Alta comedia de baja calidad
Las pel¨ªculas que contienen varias historias cuya continuidad est¨¢ urdida, como las carreras de relevo, alrededor de un testigo, es decir de un objeto que pasa de mano en mano y mientras pasa la c¨¢mara sigue las aventuras o desventuras del poseedor, no son nuevas ni son pocas. Recordemos, para orientar la memoria, como una de las m¨¢s populares, la popular historia del frac que va pasado de due?o en due?o y que termina arropando a un espantap¨¢jaros. Con ella se teji¨® el peque?o juego de la famosa Seis destinos que alcanz¨® grandes. alturas de prestigio, no demasiado fundado, en los a?os 40.El Rolls-Royce amarillo sigue casi al pie de la letra, con menos historietas el esquema trazado por ese citado cl¨¢sico del cine En este caso el testigo no es un traje sino un formidable modelo antiguo de Rolls-Royce, que va cambiando de sucesivos due?os y, con ellos, sus espectadores de historieta, a cual m¨¢s liviana y superficial. De portador de arist¨®cratas ingleses, el maravilloso cacharro se convierte en picadero de sirvientes, para pasar m¨¢s tarde a transportista de g¨¢nsteres, nuevamente a picadero, m¨¢s tarde a carruaje de lucimiento de una norteamericana adinerada y finalmente a objeto de exposici¨®n.El sofisticado argumento es, como se ve un simple rizo, que permite el lucimiento de actrices, actores, ambientes y mundos caracterizados por la llama da distinci¨®n, que a veces en nada es distinta de la vulgaridad. El Rolls-Royce amarillo fue realizada en 1964 por el tambi¨¦n aristocr¨¢tico director brit¨¢nico Anthony Asquith, v¨¢stago de un primer ministro de la Corona y uno de los campeones de las comedia inglesa filmada entre las d¨¦cadas de los 40 y 50. Fue un director solvente, con muy buen gusto, pero que en esta pel¨ªcula, ya en las postrimer¨ªas de su carrera s¨®lo lo sac¨® a relucir con cuentagotas. El filme, ciertamente bien hecho, es superficial, artificioso y da la impresi¨®n de que Asquith lo realiz¨® con desgana.
Gui¨®n y reparto
El gui¨®n es del tambi¨¦n ingl¨¦s y tambi¨¦n experto en comedias Terence Rattigan, autor de la obra y el gui¨®n de El pr¨ªncipe y la corista, comedia de reyes, reinas, lores y pr¨ªncipes, a la que solo la presencia de la plebeya Marilyn Monroe ennobleci¨® de verdad. Rattigan, en El Rolls-Royce amarillo, quiere jugar a situaciones y di¨¢logos ingeniosos, pero lo consigue s¨®lo a medias: como Asquith parece aplastado por el peso de la rutinaria ronda de historias sucesivas, que no parecen concernirle mucho, y en las que no ahonda.Lo mejor, lo m¨¢s atractivo y gratificante del filme es, con mucho, su largo y brillante reparto, en el que podemos volver a ver, algunos en su plenitud, los rostros familiares de actores,
y actrices que han dejado alguna huella en nuestra memoria, como -Ingrid Bergman, Jeanne Moreau, Shirley MacLaine, Rex Harrison, Edinundo Purdom, Isa Miranda, Roland Culver, Art Carney, George C. Scott, Alain deIon y Omar Sharif, entre otros.
El Rolls-Royce amarillo se emite hoy a las 22-30 por la primera cadena.
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