Thatcher arremeter¨¢ contra los 'rebeldes' de su partido en el congreso conservador

El congreso anual del Partido Conservador brit¨¢nico se inaugura hoy en Brighton en medio de la tormenta provocada por las cr¨ªticas de la Iglesia de Inglaterra y de un peque?o sector del propio partido tory. La primera ministra, Margaret Thatcher, se dirigir¨¢ a los delegados a mediados de semana, y se espera que pronuncie un duro discurso contra los rebeldes conservadores. El ambiente ser¨¢ muy distinto al del congreso anterior, en el que Margaret Thatcher, que acababa de ganar por amplia mayor¨ªa las elecciones, fue recibida como una aut¨¦ntica hero¨ªna. Un a?o despu¨¦s, Thatcher tiene que hacer frente a una cifra r¨¦cord de 3,3 millones de parados y a cr¨ªticas virulentas de algunos de sus aliados m¨¢s cl¨¢sicos.

El arzobispo de Canterbury, doctor Robert Runcie, en una entrevista concedida ayer a The Times, afirma que el Reino Unido necesita "un l¨ªder que una y no que divida al pa¨ªs". En una intervenci¨®n de claro matiz pol¨ªtico y sin precedentes, Runcie denuncia el desempleo, la pobreza y la desesperaci¨®n de un sector de la comunidad, la injusticia en el reparto de los sacrificios y a las "personas que tratan al pueblo como si fuera escoria". "La c¨®lera, el miedo, el sentimiento de injusticia y la violencia est¨¢n da?ando la estructura de la sociedad brit¨¢nica", explica.

La intervenci¨®n del arzobispo lanza sobre la arena del cengreso la pol¨¦mica huelga de mineros, que ya se adue?¨® de la asamblea laborista celebrada la semana pasada. Los tories y la propia Margaret Thatcher estar¨¢n obligados a discutir ante las c¨¢maras de televisi¨®n sus planes e ideas sobre el conflicto laboral m¨¢s importante del Reino Unido en los ¨²ltimos 60 a?os.

La huelga y el alto ¨ªndice de desempleo monopolizar¨¢n los debates, y se espera que por primera vez algunas voces se atrevan a discrepar de la pol¨ªtica gubernamental.

El llamado Bow Group, que re¨²ne a muchas de las eminencias grises del Partido Conservador y que cuenta entre sus afiliados a siete ministros, ha aprovechado las v¨ªsperas del congreso para enviar a Margaret Thatcher una carta quej¨¢ndose del incumplimiento de promesas electorales y de su negativa a escuchar consejos. La agria respuesta de la primera ministra les dej¨® asombrados: "Estupideces". El malestar, creado por esta respuesta no ha hecho m¨¢s que aumentar.

Curiosamente, Thatcher, cada d¨ªa mas criticada en sectores pr¨®ximos al Partido Conservador, sigue teniendo un buen apoyo en el ciudadano medio. Las encuestas colocan al Partido Conservador por encima de los laboristas, y aunque el 68% cree que la primera ministra ha hecho un mal trabajo en el tema empleo, m¨¢s del 80% aprueba su pol¨ªtica econ¨®mica.