Europa, con un pie en Centroam¨¦rica
Los pa¨ªses de la CEE entienden que la acci¨®n econ¨®mica y social es la soluci¨®n para los graves problemas de la zona
La CEE no pretende, con estos contactos que ayer se celebraron a alto nivel, erigirse en mediadora para solucionar la conflictiva situaci¨®n centroamericana ni abrir nuevas iniciativas pol¨ªticas; pero s¨ª ofrecer una v¨¢lvula de escap¨¦ para los pa¨ªses de la zona e intentar evitar que la regi¨®n se convierta en foco de enfrentamiento entre el Este y el Oeste, apoyando plenamente los esfuerzos del Grupo de Contadora.En un principio, Estados Unidos se hab¨ªa mostrado receloso ante la convocatoria de la reuni¨®n, de la que ha sido excluido, pero pronto perdi¨®, al menos aparentemente , su desconfianza ante la modestia de las intenciones europeas.
Si la CEE, como conjunto, ha tenido poco que hacer hasta ahora en la zona, no ha sido ¨¦ste el caso de algunos de sus pa¨ªses miembros. El m¨¢s activo, sin duda, ha sido la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA). Cabe recordar algo que no es muy conocido: la Fundaci¨®n Friedrich-Ebert, que ten¨ªa contactos con los sandinistas nicarag¨¹enses, proporcion¨® durante la revoluci¨®n en aquel pa¨ªs l¨ªneas de contacto entre ¨¦stos y Washington.
Para Estados-Unidos, Centroam¨¦rica -y muy especialmente Nicaragua- es un problema "estrat¨¦gico", se?ala un funcionario comunitario. La visi¨®n desde la CEE es diferente. Para la Comunidad, los problemas centroamericanos tienen su origen en los desequilibrios estructurales, sociales y econ¨®micos que imperar en la regi¨®n, y no en una dimensi¨®n Este-Oeste.
De aqu¨ª que de cara al futuro, pero tambi¨¦n en el pasado inmediato, el esfuerzo de la CEE se centre en que los pa¨ªses de la zona salgan del atolladero por s¨ª mismos -con cierta ayuda econ¨®mica-, sin injerencias pol¨ªticas ni militares externas, lo que tambi¨¦n significa sin intervenci¨®n norteamericana, respet¨¢ndose las, fronteras y los derechos humanos e insistiendo en la democratizaci¨®n de los reg¨ªmenes. En este contexto, la CEE ha expresado sus esperanzas ante las declaraciones del presidente de El Salvador, Jos¨¦ Napole¨®n Duarte, sobre la promoci¨®n del respeto a los derechos humanos y las perspectivas de elecciones libres en Nicaragua, aunque entre los diez no se da un pleno acuerdo sobre el valor de esta convocatoria a las urnas.
El comisario de la CEE encargado de las relaciones con el Tercer Mundo, Edgard Pisani, que particip¨® como tal en la reuni¨®n, se?al¨® unos d¨ªas antes que "Europa no tiene intenci¨®n de lanzarse en una cruzada contra Estados Unidos" en la zona, y habl¨® de la presencia de Europa como "testigo y como c¨®mplice". Para otro diplom¨¢tico europeo los pa¨ªses de la CEE colaboran tambi¨¦n con este esfuerzo para intentar solucionar o desactivar conflictos que ocurren fuera de la zona cubierta por la OTAN. La postura de la CEE, repetida en varias ocasiones, no consiste en tomar nuevas iniciativas pol¨ªticas propias, sino en construir sobre lo que ya existe: el plan puesto en marcha por el Grupo de Contadora. Este plan ha sido aplaudido por la CEE, y el hecho de que Nicaragua lo acepte ha sido calificado de "muy importante" por fuentes comunitarias.
Equilibrio de poderes
"Pi¨¦nsese que la CEE, con Espa?a y Portugal, es el ¨²nico gran grupo al que pueden acudir estos pa¨ªses si quieren evitar el tener que apoyarse directamente en EE UU o en la URSS, a trav¨¦s de Cuba", manifiesta un diplom¨¢tico europeo, a?adiendo que la Comunidad puede ser ¨²til para ofrecer una visi¨®n paralela y evitar a estos pa¨ªses una opci¨®n ideol¨®gica directa". El propio ministro de Asuntos Exteriores de Colombia se?al¨® recientemente que "la mera presencia de Europa introduce un equilibrio de poderes".
