Henri Michaux, el viaje, la droga y la mirada
El poeta y pintor franc¨¦s Henri Michaux, que falleci¨® en Par¨ªs a causa de una larga enfermedad, seg¨²n se supo anteayer (v¨¦ase la segunda edici¨®n de EL PAIS de ayer), fue un intelectual que influy¨® de forma poderosa sobre la est¨¦tica y el pensamiento de los poetas y artistas de nuestro tiempo, dentro y fuera de Francia. Su estatura literaria nunca fue disminuida por su car¨¢cter secreto, que acrecent¨® el enigma de su personalidad. En este art¨ªculo se evocan las grandes etapas de su obra.
Durante los ¨²ltimos 20 a?os, Henri Michaux se neg¨® a revelar su propia imagen, a dejarse fotografiar, a conceder a periodistas y estudiosos los menores detalles de su vida privada. S¨®lo hace un par de a?os, en una recepci¨®n en el Colegio de Francia, un fot¨®grafo de prensa lo reconoci¨® y pudo dejar testimonio de un rostro ya envejecido, envuelto en gestos de protesta ante la c¨¢mara, que el poeta rechazaba. Ello no es normal en estos tiempos de dictadura de los medios de comunicaci¨®n, a los que Michaux negaba una y otra vez tanto su rostro como sus declaraciones.Sus principios fueron tempranos, pero no demasiado f¨¢ciles. Nacido en Namur (B¨¦lgica) en 1899, public¨® sus primeros textos en 1922, en la revista Le disque vert, pero ya en 1926 colaboraba en la Nouvelle Revue Fran?aise, en Commerce y en Mesures. Relativamente influido por los superrealistas, nunca perteneci¨® al grupo, ya que su principal caracter¨ªstica ha sido siempre la de la independencia y la soledad. En 1927 publicaba su primer libro en la Nouvelle Revue Fran?aise (Qui je fus), pero su poes¨ªa desconcertaba a la cr¨ªtica y al p¨²blico. Todav¨ªa 30 a?os m¨¢s tarde, mientras Ga?tan Picon lo saludaba como uno de los cuatro grandes de la ¨²ltima poes¨ªa francesa -junto con Jacques Pr¨¦vert, Francis Ponge y Ren¨¦ Char; estos dos ¨²ltimos todav¨ªa sobreviven-, un especialista como Marcel Raymond se resist¨ªa a reconocer su importancia.
Impenitente viajero, reportero en verdad de su propio interior, dos nuevos libros, Ecuador (1929) y Un b¨¢rbaro en Asia (1932) irrumpieron con fuerza sorprendente en el panorama de la poes¨ªa francesa de nuestro siglo. Tras los sucesivos ataques en tromba que desde Rimbaud y Lautr¨¦amont hasta los superrealistas ven¨ªa experimentando la poes¨ªa en este pa¨ªs, tan acostumbrada a los pesos, las medidas y los ritmos llevados a su perfecci¨®n, la intervenci¨®n de Michaux con su poes¨ªa deliberadamente prosaica y atormentada planteaba una vez m¨¢s la redefinici¨®n del g¨¦nero.
Poes¨ªa y prosa
?Es poeta Michaux?, se preguntaba la cr¨ªtica. "En principio se presenta como un prosista seco y ligero", se?alaba el citado Picon. Pero los dos libros citados eran sobre todo diarios de viaje, no reportajes al uso; libros subjetivos en los que la impresi¨®n contaba tanto como la descripci¨®n. "En Ecuador nunca me sent¨ª yo mismo -dec¨ªa Michaux mucho despu¨¦s-, pues aquellos 465 metros por segundo en esos pa¨ªses, mientras yo nac¨ª donde la Tierra s¨®lo gira a la velocidad de 250 metros cada segundo, ejercieron sobre m¨ª un fuerte influjo, ya que soy muy sensible a toda suerte de giros y vueltas". Ya Borges tradujo Un b¨¢rbaro..., al menos en su primera versi¨®n, y el lector espa?ol dispone ahora de estos dos libros, traducidos por Crist¨®bal Serra. Poco despu¨¦s Michaux pasaba del viaje exterior al viaje imaginario, fant¨¢stico y simb¨®lico, en una serie de libros que luego reuni¨® bajo el expresivo t¨ªtulo de Ailleurs, del que recientemente Julia Escobar public¨® una excelente traducci¨®n castellana: En otros lugares.
La obra de Michaux surge de las sensaciones del poeta frente al mundo exterior, pero pronto investiga tambi¨¦n las transformaciones de ese mundo y de sus propias sensaciones: del viaje exterior al fant¨¢stico, y de ¨¦ste al viaje interior, a la experiencia con la droga, a la que ha dedicado libros inolvidables, como L'infini turbulent, Connaissance par les gouffres, Mis¨¦rable miracle y Les grandes ¨¦preuves de l?esprit. La droga ampliaba los l¨ªmites del viaje y los de la experiencia misma.
Y pintura
Aunque dibujaba ya desde muy temprano, pues se conocen ilustraciones propias de algunos de sus libros desde 1939, fue a mediados de los a?os cuarenta cuando se puso a pintar definitivamente, a ra¨ªz de un viaje a Jap¨®n y de un grave accidente que sufri¨® su esposa en un incendio. Desde entonces, la mirada -que tambi¨¦n alterna lo exterior con lo interior, no en balde su antolog¨ªa mayor se titula L?espace du dedans- y la palabra se combinan en su escritura y su obra como pintor se va imponiendo lentamente. Sin embargo, tanto en la pintura como en la escritura el proceso es paralelo, como lo muestran tambi¨¦n sus cuadros y dibujos inspirados en la droga, en la mescalina o el cannabis.
En sus ¨²ltimos tiempos, en soledad y arriscado silencio, Michaux ha ido alternando exposiciones de su obra pl¨¢stica con la publicaci¨®n de breves plaquettes po¨¦ticas que luego re¨²ne en libros. "Nacido, educado e instruido en un ¨¢mbito de cultura ¨²nicamente verbal, y antes de la ¨¦poca de la invasi¨®n de las im¨¢genes, pinto para desacondicionarme", dir¨¢ en el p¨®rtico de Emergences-R¨¦surgences. Franc¨¦s desde 1954, obtuvo el Gran Premio Nacional de las Letras una d¨¦cada despu¨¦s.
En los ¨²ltimos a?os le acosaban la edad y la enfermedad, le fascinaban la pintura oriental y los ideogramas chinos y japoneses. De ello ha dejado tambi¨¦n constancia -Ideogrammes en Chine-, as¨ª como de la pintura de los alienados, en Les Ravag¨¦s, o del mundo de los sue?os, en Fa?ons d?endormi, fa?ons d?eveill¨¦. Al final, el poeta se ha ido en silencio, tras dar su testimonio de esa cat¨¢strofe que es el mundo. Sus imprecaciones, su extrema y sobria violencia, sus met¨¢foras descabelladas imponen como amarga realidad lo que en principio parece una pesadilla. Es, por tanto, fant¨¢stico, so?ador y profundamente realista, y su obra resulta ser revelaci¨®n y testimonio. ?Sus maestros? El Bosco, Lautr¨¦amont, Goya, William Blake, pero tambi¨¦n los superrealistas y Alfred Jarry. En el fondo, oscila entre el patetismo y el sarcasmo; va de la iron¨ªa distanciadora al largo lamento. Ha muerto uno de los grandes poetas del siglo.
Babelia
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