El precio del dinero
LOS OCHO mayores bancos nacionales y las cajas de ahorro, convocadas por el gobernador del Banco de Espa?a (que cumpl¨ªa instrucciones del Gobierno), aprobaron en menos de 24 horas la reducci¨®n en punto y medio de los tipos preferenciales de todos los pr¨¦stamos y cr¨¦ditos, independientemente de su plazo, y la disminuci¨®n en un punto en el descuento comercial (salvo en los efectos a tres meses, donde el descenso se fij¨® en 0,75%).La urgencia de esta convocatoria oficial al sector financiero y el car¨¢cter colegiado del acuerdo adoptado por bancos y cajas de ahorro ponen de manifiesto que la decisi¨®n de reducir el precio del dinero responde a una iniciativa pol¨ªtica. Las informaciones de un pacto sec¨ªreto entre el Gobierno, la patronal y la UGT as¨ª parecen confirmarlo. El ejecutivo deseaba facilitar a la patronal CEOE, que hab¨ªa exigido la reducci¨®n del precio del dinero en las negociaciones para un pacto social, su firma en el acuerdo econ¨®mico y social para los pr¨®ximos dos a?os.
Independientemente de este prop¨®sito pol¨ªtico, el acuerdo, o la puesta en escena del mismo, s¨®lo ha podido producirse en base a una situaci¨®n como la presente, que ven¨ªa obligando ya a la baja de los tipos de inter¨¦s. La buena marcha del sector exterior, la pol¨ªtica de contenci¨®n de precios (pese a la incertidumbre que acaba de plantear la fuerte subida de la inflaci¨®n, de 1,5% en julio), los indicios de un cierto ajuste entre el d¨¦ficit p¨²blico y las previsiones oficiales sobre su evoluci¨®n, junto con el descenso del precio del dinero en el mercado interbancario y la reducci¨®n de la demanda de cr¨¦dito, han hecho posible este acuerdo.
Los cr¨¦ditos de los bancos a algunos de sus clientes se estaban concediendo ya desde hace tiempo a unos tipos de inter¨¦s inferiores a los preferenciales. De ah¨ª que una de las primeras consecuencias de este acuerdo haya sido la adaptaci¨®n de los tipos de inter¨¦s preferenciales a lo que realmente son: los precios m¨¢s bajos que aplica cada entidad a su clientela m¨¢s escogida.
Una segunda consecuencia de este acuerdo ha sido la inmediata reducci¨®n de las cantidades con que bancos y cajas retribuyen a sus depositantes. Los bancos han comenzado a rebajar por segunda vez -y en esta ocasi¨®n en un 1,75%- las retribuciones de sus pasivos. Esta medida, justificada por bancos y cajas en la necesidad de compensar la baja en los tipos de inter¨¦s del activo, para no deteriorar su cuenta de resultados, est¨¢ despertando menos impopularidad que en anteriores ocasiones, al haberse anunciado de forma paralela a la disminuci¨®n del coste de los cr¨¦ditos.
La peque?a empresa y el ciudadano de a pie, aquellos no incluidos en la selectiva lista de mejores clientes de una entidad bancaria, podr¨¢n beneficiarse en alguna medida de la rebaja de los tipos de inter¨¦s en los cr¨¦ditos que soliciten. La reducci¨®n en los tipos de inter¨¦s preferenciales supone un reajuste a la baja de los dem¨¢s tipos del activo. Hay, pues, un cierto abaratamiento del dinero, sin que ello quiera decir que el mismo va a costar a todos los ciudadanos un 1,5% menos que antes del acuerdo, ni que este descenso no se hubiera pqdido producir de forma paulatina en cada una de las entidades si no se hubiese suscrito el acuerdo.
Por lo dem¨¢s, la banca, afiliada a la patronal CEOE, se ha apresurado a explicar que esta rebaja de los tipos de inter¨¦s se debe a unas condiciones financieras y de mercado que se est¨¢n dando ahora y que pueden cambiar (aumento de la inflaci¨®n o descontrol del d¨¦ficit). La reducci¨®n es coyuntural, seg¨²n ha explicado el representante de los bancos, Rafael Termes, y los tipos pueden volver a subir si cambian las circunstancias. Con ello parec¨ªa quererse -in¨²tilmente- desvincular esta reducci¨®n de tipos de inter¨¦s del contenido del acuerdo econ¨®mico y social que negocia el Gobierno con empresarios y sindicatos. Pero el Gobierno declara su intenci¨®n de incluir en el texto de dicho pacto social una referencia al abaratamiento del precio del dinero.
La medida, en definitiva, puede aliviar las cargas de algunas empresas, ag¨ªlizar la inversi¨®n y oxigenar la vida econ¨®mica. Es, desde luego, una buena noticia para la actividad empresarial en general, pero no conviene expresar un optimismo exagerado. Todav¨ªa los indicadores del deficit p¨²blico y del desempleo son altos, y la propia baja del precio del dinero alimentar¨¢, qui¨¦rase o no, tensiones inflacionistas. S¨®lo un acuerdo durable y persistente entre las fuerzas sociales y el Gobierno respecto a la pol¨ªtica econ¨®mica a seguir, que incluya un replanteamiento en profundidad del sector p¨²blico, podr¨¢ de hecho aportar la luz al final del t¨²nel de la crisis.
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