Espa?a-OTAN, la ceremonia de la confusi¨®n

Las recientes declaraciones del presidente Felipe Gonz¨¢lez planteando como opciones contrapuestas el permanecer en la OTAN o mantener el acuerdo bilateral con Estados Unidos, y las del ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Mor¨¢n, manifest¨¢ndose a favor de sacar a Espa?a del Comit¨¦ Militar de la Alianza, han causado desasosiego y confusi¨®n en la sede de esta organizaci¨®n, seg¨²n fuentes aliadas consultadas por EL PA?S.Es la primera vez, se?alan estas fuentes, que el presidente espa?ol plantea dicha disyuntiva, que califican, adem¨¢s, de "imprecisa". Muchos otros pa¨ªses de la OTAN tienen acuerdos bilaterales con EE UU. En el caso espa?ol, tras el ingreso en la OTAN, desapareci¨® la anterior cl¨¢usula defensiva, que se ve ahora asumida en ¨¦l contexto multilateral del Tratado del Atl¨¢ntico Norte.

Gonz¨¢lez, apuntan estas fuentes aliadas, parece volver as¨ª al planteamiento inicial del PSOE de "OTAN, no; bases, s¨ª", abriendo la posibilidad de invertir esta postura. En cuanto a la participaci¨®n militar espa?ola en la OTAN, Gonz¨¢lez siempre rechaza la "plena integraci¨®n militar de Espa?a en la OTAN", sin precisar hasta el momento lo que significa plena", lo que de hecho deja todas las opciones abiertas.

En cuanto a las declaraciones de Mor¨¢n, se estima que ¨¦sta es la primera vez que un miembro del Ejecutivo espa?ol se pronuncia por una opci¨®n precisa: la retirada total de la estructura militar de la OTAN y, por tanto, de su Comit¨¦ Militar. Pero estas declaraciones tambi¨¦n han tenido otra lectura para algunos observadores, que las interpretan en el sentido de que se da por seguro que Espa?a se quedar¨¢ en la OTAN.

Relaciones con la CEE

Algunos medios atl¨¢nticos se preguntan si el confusionismo de que hace gala el Ejecutivo espa?ol es puramente premeditado, entre otras razones, para presionar de cara a las negociaciones de ingreso en la CEE. En sentido inverso, algunas embajadas de pa¨ªses importantes de la CEE est¨¢n haciendo circular en Madrid documentos sobre el coste -puramente presupuestario, pues hay otras partidas favorables a los diez, como la comercial, que no se mencionan- que les supondr¨¢ el ingreso de Espa?a en la Comunidad para pedir a cambio su permanencia en la OTAN.

En diciembre de 1982, tras la llegada de los socialistas al Gobierno, ¨¦ste decidi¨® congelar la situaci¨®n de Espa?a en la OTAN en ese momento, pendiente la promesa del refer¨¦ndum y un estudio sobre las necesidades de la defensa espa?ola; estudio que debe tener ya miles de p¨¢ginas, al convertirse en el manto de Pen¨¦lope del Ejecutivo espa?ol. En un principio, Mor¨¢n hab¨ªa se?alado que dicho estudio -realizado conjuntamente por Asuntos Exteriores y Defensa- estar¨ªa terminado en la primavera de 1984. Estamos ya en el oto?o y parece haber ca¨ªdo en el olvido. Sin embargo, a lo largo de estos casi dos a?os, Espa?a ha multiplicado los gestos de buena voluntad hacia la OTAN.

Desde el principio, el Gobierno socialista se?al¨® que Espa?a se comportar¨ªa como aliado fiel y cooperador de la OTAN. As¨ª ha sido, aunque, desde diciembre de 1982, Espa?a manten¨ªa una reserva formal a los comunicados finales de las reuniones en las que participaba, aunque s¨ª suscribi¨® los del Eurogrupo, en el que Francia no participa.

Y entre tanto, cambi¨® de embajador en la OTAN. Destituy¨® a Javier Rup¨¦rez, de UCD, y para evitar a la vez sobresaltos y el ejercicio de la pol¨ªtica llamada de silla vac¨ªa, nombr¨® representante permanente al entonces segundo de a bordo de la delegaci¨®n espa?ola en la OTAN, Jaime de Ojeda.

