El equ¨ªvoco de la integraci¨®n militar

Hablar de plena integraci¨®n militar de Espa?a en la OTAN es tan err¨®neo como afirmar que Espa?a s¨®lo participar¨¢ en la dimensi¨®n pol¨ªtica de la organizaci¨®n, totalmente al margen de su estructura militar, si decide permanecer en ella. Por una parte, por que no existe eso que se llama plena integraci¨®n militar; por otra, porque se trata de un pacto a la vez pol¨ªtico y militar, y un pa¨ªs miembro no puede escapar a esa doble condici¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica. La autoridad pol¨ªtica prima, al menos formalmente, sobre la militar en la OTAN, cuyo m¨¢ximo ¨®rgano es el Consejo del Atl¨¢ntico Norte. En lo que se refiere a la dimensi¨®n militar, se entra en el reino de la variedad y de la OTAN a la carta, con diversos grados, pero ninguno pleno de integraci¨®n militar.

A veces se confunde plena integraci¨®n militar con la idea de que las fuerzas de un pa¨ªs est¨¦n asignadas a uno de los mandos internacionales de la OTAN. Pero incluso en este caso hay salvedades. As¨ª, el Reino Unido o Portugal, militarmente integrados, no tienen su territorio bajo ning¨²n mando internacional. Est¨¢ tambi¨¦n el caso de Noruega o Dinamarca, que no permiten la instalaci¨®n de tropas extranjeras ni armas nucleares sobre su territorio en tiempo de paz sin acuerdo anterior del Gobierno o del Parlamento.

Por el contrario, Francia se sali¨® en 1966 de la estructura militar integrada de la OTAN, entre otras razones, por su concepci¨®n, diferente de la brit¨¢nica, sobre el empleo de sus propias armas nucleares. Ninguna fuerza francesa est¨¢ asignada a un mando de la OTAN, pero Francia mantiene misiones mililtares de enlace con el Comit¨¦ Militar de la OTAN, con el Comit¨¦ de Planes de Defensa y con otros organismos. Por otra parte, como decimos, el Ej¨¦rcito franc¨¦s posee una fuerza de disuasi¨®n nuclear propia.

Todos los pa¨ªses de la Alianza Atl¨¢ntica -sea cual sea su grado de integraci¨®n- deber¨¢n respetar el art¨ªculo 5? del Tratado de Washington, que se?ala que "un ataque armado contra una de las partes en Europa o en Am¨¦rica del Norte ser¨¢ considerado como un ataque dirigido contra todas las partes". Esto implica que Espa?a deber¨¢ tener en cuenta qu¨¦ hacer en un caso as¨ª. ?C¨®mo coordinar¨ªa su defensa con los dem¨¢s? Y entonces es cuando se entr¨¢ en el escabroso terreno de la planificaci¨®n militar. ?Quiere Espa?a conocer los planes militares de sus aliados, pues influir¨¢n en la defensa espa?ola? Si es as¨ª, no se puede eludir la dimensi¨®n militar de la OTAN, aunque se pudiera evitar la participaci¨®n en un mando militar integrado. De hecho, el Gobierno y el Ej¨¦rcit¨® espa?oles vienen recibiendo desde hace dos a?os informaci¨®n, clasificada y secreta de los ej¨¦rcitos occidentales. La posesi¨®n de estos datos dificulta a¨²n m¨¢s el abandono unilateral por parte de un pa¨ªs de la Organizaci¨®n, que ser¨ªa mirado por los dem¨¢s socios con desconfianza respecto al uso de dichos papeles.

Antes de entrar en un debate sobre la forma de integraci¨®n espa?ola habr¨ªa que decidir qu¨¦ misiones quiere o puede desempe?ar Espa?a dentro de la Organizaci¨®n. ?Retaguardia y apoyo log¨ªstico, para la llegada de refuerzos o para el repliegue de tropas? Esta misi¨®n es militarmente significativa, y es de hecho una de las que busca la OTAN para Espa?a (junto a la utilizaci¨®n del territorio espa?ol como campo de maniobras, dado el buen tiempo, como recordaba en 1982 un informe de la Asamblea del Atl¨¢ntico Norte).

Pero cualquier misi¨®n requiere planificaci¨®n y coordinaci¨®n con los otros miembros de la OTAN, aunque Espa?a no entre en ning¨²n mando internacional, pues al final puede ser m¨¢s interesante, incluso para la OTAN, que Espa?a no se integre en un mando conjunto. Francia, a pesar de su estatuto especial, colabora militarmente con la OTAN no s¨®lo en maniobras o en coordinaci¨®n de tropas y misiones, sino tamb¨ª¨¦n porque a trav¨¦s de Francia pasa una inmensa red de oleoductos de la OTAN.

Puede ocurrir que, como se ha barajado en medios pr¨®ximos al PSOE, el papel que busca Espa?a en la OTAN sea el de asumir por s¨ª misma la defensa de su territorio, aguas y espacio a¨¦reo -especialmente el llamado eje Baleares-Estrecho-Canarias-, sin por ello entrar a formar parte de un mando de la OTAN ni asignar fuerzas a la Alianza Atl¨¢ntica. Es posible, pero requiere tambi¨¦n coordinaci¨®n militar (por ejemplo, en el terreno de la vigilancia a¨¦rea) y el intercambio r¨¢pido de informaci¨®n. ?C¨®mo se hace esto? ?Integr¨¢ndose en un mando internacional? ?Instalando una oficina de enlace en los cuarteles generales del mando supremo aliado?

La dimensi¨®n militar de la OTAN es inevitable, por mucho que se hable de su estructura pol¨ªtica.

Por lo dem¨¢s, de lo que com¨²nmente se denomina estructura militar de la OTAN forman parte el Comit¨¦ Militar (en el cual participa activamente Espa?a), el Estado Mayor Internacional, los mandos internacionales (Saceur, Saclant y Cinchan) y diversos subgrupos. En la estructura denominada civil hay, entre otros, el Grupo de Planes Nucleares, el Comit¨¦ de Examen de la Defensa, la Conferencia de Directores Generales de Armamentos, el Comit¨¦ de Infraestructura, el Comit¨¦ de la Defensa A¨¦rea, el Comit¨¦ de Maniobras y la Conferencia de Altos Responsables de Log¨ªstica, por citar ejemplos de grupos en los que Espa?a participa. Todos estos comit¨¦s civiles tienen clara connotaci¨®n militar, y as¨ª son los temas de que tratan.