Por su parte, el presidente en ejercicio del Consejo de Ministros de la CEE, el irland¨¦s Peter Barry, recordaba, en nombre de la Comunidad, esta semana, desde la tribuna de las Naciones Unidas, esta l¨ªnea de pensamiento de la CEE frente al polvor¨ªn centroamericano: "Los diez est¨¢n convencidos de que los problemas de Am¨¦rica Central no pueden resolverse por medio de la fuerza armada, sino s¨®lo a trav¨¦s de una soluci¨®n pol¨ªtica que salga de la propia regi¨®n". Es un discreto aviso a EE UU. Y se puede recordar que la invasi¨®n norteamericana de la isla de Granada fue criticada por diversos pa¨ªses europeos.
El di¨¢logo est¨¢ ya institucionalizado y no se limitar¨¢, pues, a contactos bilaterales entre pa¨ªses. ?stos proseguir¨¢n, sin embargo, y hay pa¨ªses m¨¢s activos que otros -la RFA, Holanda y B¨¦lgica, a la cabeza- en raz¨®n de sus distintos intereses, ya sean econ¨®micos o pol¨ªticos.
La CEE considera que una aut¨¦ntica integraci¨®n econ¨®mica en Am¨¦rica Central aumentar¨¢ las posibilidades de crecimiento de esos pa¨ªses y llevar¨¢ a reducir las tensiones al instaurar un clima de confianza mutua. Esto es lo que tratar¨¢ de potenciar la CEE. Es la teor¨ªa funcionalista que est¨¢ en los propios cimientos de la CEE. De hecho, la postura europea ya ha tenido ciertos frutos, al reunirse en agosto el Consejo del Mercado Com¨²n Centroamericano (MCCA) para debatir la reuni¨®n que concluy¨® ayer.
La Comunidad seguir¨¢ examinando la posibilidad de establecer un lazo contractual, sobre una base regional, con los pa¨ªses de la zona. Este objetivo ya fue discutido durante la reuni¨®n del pasado 21 de mayo entre representantes de la Comisi¨®n Europea y los embajadores en Bruselas de los cinco pa¨ªses implicados.
La CEE busca ahora reforzar el MCCA, fundado en 1960, pero que pocos resultados ha dado en la pr¨¢ctica. El di¨¢logo entre la CEE y el MCCA ha dormitado, pero se revitaliz¨® en 1981a ra¨ªz de la visita de un miembro de la Junta nicarag¨¹ense a Bruselas, y posteriormente, en los ¨²ltimos meses, de los presidentes de Costa Rica, Luis Alberto Monge, y El Salvador, Jos¨¦ Napole¨®n Duarte. El anterior presidente del Parlamento Europeo, Piet Dankert, visit¨® este a?o Am¨¦rica Central y se entrevist¨® con representantes del Grupo de Contadora.
La CEE puede decir que ha tratado bien econ¨®micamente a Centroam¨¦rica, pero ¨¦sta no es la realidad. A corto y medio plazo, sin embargo, la soluci¨®n no es comercial, estiman las fuentes europeas consultadas. La CEE es el segundo cliente, detr¨¢s de EE UU, del MCCA, al que compr¨® un 22% de sus exportaciones en 1982. Su caf¨¦ y sus pl¨¢tanos entran en buenas condiciones arancelarias en la CEE, pero no se les aplica la cl¨¢usula de pa¨ªs m¨¢s favorecido. Un 39% de las pl¨¢tanos y un 17% del caf¨¦ importados por la Comunidad provienen de estos pa¨ªses centroamericanos, con los que en 1983 tuvo la CEE una balanza comercial deficitaria de unos 350 millones de d¨®lares. La CEE les vende maquinaria, acero y productos qu¨ªmicos y farmac¨¦uticos.
La ayuda econ¨®mica de la CEE como Comunidad (es decir, sin contar lo que los Estados miembros aportan por separado) se centra actualmente en proyectos de desarrollo regional, alcanzando en 1983 la cifra de 30 millones de d¨®lares. Para la Comisi¨®n Europea, el establecimiento de un acuerdo marco tendr¨ªa poca utilidad de no ir acompa?ado de un aumento de la ayuda. La RFA pide doblar su montante, pero las cajas de la Comunidad est¨¢n vac¨ªas, y estos pa¨ªses no figuran, adem¨¢s, entre los m¨¢s pobres del mundo. Am¨¦rica Central estima necesitar 10.000 millones de d¨®lares al menos para reequilibrar sus econom¨ªas, basadas en la exportaci¨®n de materias primas como las ya mencionadas, lo que dificulta su desarrollo econ¨®mico.
Por el momento, se ha abierto un sendero. "Se trataba de iniciar un proceso, y no de concluirlo", manifest¨®, modestamente, un diplom¨¢tico la CEE. Tras el gran estreno que fue la reuni¨®n de ayer, queda, sin embargo, mucho por hacer si la CEE quiere realmente tener un papel eficaz en aquella zona del mundo.
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