El Espa?ol puso en evidencia al Real Madrid

El Madrid de Amancio Amaro es una fruta verde, tan verde c¨®mo el c¨¦sped de Sarri¨¢. Y pasar¨¢ tiempo hasta que madure de no sufrir una metamorfosis en el escaso tiempo que resta para el inicio de la competici¨®n. Ayer no se jugaba nada m¨¢s que un art¨ªstico trofeo a cambio de nueve millones de pesetas. Posiblemente, jugara m¨¢s motivado frente al Barcelona en el primer partido de Liga.

Pero anoche defraud¨® a sus seguidores -Sarri¨¢ parec¨ªa el Bernab¨¦u- y perdi¨® justamente la final del Trofeo Ciudad de Barcelona frente a un Espa?ol, que se present¨® ante su p¨²blico con la misma fuerza con que finaliz¨® la anterior temporada.

Amancio dio una oportunidad a la vieja guardia,y utiliz¨® un once inicial muy diferente a los anteriores partidos veraniegos. Volvieron Gallego, Juanito y Juan Jos¨¦ hasta ahora semimarginados. Con ellos y el resto de compa?eros, el Madrid fue un equipo vulgar, lento, sin profundidad, que congel¨® siempre el bal¨®n y se vi¨® superado por el fuerte pressing al que les someti¨® el Espa?ol en el centro del campo. Qued¨® claramente demostrado que Lozano, Gallego y Juanito no tienen cabida en el mismo equipo.

Juanito le ech¨® ganas; trabaj¨® lo indecible pero no culmin¨® ninguna jugada. Y Gallego, adem¨¢s de apagar a Lozano, fue simplemente como su apodo futbol¨ªstico, el Soso. Sus compa?eros se mantuvieron en su l¨ªnea, sobrios en defensa -s¨®lo Juan Jos¨¦ desenton¨®-, con un Stiellke mandando en el ¨¢rea peque?a, y sin capac¨ªdad de remate en hombres como Santillana o Pineda, que recibieron los balones en muy pocas condiciones para poder jugarlos con garant¨ªas de ¨¦xito.

El Madrid s¨®lo mejor¨® cuando en el segundo tiempo, Amancio dio entrada a los j¨®venes Sanchis y Michel.