Incompetencia, rid¨ªculo, confusi¨®n

EL PRESIDENTE del Gobierno abandon¨® el viernes su propensi¨®n al circunloquio para contradecir de forma abrupta a su ministro de Asuntos Exteriores, que se hab¨ªa manifestado partidario del abandono por Espa?a del Comit¨¦ Militar de la OTAN. La circunstancia de que la declaraci¨®n de Mor¨¢n coincidiera con la llegada a Madrid de los 15 miembros del Comit¨¦ Militar, invitados por el Gobierno espa?ol, hac¨ªa inevitable el desmentido, pero no agota las medidas a tomar para borrar el rid¨ªculo interno y externo al que nos tiene acostumbrados el incompetente jefe de la diplomacia espa?ola.La actitud de Fernando Mor¨¢n es humillante para el Gabinete en pleno y dice muy poco de la dignidad del propio ministro, dedicado a expresar opiniones radicalmente contrarias a la pol¨ªtica que ¨¦l mismo ha venido aplicando en los casi dos ¨²ltimos a?os. Todo parece indicar que las declaraciones de Mor¨¢n no son simplemente un error, sino que constituyen un desafio al presidente del Gobierno, y que de alguna manera, si son inoportunas para ¨¦ste, resultan en cambio oportunas para el propio Mor¨¢n. Cuando en la primavera de este a?o ya se rumoreaba su destituci¨®n, ¨¦l no tuvo recato en hacer confidencias a decenas de personas en el sentido de que si le echaban del Gobierno estaba dispuesto a montarse en el tigre del nacionalismo, levantar la bandera antiOTAN y hacer pasar as¨ª su destituci¨®n como un asunto pol¨ªtico y no como una necesidad de orden p¨²blico, que es lo que ya viene resultando. Pero para hacer cre¨ªble este n¨²mero anti-OTAN el ministro Mor¨¢n deber¨ªa haberlo interpretado un poco antes. Su historial como dirigente de Asuntos Exteriores contradice todos sus prop¨®sitos intelectuales previos conocidos. Descubrir a estas alturas que Espa?a est¨¢ de hecho integrada en eso que el PSOE se empe?a en llamar estructura militar de la OTAN, porque pertenece al Comit¨¦ Militar, cuando el Gobierno y Mor¨¢n han venido hablando durante meses en sentido contrario es un caso de cinismo, pero tambi¨¦n de inocencia.

Ha sido Mor¨¢n el que se ha sentado en las banquetas de la OTAN representando a Espa?a, o sea, que oportunidades ha tenido de enterarse de qu¨¦ manera est¨¢bamos o no integrados.

Por lo dem¨¢s, fue ¨¦l quien forz¨® la ratificaci¨®n de los acuerdos bilaterales negociados por UCD con Estados Unidos, sin mediar casi debate y nada m¨¢s producirse la victoria del PSOE. Y todav¨ªa no es capaz de explicar por qu¨¦ quiere las bases americanas y no las de la Alianza. Fue tambi¨¦n Mor¨¢n testigo privilegiado de las primeras declaraciones de Felipe Gonz¨¢lez en apoyo del despliegue de los euromisiles americanos en Europa, y en vez de sacar las pertinentes conclusiones de estas palabras, se dedic¨® in¨²tilmente a desmentirlas. Los motivos son obvios: segu¨ªa siendo ministro, lo que entre otras cosas le ha permitido dise?ar una pol¨ªtica de embajadores utilizando a sus compa?eros de carrera, que permite decir que nunca ha estado peor representada la pol¨ªtica espa?ola fuera de Espa?a. O sea, que el tigre del nacionalismo anti-OTAN que Mor¨¢n pueda encarnar tiene sus garras romas. Quiz¨¢ alguien le utilice para asustar, pera todo el mundo sabe que es guardarrop¨ªa. En cualquier caso, si se confirmara que es su futuro pol¨ªtico, y no el del pa¨ªs, el que trata de cuidar con su s¨²bito alineamiento antialiancista, eso despejar¨ªa muchas dudas sobre cu¨¢les han sido los verdaderos m¨®viles de su pol¨ªtica.

Por lo dem¨¢s, partiendo del supuesto de que la resistencia de los altos cargos a dimitir es una de las herencias mas preciadas del pasado, cabe especular sobre las razones del presidente del Gobierno para no cesar de inmediato a un ministro de Asuntos Exteriores del que tiene que ir recogiendo en p¨²blico los platos rotos. Por supuesto, si se desea completar el cuadro de las hip¨®tesis, habr¨ªa que incluir entre ellas la improbable suposici¨®n de que el Gobierno se planteara el abandono del Comit¨¦ Militar de la OTAN, a fin de dar coherencia a su bizantina distinci¨®n entre la pertenencia pol¨ªtica y la integraci¨®n militar dentro de la Alianza Atl¨¢ntica. Nada indica que esto sea as¨ª. Mayor verosimilitud tienen otras explicaciones, desde el empecinamiento del presidente por separar la crisis ministerial de cualquier causa desencadenante perceptible por la opini¨®n p¨²blica hasta la existencia de un proyecto de reajuste ministerial a fecha fija. Pero tampoco se puede despreciar el temor de Felipe Gonz¨¢lez a que el cese del ministro de Asuntos Exteriores permitiera ¨¢ Fernando Mor¨¢n convertirse, en v¨ªsperas del 30? Congreso del PSOE, en el aludido tigre abanderado de la salida de la OTAN y del neutralismo, cosa sobre la que acabamos de decir lo que pensamos.

