Un gatillo demasiado suelto
Tres muertos y tres heridos graves en una semana por disparos de agentes de la autoridad
En menos de 24 horas, agentes de los cuerpos de seguridad del Estado mataron la pasada semana en Madrid a tres hombres e hirieron de gravedad a otros tres. El empleo creciente de las armas de fuego es atribuido por portavoces oficiales a la existencia en la capital de una numerosa, bien armada e insensata delincuencia juvenil. Sin negar el protagonismo de los desesperados en el aumento de la inseguridad, algunos polic¨ªas y juristas dem¨®cratas objetan que la ley de fugas es inadmisible, y recuerdan que matar al delincuente equivale a un fracaso policial.
Noche del martes 2 de octubre. Tres navajeros asaltan ante un cajero aut¨®matico de la calle de Urugay a un inspector del Cuerpo Superior de Polic¨ªa. Le roban 17.000 pesetas, le derriban al suelo, intentan herirle cuando revela su condici¨®n de funcionario. El inspector saca su arma, mata a dos de los asaltantes y hiere al tercero. "Leg¨ªtima defensa", afirma el portavoz de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid.En la misma noche, otro inspector celebra con algunos compa?eros la festividad del santo Angel Custodio en un pub de la cuesta de Santo Domingo. El funcionario piropea a una de sus compa?eras, discute con su esposa, saca su arma, dispara dos veces en la calle y una en el interior del local. Un camarero cae gravemente herido. "Ataque moment¨¢neo de locura, se?ala la fuente citada. El inspector es internado en un psiqui¨¢trico en el que se le da de alta 24 horas despu¨¦s.
Ma?ana del mi¨¦rcoles 3 de octubre. Dos j¨®venes entran en una caja de ahorros de M¨®stoles. Van armados con una navaja y un rev¨®lver que luego se comprobar¨¢ que es simulado. Entre los clientes hay un polic¨ªa nacional de paisano que echa mano de su arma reglamentaria. El agente y el atracador del rev¨®lver se enca?onan mutuamente. El primero dispara y el segundo cae herido grave. "No pod¨ªa saber que el arma del atracador era simulada, explican en jefatura. Tarde del mismo d¨ªa. Un joven da un tir¨®n a una mujer en el cruce de las calles de Infantas con Fuencarral, casi junto a la Gran V¨ªa. Huye a la carrera con el bot¨ªn, una cadena de oro y un crucifijo. En su persecuci¨®n sale un guardia civil de paisano que se encontraba en el lugar. Dispara tres veces y el ¨²ltimo proyectil alcanza y mata por la espalda al fugitivo. "No podemos afirmar si la actuaci¨®n del guardia fue o no correcta", dice el portavoz de la Direcci¨®n General de la Guardia Civil.
En menos de 24 horas han muerto en Madrid tres hombres y otros tantos han resultado lesionados de gravedad por disparos de miembros de los tres cuerpos de las fuerzas de orden p¨²blico. En parad¨®jica coincidencia con esos hechos, se inaugura el mi¨¦rcoles en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid un Curso Internacional de Alta Especializaci¨®n para Fuerzas de Polic¨ªa, organizado por la Direcci¨®n de la Seguridad del Estado sobre el tema monogr¨¢fico La formaci¨®n del polic¨ªa como base de la investigaci¨®n de la verdad judicial y de la protecci¨®n de los derechos humanos.
En la ma?ana del viernes 5 de octubre intervino en el curso Melitino Garc¨ªa, fiscal jefe de la Audiencia Nacional, quien explica que el uso del arma debe ser racional y proporcional al mal que se intenta evitar", y que no debe emplearse en la persecuci¨®n de un ladronzuelo o
Un gatillo demasiado suelto
Viene de la p¨¢gina anteriorla dispersi¨®n de una manifestaci¨®n. Dos de los casos acaecidos esta semana, el del inspector que dispara en un pub y el del guardia civil que abate al tironero, han resucitado el debate, que tuvo uno de sus momentos culminantes en febrero de 1983, cuando el ni?o Juan F¨¦lix Dom¨ªnguez Mart¨ªn muri¨® por disparos de la Guardia Civil en un control de carretera cerca de Valmojado (Toledo).
