Una referencia pol¨ªtica e intelectual
Fernando Mor¨¢n, que antes que diplom¨¢tico fue vecino de Avil¨¦s, dec¨ªa ayer en los pasillos del Hotel Reconquista que "Oviedo es ya una referencia obligada para pol¨ªticos e intelectuales de Iberoam¨¦rica, gracias a los premios Pr¨ªncipe de Asturias". Javier Solana, que comparte con Mor¨¢n una cartera ministerial, pero no la condici¨®n de nacido en el Principado, era m¨¢s prudente, pero no menos rotundo: "Estos galardones cobran importancia cada a?o".Afortunadamente, hay otros term¨®metros que marcan con m¨¢s fiabilidad, y menos pasi¨®n, la temperatura de los actos sociales. Unos son las llamadas revistas del coraz¨®n, ahora en plena guerra editorial: Tico Medina, redactor jefe de ?Hola! y Jaime Pe?afiel, director de La revista, viajaron ayer a Oviedo para estar presentes en estos actos. Su asistencia es, tal vez, tan significativa como los elogios de Mor¨¢n y Solana.
En cualquier caso, la entrega de los premios Pr¨ªncipe de Asturias se ha convertido en una cita obligada para famosos y notables. Adolfo Su¨¢rez, que fue, despu¨¦s de los Reyes, el personaje p¨²blico m¨¢s aplaudido por la gente que abarrotaba en la tarde de ayer las inmediaciones del Teatro, Campoamor, estaba feliz por el galard¨®n concedido al grupo Contadora: "una iniciativa as¨ª, una lucha en favor de la paz mediante el di¨¢logo, merece el apoyo de cualquier pol¨ªtico", se?al¨® el ex presidente del Gobierno espa?ol.
Sin embargo, el galard¨®n otorgado a los cancilleres de Contadora eclips¨®, esta vez, a los dem¨¢s premiados, y no s¨®lo a Claudio S¨¢nchez Albornoz, que no pudo ver cumplido su ¨²ltimo deseo: estar ayer en Oviedo, "aunque sea en camilla".
El poeta Pablo Garc¨ªa Baena, que volvi¨® a declararse hijo de la generaci¨®n del 27, aseguraba a mediod¨ªa, ante la indiferencia general de los pasillos, que el premio de las Letras que recibi¨® este a?o supone "una especie de resurrecci¨®n del grupo C¨¢ntico". Pero hab¨ªa demasiada gente para que se le pudiera o¨ªr. Ni siquiera se enter¨® D¨¢maso Alonso, que depart¨ªa animadamente, en un sof¨¢ del hotel, con el reportero Miguel de la Quadra Salcedo.
Los periodistas persegu¨ªan fren¨¦ticamente a los cancilleres de Contadora y no se acordaron apenas de Ant¨®n Ayestar¨¢n, premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes y que, a¨²n ayer, se declaraba "encantado y sorprendido" porque el Orfe¨®n Donostiarra haya recibido esta distinci¨®n. La entrega de los premios reuni¨®, por cuarta vez en Oviedo, a los personajes m¨¢s importantes de la cultura, la ciencia y la pol¨ªtica, pero eran tantos que se ocultaban unos a otros.
Las declaraciones y las poses fotogr¨¢ficas concluyeron al filo de las dos de la tarde. A esa hora comenz¨® la primera recepci¨®n de los Reyes, que concluy¨® con un almuerzo. El t¨ªpico men¨² asturiano que se sirvi¨® en la comida -crema de n¨¦coras, fabada y frixuelos- debi¨® relajar los ¨¢nimos, porque, tras la sobremesa, las declaraciones fueron ya m¨¢s sosegadas y los trajes de algunas se?oras y se?ores cambiaron de dise?o y de color.
Unos y otros volvieron a saludarse de nuevo por la noche, tras el acto del Campoamor, en una nueva recepci¨®n en que el rey Juan Carlos, la reina Sof¨ªa y la infanta Elena, estrecharon con amabilidad incansable centenares de manos y esbozaron, para todos, cari?osas sonrisas. Entre tanto, en la capital asturiana terminaba un d¨ªa t¨ªpicamente ovetense: niebla espesa y temperaturas frescas. Una imagen ¨²nicamente alterada por el inusitado despliegue policial que hubo ayer en Vetusta.
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