La resurrecci¨®n del pacto anglo-boer
Cuando se observan los evidentes cambios que se est¨¢n produciendo en los ¨²ltimos meses en la pol¨ªtica oficial surafricana (la real no es de color blanco y marcha por otros derroteros), todo inclina a pensar que se est¨¢ produciendo un nuevo realineamiento pol¨ªtico que conduce otra vez al pacto anglo-boer de principios de siglo. Cuando se cre¨® la Uni¨®n Surafricana, en 1910, el sistema de autogobierno no fue sino fruto de un acuerdo entre los dirigentes afrikaner y los surafricanos de origen brit¨¢nico, en el sentido de conceder a los primeros el gobierno del Estado a cambio de que se respetaran las formas del imperio, de que se controlara a los ultranacional¨ªstas boers. De ese pacto naci¨® el United Party, que domin¨® la vida pol¨ªtica de la Uni¨®n hasta 1948.Poco despu¨¦s de acabada la segunda guerra mundial, el pacto fue roto con la creaci¨®n del Partido Nacional, que gan¨® por un estrecho margen las elecciones de 1948 y ha monopolizado todas las esferas de poder desde entonces, rompiendo con cualquier tipo de colaboraci¨®n con los angl¨®fonos. La tarea que se fij¨® el ultranacionalista y ultraconservador Partido Nacional, encabezado por Malan y Verwoerd, fue la de acabar con los blancos pobres, elevando el nivel econ¨®mico, educativo y social de los afrikaner, a costa, por supuesto, de mestizos, indios y negros. As¨ª naci¨® el apartheid, como un entramado de leyes destinado a garantizar un pronto progreso de los blancos pobres. El progreso logrado en siete lustros ha sido espectacular, y la protecci¨®n legal ya no es s¨®lo innecesaria, sino tambi¨¦n inconveniente para el desarrollo.
Pieter Botha tiene ahora que desmantelar paulatinamente el sistema, pero la oposici¨®n que encuentra entre los ultraconservadores seguidores del Partido Nacional es formidable. En 1982 se produjo una importante escisi¨®n que dio lugar a la creaci¨®n del Partido Conservador de Andreas Treurnicht. En 1984 todos los partidos a la derecha del Partido Nacional se vienen uniendo para derrotar a ¨¦ste en las elecciones parciales, lo que han logrado varias veces. Y lo que es m¨¢s importante, el pasado mes de mayo se produjo la p¨¦rdida de prestigio de la Broederbond, una hermandad afrikaner semisecreta considerada desde siempre como el Gobierno en la sombra del pa¨ªs.
A la Broederbond le ha salido una competidora a¨²n m¨¢s ultramontana, la Volkswag, o Guardi¨¢n del Pueblo, encabezada por el que hasta el a?o pasado fue presidente de la Broederbond y el propio Treurnicht, apoyada por la hija de Verwoerd y toda la vieja guardia afrikaner.
Ante este poderoso enemigo, a Botha no le ha quedado otro remedio que acelerar el proceso de cambio que le convertir¨¢ en el presidente constitucional m¨¢s poderoso que jam¨¢s se ha visto, contando con el apoyo t¨¢cito de la comunidad angl¨®fona. En el refer¨¦ndum de noviembre pasado ya se ha producido el alineamiento caracter¨ªstico de los primeros 35 a?os de la Uni¨®n: entre los afrikaner moderados y los angl¨®fonos lograban marginar a los boers radicales. ?sta parece se la t¨®nica para el futuro.
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