Tambi¨¦n los monos hablan
El c¨®digo de comunicaci¨®n entre los simios refleja relaciones de parentesco y autoridad
Para intercambiarse informaciones esenciales los animales no tienen necesidad de recurrir a intercambios vocales (por ejemplo, un gato comunica a otro gato, o a un perro, que tiene buenas intenciones o que va a agredir por medio de la posici¨®n de la cola, de las orejas, de la espalda). Las orejas echadas hacia atr¨¢s, la espalda curvada y el pelo de punta son clara, se?al de amenaza.Un perro se comunica de manera an¨¢loga, y es tambi¨¦n muy sensible a las se?ales olorosas: reconoce el olor de otro perro que haya pasado cerca de una farola o de un seto marc¨¢ndolos con su orina, y recibe de este modo un mensaje que indica que ese territorio concreto ya ha sido delimitado y que es posesi¨®n de otro perro.
Adem¨¢s, de estas se?ales, los animales se comunican tambi¨¦n entre s¨ª a trav¨¦s de se?ales sonoras. Los perros ladran de manera diferente seg¨²n la situaci¨®n, y los gatos emiten distintos tipos de maullidos.
Animales observados en su medio naturalEn numerosas investigaciones llevadas a cabo en el ambiente natural de los monos -el bosque o la sabana-, los estudiosos del comportamiento no hab¨ªan sido capaces de localizar m¨¢s que sonidos apenas diferenciados, escasamente distintos entre s¨ª.La imposibilidad de diferenciar las llamadas emitidas por los monos, o, en el mejor de los casos, la capacidad de reconocer de entre todos los dem¨¢s s¨®lo uno o dos sonidos diferentes, hab¨ªa llevado a los et¨®logos a creer que los monos utilizaban tan s¨®lo formas de comunicaci¨®n vocal extremadamente primitivas.Se consideraba, en general, que estas vocalizaciones no expresaban m¨¢s que emociones de base, como el miedo, el placer,a la irritaci¨®n, y que tales sonidos, m¨¢s o menos reconocibles por el hombre, formaban parte de un bagaje innato, ¨²til para el intercambio de informaciones emotivas y estereotipadas.Recientemente, el uso de medios de investigaci¨®n m¨¢s sofisticados, tales como el an¨¢lisis de los espectros sonoros de las vocalizaciones, ha permitido, sin, embargo, llegar a un mejor conocimiento del lenguaje vocal de los primates no humanos y comprender que los monos no s¨®lo se intercambian al gunas informaciones vocales estereotipadas, sino que pueden utilizar intercambios vocales, m¨¢s complejos, fruto de un verdadero aprendizaje que se efect¨²a en el medio natural.Estas son las conclusiones a las que est¨¢n llegando varios grupos de investigadores, que est¨¢n tratando de correlacionar distintos tipos de comportamiento constatados en los monos observados en su medio natural con un an¨¢lisis espectral de los sonidos que emiten.Esta t¨¦cnica se basa en el registro de un sonido y su posterior an¨¢lisis en t¨¦rminos de ondas sonoras (en kilohercios) por segundo.
As¨ª, cada sonido puede ser caracterizado con gran exactitud y descompuesto en sus unidades de base.
Es posible tambi¨¦n sintetizar sonidos artificiales, con los que se reconstituye un determinado sonido, como lo hace, respecto a la voz humana, un aparato electr¨®nico espec¨ªfico que se une a un sintetizador.
Utilizando estas estrategias se ha visto que es posible, por medio de instrumentos ac¨²sticos, distinguir sonidos que el o¨ªdo humano no es capaz de diferenciar entre s¨ª, y que estos sonidos no se ¨¦miten de maneracasual, sino que se refieren a situaciones muy concretas.
Un ejemplo muy claro lo proporciona el comportamiento del cercopiteco verde, que habita en Etiop¨ªa y otras kegiones de ?frica orientaL
Sonidos de alarma ante leones, ¨¢guilas y serpientes
Los cercopitecos emiten tres sonidos diferentes para referirse a la presencia de leopardos, de ¨¢guilas o de serpientes; los sonidos en cuesti¨®n inducen a los compa?eros del animal que ha divisado a un depredador a refugiarse en lugares adecuados seg¨²n la situaci¨®n (por ejemplo, una vez emitido el sonido leopardo, los cercopitecos se suben a los ¨¢rboles; si es el sonido ¨¢guila el que se emite, miran hacia arriba, y. se aplastan contra el suelo, entre las matas, y si se trata del sonido serpiente, se enderezan sobre las patas posteriores y miran hacia la hierba).
Bas¨¢ndose en estas observaciones, investigadores de la Universidad de California han realizado la prueba de hacer escuchar grabaciones de sonidos emitidos por cercopitecos en presencia de un le¨®n, de un ¨¢guila y de una serpiente verdaderos a un grupo de cercopitecos criados en el medio natural y que hab¨ªan sido observados sin la presencia de estos depredadores.
