La Bienal de Sevilla recuerda a Diego del Gastor
Ep¨ªgrafe]FLAMENCO
El homenaje al desaparecido guitarrista flamenco Diego del Gastor fue el motivo que reuni¨® y sublim¨® el lunes en la Bienal de Flamenco de Sevilla las voces de El Andorrano, Joselero, Fernanda y Bernarda de Utrera, las guitarras de Diego de Mor¨®n, Paco y Juan del Gastor y el son bailado de Paco Valdepe?as: flamenco de muchos quilates en la intimidad del patio del hotel Triana.Diego del Gastor fue un guitarrista excepcional dentro del mundo del flamenco. Hombre de escasa preparaci¨®n t¨¦cnica, invent¨® -como Pascal- una nueva matem¨¢tica del acompa?amiento, que hoy d¨ªa se justifica a s¨ª misma y anda repartida por esos mundos en los dedos de los distintos disc¨ªpulos, varios extranjeros, que acudieron a ¨¦l buscando su estilo. Fue un hombre que sali¨® poqu¨ªsimas veces de la comarca donde se cri¨® (Sierra Espartero); pas¨® la mayor parte de sus a?os en Mor¨®n, alimentando una de las cepas de flamenco aut¨¦ntico de los ¨²ltimos cincuenta a?os.
El p¨²blico que hasta ahora viene asistiendo a la bienal demuestra ser entendido o, cuando menos, respetuoso, lo que est¨¢ contribuyendo no poco a que los artistas den lo mejor de s¨ª mismos. Pues bien, el lunes el p¨²blico ofreci¨® adem¨¢s el calor justo que precisa una reuni¨®n de este tipo.
El recuerdo emocionado de Diego presidi¨® el concierto, y eso se ve¨ªa claro, sobre todo, cuando los tres guitarristas desgranaban las falsetas de cristal ingenuo que ¨¦l creara; tres guitarras muy diferentes, a pesar de haber bebido en la misma fuente: sobrio Juan, extra?o Diego, inspirado Paco.
Paco Valdepe?as resucit¨® la figura del cantaor que canta de pie, dramatizando y bailando en su actuaci¨®n, faceta que cultivan pocos cantaores actuales, desgraciadamente; Joselero, casi octogenario, sorprendi¨® por sus facultades, midiendo unas soleares y unos tangos espl¨¦ndidos.
La palma fue para Bernarda y Fernanda, que se comunicaron con el p¨²blico desde su aparici¨®n. Bernarda hizo un alarde: cant¨® de un tir¨®n durante m¨¢s de media hora y ofreci¨® un ejemplo pr¨¢ctico de aquel dicho flamenco "todo cabe por buler¨ªas".
Fernanda es caso aparte: es una se?ora del cante, due?a del venero de aquella Merc¨¦ la Serneta que hac¨ªa como nadie los cantes de Utrera.
El martes, bajo la advocaci¨®n de Sones de Jerez, se produjo la sesi¨®n m¨¢s desangelada quiz¨¢ de toda la bienal, y no por falta de calidad individual de los artistas, como Manuel Soto Sordera o Paquera de Jerez, sino porque falt¨® conjunci¨®n: no se form¨® ese n¨²cleo compacto de intercomunicaci¨®n y comp¨¢s que suele darse cuando Jerez pone sus reales en un escenario. Lo m¨¢s sobresaliente de esa noche fue el baile de Ana Parrilla y la labor en la guitarra de Manuel Parrilla.
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