wonder y Steveland Morris, el nombre de ese sobrino que, quiz¨¢ por estar en este tiempo, ha superado a su t¨ªo Ray.
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