Reminiscencias militares
En aquella ocasi¨®n, seg¨²n ha recordado esta semana uno de sus portavoces, la Uni¨®n Sindical de Polic¨ªa (USP), que agrupa a funcionarios del Cuerpo Superior de Polic¨ªa, manifest¨® que "la preparaci¨®n militar de la Guardia Civil puede in capacitarle en algunas ocasiones para realizar servicios estrictamente policiales". El que un desconocido no obedezca la orden de "?Alto!" dada por un centinela es motivo suficiente, seg¨²n las ordenanzas militares, para que ¨¦ste dispare. A finales de febrero del pasado a?o, la USP present¨® al Ministerio del Interior un documento sobre el uso de las armas de fuego. Para la USP sus criterios de entonces siguen siendo v¨¢lidos hoy y "no debe permitirse usar estas armas salvo en casos de peligro inminente contra la vida o integridad f¨ªsica de los funcionarios o de terceras personas".
La Direcci¨®n de la Seguridad del Estado recogi¨® las preocupaciones manifestadas en aquel momento en una instrucci¨®n general, de fecha de abril de 1983 y r¨²brica de Rafael Vera, en la que se especifica que las armas s¨®lo pueden usarse "cuando la fuerza actuante sea atacada con armas de fuego o agredida con objetos que puedan producirle lesiones, f¨ªsicas; cuando se la atropelle con un veh¨ªculo; cuando del comportamiento del sospechoso se deduzca, sin ning¨²n g¨¦nero de duda que pretende darse a la fuga, o cuando se constante su alta peligrosidad"..
La circular, que nunca lleg¨® a ser difundida entre los funcionarios, explicita que "la fuerza actuante habr¨ªa de prever los comportamiento: anormales de ebrios, toxic¨®manos y delincuentes de escasa peligrosidad", y fija como norma que "es preferible no detener a un delincuente que lesionar a un inocente"
Ese principio es, para Joaqu¨ªn Navarro, titular del Juzgado de Ins trucci¨®n n¨²mero 3 de Madrid, "una de las bases de la civilizaci¨®n jur¨ªdica occidental". El juez se?ala que "nada justifica disparar contra alguien que est¨¢ escapando", y recuerda que "todo el mundo es inocente hasta que ante un tribunal de justicia se demuestre lo contrario".
En relaci¨®n al frecuente uso de las armas por las fuerzas de seguridad, el juez subraya que "el agente s¨®lo debe desenfundar y disparar en leg¨ªtima defensa o manifiesto estado de necesidad siempre y cuando el mal causado no sea mayor que el que se ha tratado de evitar".
Joaqu¨ªn Navarro opina que "hay que reducir en Espa?a el n¨²mero de agentes de la autoridad armados. El Estado debe entregar un arma tan s¨®lo a aquellos funcionarios que, por absoluta necesidad y tras haber sido cuidadosamente seleccionados, deban llevarlas. Y lo que en raras ocasiones se justifica es la pr¨¢ctica habitual en nuestro pa¨ªs de que los funcionarios porten armas fuera de servicio".
En Espa?a, hasta los guardias de tr¨¢fico van armados. En Madrid hay unos 1.000 funcionarios del Cuerpo Superior de Polic¨ªa, 6.000 agentes de la Polic¨ªa Nacional y 4.000 polic¨ªas municipales, todos con armas de fuego. A ese contingente hay que a?adir las fuerzas de la Guardia Civil destacadas en la capital, cuyo n¨²mero
Un fracaso, no un ¨¦xito
Un inspector de polic¨ªa afiliado a la USP y adscrito a una comisar¨ªa madrile?a lamenta, por ejemplo, que "en 11 a?os de servicio en el cuerpo s¨®lo he efectuado cuatro o cinco pr¨¢cticas oficiales de tiro", y a?ade que "la preparaci¨®n f¨ªsica de los polic¨ªas espa?oles es tambi¨¦n deficiente". El inspector se?ala que "en casi todas las comisar¨ªas hay bares, pero en pocas gimnasios", y explica que, en su caso, hace ejercicio f¨ªsico y practica artes marciales de autodefensa en el tiempo libre y pag¨¢ndolo de su bolsillo.
La USP recuerda que ha solicitado en diversas ocasiones que se establezca la obligaci¨®n de que todos los polic¨ªas depositen las armas reglamentarias en comisar¨ªa, bajo la custodia de maestros armeros, y que ¨¦stas sean recogidas antes de salir a un servicio y devueltas a su t¨¦rmino. "Es lo que se hace ahora con los radiotransmisores port¨¢tiles, cuya peligrosidad es notablemente inferior".
En opini¨®n de Joaqu¨ªn Navarro, Iesionar o matar a un presunto delincuente es casi siempre un fracaso profesional para un polic¨ªa, cuya obligaci¨®n es detenerle y presentarlo ante la justicia con las pruebas suficientes". El juez se muestra "alarmado porque, en ocasiones, el Ministerio del Interior y cierto sector de la Prensa presente la muerte de un presunto delincuente como un ¨¦xito".
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