Tr¨¢fico nuclear sin barreras
Materiales radiactivos recorren continuamente las rutas terrestres, mar¨ªtimas y a¨¦reas
El accidente del carguero franc¨¦s Mont Louis ha servido para poner de relieve el activo tr¨¢fico internacional en uranio y compuestos de este elemento que recorre las rutas terrestres, mar¨ªtimas y a¨¦reas mundiales desde hace unos 20 a?os. Todos los pa¨ªses que utilizan la energ¨ªa nuclear para fines pac¨ªficos -algunos de los cuales tambi¨¦n la utilizan para fines b¨¦licos- mantienen una intrincada red de relaciones comerciales que est¨¢ por encima de consideraciones pol¨ªticas y medioambientales. La familia nuclear depende, sin embargo, de unos pocos de sus miembros, que son los ¨²nicos que disponen de la tecnolog¨ªa imprescindible para las fases cruciales del ciclo de combustible nuclear.
Utilizar la energ¨ªa nuclear para fines pac¨ªficos no es tan f¨¢cil como se quiso presentar varias d¨¦cadas atr¨¢s. El ciclo completo del combustible nuclear que necesitan las centrales es muy complicado, y en su fase final no se ha encontrado una soluci¨®n definitiva. El hecho de que en varias fases, especialmente en la final, los materiales manejados sean altamente radiactivos lo hace engorroso y potencialmente peligroso.El ciclo del combustible comprende el conjunto de operaciones que es preciso realizar, tanto para obtener el combustible que se introduce en las centrales nucleares de agua ligera, que son las m¨¢s utilizadas, como para tratar este uranio irradiado una vez que se ha utilizado en las centrales.
El uranio natural es un elemento que se encuentra en muchas zonas de la superficie terrestre, pero en la mayor¨ªa de los terrenos su concentraci¨®n es tan baja que no permite su explotaci¨®n. Los yacimientos m¨¢s ricos conocidos est¨¢n en Australia y Canad¨¢.
Del mineral se obtiene una sal de uranio, el diuranato am¨®nico, de color amarillo caracter¨ªstico, que se conoce como yellow cake.
La radiactividad llega con el enriquecimiento
El paso siguiente es la conversi¨®n de esta sal de uranio en hexafluoruro de uranio mediante un proceso qu¨ªmico. El hexafluoruro est¨¢ en forma de cristales a temperatura ambiente y pasa a ser un gas cuando se calienta a m¨¢s de 64 grados cent¨ªgrados. Este compuesto se obtiene porque permite el enriquecimiento del uranio por el m¨¦todo de difusi¨®n gaseosa.
Las centrales de agua ligera no pueden utilizar uranio natural, sino que es preciso enriquecerlo, lo que consiste en una serie de operaciones mediante las cuales se eleva el contenido del is¨®topo U235 desde el 0,7% (uranio natural) hasta el 3%-4% (uranio enriquecido). Es en esta, etapa cuando se empieza a considerar el peligro radiactivo del material, aunque expertos del sector afirman que el uranio enriquecido no presenta peligro si se maneja con las debidas precauciones (evitar llegar a la masa cr¨ªtica, etc¨¦tera). Esta tesis es rebatida por otros sectores, especialmente las organizaciones ecologistas.
En esta etapa empieza el dominio de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados en este campo, los ¨²nicos que disponen de plantas de enriquecimiento, con la inevitable consecuencia de que el material debe hacer un viaje de ?da y vuelta a estas plantas, a veces a trav¨¦s de numerosos pa¨ªses. Estados Unidos (que ostent¨® el monopolio comercial hasta 1973) y la Uni¨®n Sovi¨¦tica van a la cabeza en capacidad de enriquecimiento, aunque tambi¨¦n existen plantas, pertenecientes a consorcios europeos, en el Reino Unido, Holanda y Francia, y otros pa¨ªses tienen proyectos de construcci¨®n de plantas. Sin embargo, el par¨®n nuclear en la mayor parte del mundo desarrollado y el hecho de que la URSS haga el enriquecimiento a precios interesantes ha hecho que muchos Gobiernos abandonen sus proyectos.
El siguiente paso es la fabricaci¨®n del combustible propiamente dicho. El hexafluoruro de uranio enriquecido se transforma en otro ¨®xido de uranio, s¨®lido, de gran densidad y de color negro. Este ¨®xido, obtenido en forma de polvo finamente dividido, se aglomera y se le da la forma de peque?as pastillas cil¨ªndricas que se introducen en unos tubos de un cent¨ªmetro de di¨¢metro y unos cuatro metros de altura. Los tubos est¨¢n formados por una aleaci¨®n de circonio, y una vez cargados de pastillas de uranio constituyen los elementos o barras de combustible que se introducen en el reactor nuclear para generar energ¨ªa el¨¦ctrica.