En cualquier caso, el incidente de las declaraciones ha coincidido con las resoluciones de las conferencias regionales del PSOE, en las que las posturas adversas a la permanencia de Espa?a en la Alianza han tenido mayor fuerza de lo esperado por la direcci¨®n del partido. As¨ª, a medida que transcurren los meses, la confusi¨®n en tomo a los prop¨®sitos del Gobierno Gonz¨¢lez respecto a la Alianza Atl¨¢ntica crece en vez de disminuir. Seg¨²n declar¨® Pedro Bofill, atlantista de toda la vida, la Comisi¨®n Ejecutiva Federal del PSOE no se pronunciar¨¢ sobre la integraci¨®n espa?ola en la OTAN antes de que se celebre el congreso. Para aportar su grano de arena a la confusi¨®n, matiz¨® que esa postura tampoco es definitiva, ya que puede ser modificada por el Comit¨¦ Federal.

Por su parte, el presidente Gonz¨¢lez, a la vez que desautorizaba en, P¨²blico las declaraciones de Mor¨¢n, segu¨ªa dejando en el aire la fecha en que el Gobierno se pronunciar¨¢ sobre la cuesti¨®n, y lanzaba la extra?a sugerencia de que la decisi¨®n del poder ejecutivo puede discrepar abiertamente de la posici¨®n adoptada por el 30? Congreso del PSOE. El argumento es que el Gobierno de la naci¨®n transciende las fronteras de su partido y tiene que asumir responsabilidades de car¨¢cter nacional. Sin embargo, Felipe Gonz¨¢lez no ha sido elegido presidente por votaci¨®n directa de los ciudadanos, sino que ha sido investido en ese cargo por la mayor¨ªadel Congreso, en este caso de signo socialista. Si el 30? Congreso del PSOE se pronunciara a favor de la salida de la OTAN, y si los diputados socialistas mantuvieran la disciplina de voto, la proclamada distancia entre el Gobierno y el partido que lo apoya podr¨ªadar lugar a una crisis institucional de consecuencias incalculables.

Sucede, as¨ª, que el debate en torno a la permanencia o a la salida de Espa?a de la OTAN resulta cada d¨ªa m¨¢s oscuro para los ciudadanos. Las posiciones en tomo a ¨¦l se ti?en lo mismo de ideolog¨ªa que de oportunismo. La ponencia sobre pol¨ªtica internacional que supuestamente reflejaba las posiciones del Gobierno en las recientes conferencias regionales del PSOE es un monumento a la imprecisi¨®n. "La permanencia o la salida de la OTAN es pieza (sic) que la naci¨®n espa?ola debe jugar conjugando los objetivos expuestos de: a) huir de cualquier veleidad aislacionista, b) colaborar activamente con una Europa pac¨ªfica y capaz de jugar el papel de la distensi¨®n... Esta pol¨ªtica conjugar¨¢ la corresponsabilidad en la seguridad occidental con la cooperaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica, procurando que esta cooperaci¨®n espa?ola se haga poniendo especial acento en el reforzamiento del papel de Europa para hacer de nuestro continente un factor de paz, distensi¨®n y cooperaci¨®n entre todos los pa¨ªses y, adem¨¢s, de eficaz solidaridad con los del Tercer Mundo... En consecuencia, consideramos que ha llegado el momento de que asumamos en libertad nuestra cuota de responsabilidad com¨²n en la seguridad colectiva del mundo libre en las formas y condiciones arriba expresadas y que, pausada, mesurada y responsablemente, se termine con la situaci¨®n creada en 1953 por el tratado bilateral con Estados Unidos, transform¨¢ndolo en un acuerdo de amistad y cooperaci¨®n". Pues vaya acertijo.

Al tiempo que la posici¨®n mayoritaria dentro del PSOE derrocha charadas en torno a la OTAN, otros grupos minoritarios socialistas se pronuncian a favor de la salida de la Alianza Atl¨¢ntica, y Nicol¨¢s Redondo, secretario general de UGT, anuncia que su sindicato har¨¢ campa?a en el refer¨¦ndum para forzar el abandono de la OTAN. Hasta el presente, s¨®lo existen vagos indicios de la fecha del anunciado refer¨¦ndum. Tampoco se conoce cu¨¢l ser¨¢ la pregunta sometida a los ciudadanos, pero Redondo, en cambio, conoce la respuesta.

El rasgo mas preocupante de este guirigay es que el Gobiemo y la direcci¨®n del PSOE han abjurado por completo del principio orientador de su breve e intensa campa?a contra el procedimiento elegido por Calvo Sotelo para adherir a Espa?a a la Alianza Atl¨¢ntica. Durante aquel per¨ªodo, los socialistas denunciaron las deficiencias de informaci¨®n y la ausencia de debate en tomo a la decisi¨®n gubernamental, que confer¨ªan al atropellado ingreso de Espa?a en la OTAN las caracter¨ªsticas de un tr¨¢gala. Pero la estrategia de marear la perdiz del refer¨¦ndum a?ade desde la victoria socialista a la escasa informaci¨®n que el actual Gabinete sigue ofreciendo y al m¨ªnimo debate, como no sea puramente ideol¨®gico, el nuevo pecado de confusi¨®n organizada y de la falta de referencias p¨²blicas seguras sobre la actitud del Ejecutivo. A Calvo Sotelo se le pudieron criticar, con justicia, las formas y los ritmos en que instrument¨® su decisi¨®n. Pero, al menos, sus prop¨®sitos acerca del objetivo final fueron claros y di¨¢fanos desde el mismo discurso de investidura.