El presidente Reagan asegura que la recuperaci¨®n en curso producir¨¢ por s¨ª sola la baja de los tipos de inter¨¦s
El presidente Ronald Reagan asegur¨® ayer que, gracias a la "supuestamente heterodoxa" pol¨ªtica econ¨®mica de su Administraci¨®n, la econom¨ªa norteamericana est¨¢ conociendo una fase hist¨®rica de recuperaci¨®n que permitir¨¢ bajar a¨²n m¨¢s la tasa de inflaci¨®n y los tipos de inter¨¦s reales. Reagan hizo tambi¨¦n un canto a la libre empresa y al libre comercio, y prometi¨® que, pese a ser un a?o electoral, su Administraci¨®n resistir¨¢ las presiones proteccionistas internas.
En su tradicional intervenci¨®n ante la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial en presencia de m¨¢s de 5.000 banqueros y altos funcionarios de los 148 pa¨ªses miembros de las dos organizaciones, Reagan hizo una cerrada defensa de la estrategia econ¨®mica de su Administraci¨®n, y vino a decir que gracias a ella el mundo industrializado est¨¢ creciendo este a?o a un ritmo pr¨®ximo al 5% anual."Yo os invito a todos a que os un¨¢is y camin¨¦is con nosotros en esta nueva era de esperanza y oportunidad", dijo Reagan, cuya ¨¢urea de triunfalismo en nada disimulada se vio reforzada por repetir de memoria, sin ayuda de ning¨²n papel, un discurso de casi media hora y sobre un tema tan arduo para un no experto como la pol¨ªtica econ¨®mica.
Por vez primera en las reuniones m¨¢s recientes del FMI y el Banco Mundial, Estados Unidos ha conseguido reducir al m¨ªnimo, por no decir que ha transformado en lo contrario, las tradicciones cr¨ªticas que ha reducido sobre la heterodoxia de su pol¨ªtica econ¨®mica y sobre los afectos efectos que produce a las naciones europeas y a los pa¨ªses en desarrollo.
Ayer, el presidente Reagan trat¨® de explicar por qu¨¦ "en s¨®lo tres a?os hemos creado seis millones de nuevos puestos de trabajo, hemos crecido a un ritmo sostenido sin precedentes desde 1950 y hemos reducido la inflaci¨®n a menos de un 4%, desde el 12% que ten¨ªamos en 1980 ( ... ), y la clave de todo ello ha sido el potenciar el crecimiento econ¨®mico mediante la inversi¨®n que ha provocado nuestra pol¨ªtica fiscal".
Escasas cr¨ªticas
Lejos de prometer medidas concretas para reducir el multibillonario d¨¦ficit presupuestario y de cuenta corriente que esta pol¨ªtica ha producido, Reagan insisti¨® en aquellas teor¨ªas econ¨®micas con las que lleg¨® a la Casa Blanca hace cuatro a?os. La reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s reales, vino a decir, se producir¨¢ por s¨ª sola. La inflaci¨®n, a?adi¨®, est¨¢ en m¨ªnimos, y a¨²n vamos a bajarla m¨¢s. No existe raz¨®n alguna para que no bajen de esta forma los tipos de inter¨¦s, se?al¨®.Pocas cr¨ªticas ha tenido que escuchar este a?o la Administraci¨®n Reagan. La representaci¨®n francesa ha estado silenciosa, y en espera del discurso de su representante, las diferencias se han centrado en el tratamiento t¨¦cnico de los recursos del FMI y de su papel como instrumento de asistencia al Tercer Mundo. S¨®lo el director gerente del FMI, Jacques de Larosi¨¦re, se ha aventurado, veladamente, a criticar el d¨¦ficit estructural de EE UU y ha alertado sobre los riesgos que supone un tipo de cambio err¨¢tico y sobrevalorado.
Otro punto central del discurso de Reagan, que hace dos semanas ha decidido proponer una limitaci¨®n voluntaria de las exportaciones de aceros y textiles de algunos pa¨ªses a Estados Unidos, fue el proteccionismo. Aqu¨ª, el presidente norteamericano hizo otro canto al libre comercio y opin¨® que es la ¨²nica amenaza real que pesa en estos momentos sobre la recuperaci¨®n de la econom¨ªa mundial.
El presidente sugiri¨® la necesidad de abrir negociaciones multilaterales para negociar m¨¢s reducciones de las trabas comerciales. Reagan se?al¨® que su propuesta de negociar acuerdos de contenci¨®n de ciertas importaciones es una muestra de su fe en el libre comercio, ya que, de hecho, significa una negativa a la exigencia de la industria norteamericana para que las medidas se adopten de manera ejecutiva mediante cuotas. En el tema de la deuda del Tercer Mundo, Reagan defendi¨® la tradicional posici¨®n de que se debe continuar con el planteamiento particular de cada caso y no mediante un tratamiento global.
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