El problema de los residuos
Una vez que el combustible ya no se puede utilizar para la generaci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica es preciso retirarlo del reactor. Este uranio irradiado constituye lo que se conoce como residuos de alta actividad, porque parte de sus elementos permanecen emitiendo radiactividad durante centenares, miles y hasta decenas de miles de a?os (en el caso del plutonio 239). Otros desechos de la central, junto con utensilios utilizados en la manipulaci¨®n, constituyen los residuos de baja actividad.
El combustible irradiado se pasa a unas piscinas anejas a la central, donde permanece enfri¨¢ndose durante un per¨ªodo de tiempo de varios meses. Posteriormente debe trasladarse a un lugar de almacenamiento provisional o definitivo, o bien enviarse a plantas de retratamiento de residuos. En este ¨²ltimo caso se recupera parte del uranio y se obtiene plutonio. Estos dos elementos son utilizables comercialmente, pero otros elementos, como el cesio, el estroncio y el cript¨®n, en forma de is¨®topos altamente radiactivos, permanecen como residuos que deben almacenarse de forma indefinida.
La tendencia actual, salvo en el caso de pa¨ªses especialmente interesados, es almacenar permanentemente los residuos de alta actividad directamente en cementerios subterr¨¢neos (todav¨ªa no se ha decidido qu¨¦ tipo de formaci¨®n geol¨®gica es la m¨¢s adecuada) sin tratamiento previo. La raz¨®n es el alto coste del retratamiento (tratar un kilo de uranio irradiado cuesta 1.500 d¨®lares -unas 240.000 pesetas-, y una central de 1.000 megavatios, similar a la espa?ola de Almaraz, produce al a?o, si funciona al ciento por ciento de su capacidad, 33 toneladas).
Tambi¨¦n influye el hecho de que en la actualidad s¨®lo existen dos plantas en el mundo occidental que hagan reprocesamiento (la brit¨¢nica de Windscale y la francesa de La Hague) y que se trata de una tecnolog¨ªa dif¨ªcilmente exportable por razones pol¨ªticas. Las plantas estadounidenses ya construidas permanecen cerradas por problemas econ¨®micos y pol¨ªticos, y las existentes en la Uni¨®n Sovi¨¦tica atienden solamente a los pa¨ªses de su ¨¢rea de influencia.
La bomba como tel¨®n de fondo
La concentraci¨®n de la capacidad de retratamiento se debe a su ¨ªntima relaci¨®n con la posibilidad de desviar los residuos obtenidos hacia la fabricaci¨®n de armas nucleares. Vender residuos a otros pa¨ªses que tienen capacidad de reprocesamiento significa, de hecho, darles la posibilidad de obtener el plutonio necesario para armas nucleares.
Aunque hace poco el plutonio ten¨ªa un inter¨¦s casi exclusivamente militar, en la actualidad, sin embargo, los pa¨ªses que han iniciado programas de reactores de segunda generaci¨®n (breeder o regeneradores) necesitan plutonio como combustible de estos reactores. Es el caso de Francia, que ha iniciado las pruebas del reactor SuperPlioenix; de Jap¨®n, y de la Rep¨²blica Federal de Alemania.
Los reactores regeneradores tienen la propiedad de que producen m¨¢s combustible ¨²til que el que consumen, lo que supondr¨ªa la panacea para la energ¨ªa nuclear. Pero son muy caros, y los problemas que presentan, junto al hecho de que se ha demostrado que las reservas de uranio mundiales son mayores de lo calculado, han provocado el retraso en su desarrollo y puesta en pr¨¢ctica.
El objetivo de las organizaciones internacionales ha sido establecer en el tr¨¢fico nuclear un circuito paralelo al de los materiales radiactivos utilizados para bombas nucleares, de forma que no quede duda alguna de que no se produce ninguna interconexi¨®n. La preocupaci¨®n principal, en teor¨ªa, de la Agencia Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (AEIA), con sede en Viena, no es el transporte, sino vigilar que en las continuas idas y venidas del uranio entre pa¨ªses distintos y dentro de cada pa¨ªs no se pierda ning¨²n compuesto, especialmente los relativos a la ¨²ltima fase del ciclo de combustible, que pueda ser utilizado para la fabricaci¨®n de bombas nucleares. Sin embargo, las personas que est¨¢n dentro de este mundillo reconocen que esta vigilancia es a distancia y poco efectiva, especialmente si existe la voluntad pol¨ªtica de un Gobierno de burlarla.
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