El Reino Unido renunci¨® ayer formalmente a Hong Kong, su ¨²ltima colonia asi¨¢tica

El Reino Unido renunci¨® formalmente ayer a su ¨²ltima colonia en Asia, al rubricar un acuerdo con la Rep¨²blica Popular China por el que Hong Kong volver¨¢ a la soberan¨ªa china en 1997, un pacto que depender¨¢ de la buena voluntad de Pek¨ªn, ya que Londres no tiene garant¨ªas de que vaya a cumplirse y, ni mucho menos, fuerza para hacerlo respetar.

La declaraci¨®n conjunta, rubricada ayer en la capital china, puso fin a dos a?os de negociaciones secretas entre la potencia colonial, con 142 a?os de soberan¨ªa sobre la joya de la corona brit¨¢nica en Asia, y la madre patria, que no se ha dado demasiada prisa en recobrar un territorio a trav¨¦s del que obtiene casi la mitad de sus ingresos totales de divisas convertibles.En una solemne ceremonia celebrada en el Gran Palacio del Pueblo, en Pek¨ªn, el embajador brit¨¢nico, sir Richard Evans, y el jefe de la delegaci¨®n china, Zhou Nan, rubricaron el texto del acuerdo, que antes de ser firmado definitivamente, deber¨¢ ser aprobado por la Asamblea Nacional china -lo que, en la pr¨¢ctica, supone un mero tr¨¢mite burocr¨¢tico- y por el Parlamento de Westminster donde s¨ª pueden surgir dificultades para Margaret Thatcher.

Los habitantes de la colonia siguieron a trav¨¦s de la radio y la televisi¨®n la ceremonia de Pek¨ªn que dur¨® algo m¨¢s de media hora El Gobierno de la colonia incluso pidi¨® a las empresas que concedieran permiso a sus trabajadores para presenciar el hist¨®rico momento. Extremas medidas de seguridad se tomaron en la imprenta gubernamental para evitar filtraciones del acuerdo.

Por lo dem¨¢s, el gran d¨ªa, como lo bautizaron los medios de comunicaci¨®n de Hong Kong, pas¨® sin pena ni gloria, quiz¨¢ porque se trata de un acuerdo que entrar¨¢ en vigor dentro de 13 a?os, o quiz¨¢ tambi¨¦n porque el 98% de los habitantes de la colonia est¨¢ constituido por chinos con lazos cada vez lazos estrechos con la Rep¨²blica Popular.

El embajador brit¨¢nico en Pek¨ªn, sir Richard Evans, elogi¨® en su declaraci¨®n durante la ceremonia de la r¨²brica la pol¨ªtica de un pa¨ªs, dos sistemas, ideada por el l¨ªder chino Deng Xiaoping, para recuperar no s¨®lo las colonias de Hong Kong y Macao, sino tambi¨¦n la isla de Taiwan. Seg¨²n esta pol¨ªtica, Hong Kong gozar¨¢ de un alto grado de autonom¨ªa y conservar¨¢ el sistema capitalista durante 50 a?os despu¨¦s de la devoluci¨®n a China. El acuerdo debe garantizar aspectos como la propiedad privada, el sistema educativo, el r¨¦gimen de justicia y los derechos y libertades de los habitantes de la colonia.

La cuenta atr¨¢s comenz¨®, pues, ayer para que este enclave del capitalismo salvaje, cuyos habitantes tienen una renta per c¨¢pita superior a los 5.000 d¨®lares norteamericanos al a?o, se incorpore a un pa¨ªs comunista donde la renta es de unos 300 d¨®lares anuales. La necesidad de divisas fuertes que tiene Pek¨ªn es la mejor garant¨ªa de que nadie quiere matar a la gallina de los huevos de oro.

Pese a ello, ni Londres ni los habitantes de la colonia tienen garant¨ªas de que las cosas vayan a desarrollarse como est¨¢ previsto. La cuidadosa negociaci¨®n (22 sesiones de trabajo) por parte china hacen pensar que Pek¨ªn est¨¢ dispuesto a cumplir su parte del acuerdo. Pero la historia reciente de China, con convulsiones como el gran salto hacia adelante y la revoluci¨®n cultural ponen un importante punto de incertidumbre en cu¨¢l ser¨¢ la actitud de China cuando desaparezca el actual hombre fuerte y principal impulsor del acuerdo, Deng Xiaoping.