El Gobierno abriga esperanzas de soluci¨®n en el caso del Petrolero retenido en Nigeria
La inusual rapidez con que el embajador Ibama ser¨¢ recibido por el ministro de Asuntos Exteriores y la celeridad con que empieza a ejercer sus funciones sin haber presentado cartas credenciales al jefe del Estado viene marcada por el deterioro de la situaci¨®n de los tripulantes del Izarra, por el escaso o nulo inter¨¦s mostrado hacia ellos tanto por el armador del buque, la compa?¨ªa francesa Petromer, como especialmente por su fletador, el naviero espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez Tapia, y por la rigidez y hermetismo informativo de las nuevas autoridades nigerianas surgidas del golpe de Estado del 30 de diciembre pasado, que dilatan incluso la concesi¨®n del visado para viajar a aquel pa¨ªs a los periodistas espa?oles que lo han solicitado.
Seg¨²n el embajador de Espa?a en Lagos, Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez de Castillejo, los tripulantes est¨¢n casi en un estado de abandono. El aprovisionamiento del buque (alimentos y gas¨®leo, para los motores) se hace a trav¨¦s de la Embajada. Algunos de ellos han sufrido malaria, aunque se encuentran en proceso de recuperaci¨®n. Al hermetismo de las autoridades militares de Nigeria en torno al caso se une el corte de comunicaciones telef¨®nicas entre Lagos y el puerto de Kalabar, a unos 800 kil¨®metros de la capital, cerca de la frontera con Camer¨²n, donde se encuentra el petrolero, por lo que es necesario ir al citado puerto para obtener informaci¨®n.La confusa situaci¨®n administrativa del barco propici¨® que el capit¨¢n del Izarra y sus 27 tripulantes quedaran pr¨¢cticamente abandonados a su suerte. El petrolero hab¨ªa sido vendido por la compa?¨ªa francesa Petromer al armador Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez Tapia, quien en 1980, con su naviera Letasa, protagoniz¨® una de las quiebras m¨¢s -sonadas de la reciente historia judicial espa?ola y persona que ha realizado frecuentes negocios en Nigeria en los ¨²ltimos lustros. La venta se hab¨ªa hecho por el sistema leasing (alquiler con opci¨®n de compra cuando se alcanza el precio acordado). En el momento de la captura del buque quedaban por satisfacer dos ¨²ltimos pagos.
Este ¨²ltimo extremo es negado por L¨®pez Tapia, quien asegur¨® que ten¨ªa el barco en alquiler por el sistema charter y que unicamente actuaba corno fletador a trav¨¦s de una empresa paname?a de su propiedad, por lo que el barco navega con bandera de conveniencia. A trav¨¦s de otra empresa suya contrat¨® en Francia a la tripulaci¨®n. Igualmente existe confusi¨®n sobre el nombre que ten¨ªa antes el Izarra, pues mientras el fletador asegura que se llamaba Cir¨®n fuentes del Sindicato Libre de la Marina Mercante se?alan qu¨¦ su verdadero nombre era Aunia. En cualquier caso, el cambio de nombre es la raz¨®n por la que el Izarra no figura en numerosos registros.
Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez Tapia no mostr¨® ning¨²n inter¨¦s por acudir a Nigeria a interesarse por el barco y su tripulaci¨®n, e incluso no interrumpi¨® sus vacaciones en Bermeo. Algo similar hizo su hermano Gregorio, socio de Jos¨¦ Mar¨ªa, quien naveg¨® con su yate por aguas mallorquinas.
El armador L¨®pez Tapia, que asegur¨® que en sus barcos nunca se hab¨ªa hecho contrabando de nada y que en caso positivo el responsable era el capit¨¢n Jos¨¦ Luis Peci?a y no ¨¦l, manifest¨® igualmente que ninguna autoridad nigeriana hab¨ªa reclamado su presencia en aquel pa¨ªs y que no ten¨ªa intenci¨®n de personarse een Kalabar. Se?al¨® tambi¨¦n que estaba haciendo gestiones, conjuntamente con Petromer, encaminadas a la puesta en libertad de los tripulantes, aunque consideraba fundamental la liberaci¨®n del barco, para que de esta forma aquellos pudieran cobrar los salarios completos.
Igualmente manifest¨® que no hab¨ªa sido requerido por las autoridades espa?olas, aunque se mantiene en contacto con la Direcci¨®n General de Asuntos Consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores. En dicho organismo consta el ofrecimiento de un naviero canario, Mart¨ªn Ramos, de acudir a Kalabar, aunque dicha oferta, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, no ha sido contestada por ser considerada como imprecisa. Mart¨ªn Ramos tiene, al parecer, intereses econ¨®micos en Nigeria.
Unas leyes extremadamente duras
La falta de informaci¨®n por parte de las autoridades militares nigerianas impide saber cu¨¢l es la situaci¨®n legal de los tripulantes del Izarra y cu¨¢l es el estado de la investigaci¨®n, no concluida 68 d¨ªas despu¨¦s, seg¨²n Fern¨¢ndez de Castillejo. No obstante, tras el golpe militar que derroc¨® a finales de diciembre pasado al presidente constitucional Alhaji Sehu Saghari con el objetivo prioritario de terminar con la corrupci¨®n ampliamente extendida en el pa¨ªs, las leyes de Nigeria son extraordinariamente duras.
El tercer decreto del presidente Buhari, un militar educado en el Reino Unido, puso en marcha una cadena de nuevos tribunales -que juzgaron a 475 altos cargos anteriores en estos meses- y que posibilita a los fiscales solicitar la pena de muerte por el delito de contrabando. La pena m¨ªnima es de 21 a?os.
Las declaraciones de L¨®pez Tapia en el sentido de que el responsable ser¨ªa el capit¨¢n Peci?a han causado un gran malestar entre la tripulaci¨®n retenida desde el pasado 19 de julio, los cuales han contratado al abogado Rafael Lobeto Lobo para iniciar una querella contra el fletador por los delitos de coacci¨®n, extorsi¨®n y fraude. Un cable de la agencia Efe informaba que la tripulaci¨®n reclama 40 millones de pesetas a L¨®pez Tapia en concepto de salarios no satisfechos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.