Las pruebas de idoneidad para los profesores universitarios

Planeadas sin duda para solventar uno de los graves problemas heredados del r¨¦gimen franquista, las llamadas "pruebas de idoneidad" del profesorado se han metamorfoseado, sin embargo, lamentablemente, en algo que ni prestigia al Ministerio de Educaci¨®n ni robustece la calidad de la Universidad. Pasados dos meses, se conocen ya vicisitudes vividas en algunas de las comisiones y, mediante ellas, se sabe ya de miserias operadas en algunas de sus, llam¨¦moslas, deliberaciones. Analiz¨¢ndolas, hay que pensar en lo que pueden llegar a hacer esas mismas personas en los cargos que ocupan cotidianamente en nuestra docencia. Porque han estado presentes, en mi opini¨®n, viejas rencillas personales, impotencias cient¨ªficas y el rencor contra candidatos con curr¨ªculos superiores a los propios. Y, por otra parte, el revanchismo pol¨ªtico.Se conoce, adem¨¢s, que algunas comisiones pactaron o impusieron por mayor¨ªa no conceder en ning¨²n caso calificaciones que permitieran a los que estimaban "no id¨®neos" ejercer el recurso previsto por la ley; que en lugar de valorar cada expediente por s¨ª mismo, en algunos casos se decidi¨® antes qui¨¦nes deb¨ªan pasar y qui¨¦nes no; que contraviniendo las normas, se hicieron nuevas lecturas de tesis; que lo que result¨® bueno para un candidat6 era mortal para otro; que, en esa l¨ªnea, cuando convino se omitieron m¨¦ritos exigidos por la ley, como la antig¨¹edad, las titulaciones diversas, las publicaciones...

No cuestiono a quienes han sido declarados "id¨®neos" y por qu¨¦ lo han sido, sino que planteo. el tema de quienes no lo han sido y el porqu¨¦. Y observar que la ley, con su candor, ha generado la indefensi¨®n de numerosas personas de probada capacidad. Un pa¨ªs puede tener las mejores leyes del mundo, pero, seg¨²n como se apliquen, ?s¨¢lvese quien pueda!-

Historiador.