Como novedad, Espa?a, representada por Ojeda, asisti¨® desde entonces, con estatuto de observador -nuevo en la OTAN-, a las reuniones ministeriales del Grupo de Planes Nucleares (en el que Francia no participa). Por otra parte, como antes, el ministro de Asuntos Exteriores sigui¨® asistiendo a las reuniones semestrales del Consejo Atl¨¢ntico, ¨®rgano principal de la Alianza, que tambi¨¦n puede reunirse a nivel de jefes de Estado y de Gobierno, en ¨¦l que pueden participar, como ha ocurrido en diversas ocasiones, los titulares de Defensa o de finanzas. En diciembre de 1983 y en junio de 1984, Espa?a suscribi¨® las llamadas "declaraciones de Bruselas" y "de Washington", aunque con una reserva puntual en el ¨²ltimo caso a un p¨¢rrafo sobre la URSS. Este gesto se explic¨® por el hecho de que tales declaraciones no formaban estrictamente parte de los comunicados finales.

En el terreno m¨¢s estrictamente militar, Espa?a sigui¨® representada en el Comit¨¦ Militar a su m¨¢s alto nivel, y no en sus organizaciones subordinadas. Este Comit¨¦ es "la m¨¢s alta autoridad militar" de la OTAN. Est¨¢ constituido por los jefes de Estado Mayor de los pa¨ªses miembros, salvo Francia, que est¨¢ representada en su seno por una misi¨®n militar.

Aumento de la presencia espa?ola

Valga esto por el Comit¨¦ Militar. Pero es que Espa?a, representada a su m¨¢s alto nivel por el ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, tambi¨¦n participa en las reuniones semestrales del Comit¨¦ de Planes de Defensa (CPD), que agrupa a los ministros del ramo "de los pa¨ªses miembros que participan en la estructura de defensa integrada de la OTAN", lo que, una vez m¨¢s, excluye a Francia. Formalmente, el CPD pertenece a la estructura civil de la Alianza.

En la ¨²ltima reuni¨®n del CPD, el 15 de mayo, cuando los ministros de la OTAN hablaban de los objetivos de fuerzas de sus distintos pa¨ªses, Serra explic¨®, por vez primera en este importante contexto, las grandes l¨ªneas de los planes de modernizaci¨®n de las Fuerzas Armadas espa?olas. Este gesto de Serra -que 12 meses antes hab¨ªa se?alado su deseo de que Espa?a participara activamente en las maniobras militares de la OTAN- fue ampliamente comentado en la OTAN por su simbolismo. Algunos pa¨ªses de la OTAN lo interpretan como una se?al de la voluntad espa?ola de participar militarmente en la Alianza. Otras fuentes, sin embargo, resaltan que Serra intent¨® as¨ª convencer a la OTAN de que, incluso fuera de ella o de su estructura militar, Espa?a contribu¨ªa efectivamente a la defensa occidental.

Y dentro de las acciones que no responden a la proclamada congelaci¨®n est¨¢ la asunci¨®n por un militar espa?ol del grupo de estudios de la OTAN sobre la fragata de los a?os noventa, la participaci¨®n espa?ola -aunque con car¨¢cter de observador- en las maniobras te¨®ricas Hilex o Wintex. Sin olvidar, en el aspecto declaratorio, la "comprensi¨®n" del presidente del Gobierno en Bonn por la instalaci¨®n de los euromisiles americanos.

Espa?a ha participado cada vez m¨¢s activamente en los comit¨¦s de la OTAN, en los que ya estaba representada, y en otros nuevos por razones de inter¨¦s. En los ¨²ltimos meses incluso ingres¨® en uno de reciente creaci¨®n: el de mantenimiento y aprovisionamiento de material. La congelaci¨®n es, pues, relativa.

Fuera de la OTAN, Espa?a, a trav¨¦s del subsecretario de Defensa, Eduardo Serra, ha participado en las reuniones del Grupo Europeo Independiente de Programas (GEIP), que a¨²na a todos los pa¨ªses europeos de la OTAN, en un esfuerzo por encontrar un marco aut¨¦nticamente europeo, frente a EE UU, para la industria armamentista. El GEIP est¨¢ preparando para este oto?o, en La Haya, una reuni¨®n a nivel de ministros, en la que podr¨ªa participar el titular espa?ol.