Meneses, el Robins¨®n

No es cierto que en TVE est¨¦ inventado todo, como dicen los directivos para justificar trimestralmente la incapacidad de cambiar la mercanc¨ªa. Enrique Meneses, jefe de la expedici¨®n Robins¨®n en ?frica y director de la serie del mismo nombre, que finaliz¨® el pasado martes, acaba de demostrarlo.El periodista, tras 20.000 kil¨®metros de zooms y panor¨¢micas, ha pulverizado las diferencias de producci¨®n entre exteriores y estudio: ha convertido ?frica en un plat¨®, en un decorado de Prado del Rey, un producto para ni?os y j¨®venes, donde se confunde la informaci¨®n con la publicidad.

El t¨ªtulo de la expedici¨®n y del programa parece aludir al n¨¢ufrago protagonista de la novela de Daniel Defoe, la Vida y extraordinarias y portentosas aventuras de Robins¨®n Crusoe. El enga?o queda aclarado en los r¨®tulos del programa: este moderno aventurero del Ente P¨²blico se va a ?frica bajo el patrocinio de TVE y del Real Autom¨®vil Club de Espa?a y con "la valiosa colaboraci¨®n" de un grupo de empresas, grandes almacenes que han equipado la comitiva, dos fabricantes nacionales de veh¨ªculos, de productos alimenticios y bebidas refrescantes, yogures, pantalones vaqueros y un editor de fasc¨ªculos de fauna.

La "valiosa colaboraci¨®n" se extiende a la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica (OID) -el segundo apellido de dos miembros de la expedici¨®n, los hermanos Ana Isabel y ?lvaro Fern¨¢ndez Matamoros, ha debido de ser una pesadilla a la hora de cruzar el Estrecho-, a los embajadores en Espa?a de Argelia, Camer¨²n, Gab¨®n, Zaire, Sud¨¢n y Egipto, m¨¢s a los embajadores de N¨ªger en Argelia, del Congo en Camer¨²n, de Sud¨¢n en Zaire, y a todos "los embajadores, encargados de negocios, secretarios de embajada y personal de nuestras, delegaciones" en todos los pa¨ªses recorr¨ªdos.

Es decir, la perfecta imagen de un Robins¨®n, de un aventurero a pelo, cargado de chucher¨ªas, banderines del Real Madrid y gorras de publicidad que regala generosamente a los nativos.

No le fue suficiente a Enrique Meneses su largo y dif¨ªcil caminar por ?frica. Una vez de regreso a Prado del Rey, edita el material, le pone m¨²sica y comentarios en off a las postales del ¨¢lbum familiar -viaja acompa?ado de una joven que lleva su mismo apellido, B¨¢rbara-, se percata que ha debido olvidarse algunos planos, y no se le ocurre mejor soluci¨®n que filmar las presentaciones de los 12 cap¨ªtulos en un territorio suced¨¢neo de ?frica: posa ante las c¨¢maras instaladas en un Safari Park de Madrid, y as¨ª lo hace constar en los r¨®tulos, mientras entrevista a su parienta. La expedici¨®n es la odisea de unos veh¨ªculos que, como ¨¦l dijo, superan "unas zanjas que no se las salta un torero", al tiempo que a?ade: "Este tipo de incidencias divierte mucho a la poblaci¨®n local, que, sin prestar la menor ayuda, se lo pasa pipa viendo c¨®mo sudan por una vez los blancos".

Todo es publicidad en estos reportajes: elogios a los veh¨ªculos y a las pegatinas que los adornan, a la ropa que visten, a los alimentos y bebidas, a las gorras que regalan, a las lecturas a bordo de la barcaza que les transporta por el Nilo -los fasc¨ªculos claro, bien encuadrado el logotipo de la colecci¨®n- y la botellita de gaseosa que B¨¢rbara lanza al r¨ªo en la confianza de que alguien responda al mensaje de estos desamparados n¨¢ufragos.

Total, ?frica est¨¢ a 14 kil¨®metros de Algeciras y a un tiro de c¨¢mara de Prado del Rey.

Meneses invit¨® a los j¨®venes telespectadores a imitarle, y el que no pueda que se vaya, como ¨¦l, al Safari Park, que all¨ª hay un riachuelo que es lo m¨¢s parecido al Nilo que ha podido encontrar TVE.