La grabaci¨®n previa de estos sonidos provocaba en los animales las mismas reacciones observadas en la naturaleza ante la presencia de depredadores, lo que indica que estos sonidos sirven efectivamente para comunicar mensajes apropiados.
Podr¨ªamos preguntarnos si los intercambios vocales no forman parte de un repertorio innato en los animales y si las respuestas de ¨¦stos no est¨¢n ya codificadas por una memoria gen¨¦tica. Pero las cosas son de otra manera.
Los tres sonidos deben poseer un componente de base alarmante, y, efectivamente, llevan a un estado de inquietud anespec¨ªfica a cercopitecos que nunca vieron un leopardo, un ¨¢guila o una serpiente, pues fueron criados en cautividad. Pese a ello, s¨®lo cuando se han llevado a cabo experiencias con estos depredadores se ha comprobado que los animales reaccionan de manera apropiada a los est¨ªmulos -refugi¨¢ndose en los ¨¢rboles o mirando hacia el cielo- y que elaboran adem¨¢s sonidos claramente articulados que vehiculan el mensaje de alarma de manera clara y comprensible.
Las observaciones realizadas sobre el comportamiento de estos monos indican adem¨¢s que su repertorio vocal no se limita a los tres sonidos mencionados, sino que permite otros intercambios de
Alberto Oliverioes miembro del Instituto de Psicolog¨ªa CNR.
Tambi¨¦n los monos hablan
informaci¨®n. Los cercopitecos tienen una estructura social bastante r¨ªgida: hay animales dominantes -que tienen derecho a los mejores bocados, a la atenci¨®n de las hembras y a ser obedecidos por el resto de los que componen el grupo- y animales subordinados.Si se graban los sonidos emitidos por cada individuo que compone la manada de cercopitecos y volvemos a escucharlos, se oyen secuencias compuestas por breves gru?idos que, de o¨ªdo, no se distinguen entre s¨ª.
En realidad, los distintos gru?idos corresponden a mensajes concretos. Su an¨¢lisis espectral indica efectivamente que se emiten sonidos diferentes, por ejemplo, en presencia de un animal dominante, de un sobordinado o de un intruso que proceda de otra manada.
El o¨ªdo humano no es capaz en absoluto de percibir tales sonidos, pero un an¨¢lisis detallado de su espectro, en el que su amplitud (en decibelios) se expresa en relaci¨®n a la frecuencia del sonido (en kilohercios), indica que en realidad existen diferencias netas entre unos sonidos y otros.
Tambi¨¦n existe una comunicaci¨®n vocal bien desarrollada en otras especies de monos, como los macacos japoneses o los macacos rhesus; uno de los casos estudiados recientemente se refiere a la comunicaci¨®n de las cr¨ªas de rhesus. Peter Marler y su grupo de investigadores han podido grabar por lo menos seis llamadas diferentes: los peque?os rhesus utilizan sonidos diferentes para pedir ayuda a los padres, para indicar la presencia de un adulto de rango social elevado, para jugar, etc¨¦tera.
La comunicaci¨®n vocal entre monos adultos o entre j¨®venes se basa adem¨¢s en sonidos que son bastantes diferentes entre los distintos grupos; en algunos casos, los dialectos utilizados son tan diferentes entre s¨ª que dificultan el intercambio de informaci¨®n entre grupos que viven en ¨¢reas lejanas, como sucede tambi¨¦n entre los hombres que hablan lenguas distintas.
Bases cerebrales sin centros de lenguaje
Los psicobi¨®logos est¨¢n tratando de localizar cu¨¢les son las bases cerebrales del lenguaje de los monos; sin duda, ¨¦stos no tienen centros del lenguaje bien desarrollados y situados a nivel de la corteza cerebral del hemisferio izquierdo (derecho en los zurdos), como sucede en el hombre. Gracias a tales centros los hombres pueden hablar y comprender el lenguaje.
Con todo, es evidente que los monos utilizan en su vida normal diferentes sonidos, y que ¨¦stos son aprendidos y reproducidos gracias a la corteza cerebral. Hasta hoy se pensaba, en cambio, que los sonidos de los primates no humanos eran solamente llamadas emotivas y estereotipadas, codificadas en esa parte m¨¢s primitiva del cerebro que se denomina cerebro l¨ªmbico. Como consecuencia de los ¨²ltimos resultados sobre la comunicaci¨®n vocal de los monos tendremos que observar, sin embargo, con mayor atenci¨®n su corteza para tratar de localizar centros del lenguaje que, aun siendo m¨¢s primitivos que los humanos, han debido de ser la base de la evoluci¨®n de nuestra compleja manera de comunicar.
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