Torbellino en Manila
Escuchando al presidente Marcos se deduce que todo el mundo en Filipinas, excepto ¨¦l mismo, corre un fuerte riesgo. Ahora acusa al cardenal Jaime Sin, arzobispo de Manila, de fomentar la rebeli¨®n y la violencia. Y advierte que, si continuan los disturbios en la calle, los acreedores extranjeros van a llegar a la conclusi¨®n de que su r¨¦gimen "es inestable, d¨¦bil, incompetente e incapaz de hacer cumplir las leyes". Al tiempo que eran pronunciadas estas palabras, los principales hombres de negocios se sumaban a la manifestaci¨®n contra Marcos, y era la primera vez que algo parecido ocurr¨ªa en Manila.Por el contrario, hay algo que todav¨ªa no se ha producido, y es la publicaci¨®n del informe de la co misi¨®n que investiga el asesinato de Benigno Aquino, ocurrido el pasado a?o. Seg¨²n se dice, el equipo de cinco miembros ha rechazado la interpretaci¨®n de Marcos, que sostiene que fue llevado a cabo por un ¨²nico asesino pagado por los comunistas. Parece m¨¢s cre¨ªble que alg¨²n militar ordenase la ejecuci¨®n. Cuanto m¨¢s se retrase la presentaci¨®n del informe, m¨¢s se acrecentar¨¢ la sospecha de que Marcos trata de intervenir en los dict¨¢menes finales.
El hecho de que este asesinato no haya sido a¨²n aclarado es la causa indirecta del remolino que amenaza a Marcos. Ha llevado a los pa¨ªses extranjeros que le conced¨ªan pr¨¦stamos a cuestionar la viabilidad de una tiran¨ªa personal. A la disminuci¨®n del cr¨¦dito vino unida la de la prosperidad; al aumento de los disturbios, el de la represi¨®n: por lo menos 52 personas han de saparecido este a?o, y las ejecuciones, conocidas como salvadoras, han acabado con 108 vidas.
, 13 de octubre
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