Hart y Jackson hacen campa?a por Mondale
Para demostrar la unidad del Partido Dem¨®crata y, sobre todo, su oposici¨®n a la pol¨ªtica de la Administraci¨®n republicana del presidente Ronald Reagan, dos hombres fuertes del aparato dem¨®crata, Gary Hart y Jesse Jackson, hacen campa?a a favor del candidato presidencial de su partido, Walter Mondale, de cara a la elecci¨®n presidencial estadounidense del pr¨®ximo 6 de noviembre. El entusiasmo con que lo est¨¢n haciendo var¨ªa, pues mientras Hart est¨¢ volcado a favor de Mondale, Jackson se muestra m¨¢s esquivo y reticente a exhibirse en p¨²blico junto al candidato presidencial dem¨®crata y centra su apoyo en ataques al programa republicano, m¨¢s que en defender el de su partido.
Tanto el senador Hart como el reverendo Jackson fueron los rivales de Mondale en la convenci¨®n nacional dem¨®crata. que a mediados del pasado mes de julio, en San Francisco, nombr¨® a Walter Mondale como candidato a la presidencia de EE UU Hart y Jackson hab¨ªan llegado hasta San Francisco tras un largo recorrido de elecciones primarias o caucuses (voto a trav¨¦s de asamblea), realizado en los 50 Estados de la Uni¨®n desde el mes de febrero, pero que: no result¨® suficiente para lograr el n¨²mero mayoritario de delegados para ser los elegidos del partido como presidenciables.
Pero los enemigos de ayer en el proceso preselectivo en el interior del partido como aspirante a la Casa Blanca vuelven al redil y realizan una activa campa?a para intentar situar a Mondale en la presidencia, aunque hay diferencias de entusiasmo entre Hart y Jackson.
Gary Hart demuestra ser un buen perdedor. No regatea ¨¢nimos ni tiempo para recorrer el pa¨ªs recordando que "estoy aqu¨ª con un solo mensaje: Ronald Reagan no merece vuestro apoyo; Walter Mondale, s¨ª" Hart, el hombre que intent¨® dar una imagen nueva al partido, el l¨ªder al estilo de los Kennedy, el preferido de la generaci¨®n denominada de los yuppies (o j¨®venes profesionales liberales que pasaron de la revoluci¨®n social de los a?os sesenta al neoconservadarismo de los ochenta), demuestra ser un pol¨ªtico con disciplina, sonriendo y abrazando al ex oponente Mondale.
Hart no ha parado pr¨¢cticamente su campa?a pro Mondale desde el inicio oficial de la carrera hacia la presidencia, a primeros de septiembre. Ha visitado en total m¨¢s de 40 grandes ciudades en 17 Estados y espera recorrer otros 10 Estados antes del d¨ªa D, el martes 6 de noviembre. Los expertos consideran que la campa?a de Hart a favor de Mondare puede ser clave, sobre todo en los Estados liberales del noreste de EE UU, donde la imagen liberal de Hart cal¨® hondo en las elecciones primarias, pero tambi¨¦n en los Estados del -oeste del pa¨ªs, donde el senador por Colorado cuenta con la imagen de un hombre del pa¨ªs que sabe calzarse unas botas y lucir un sombrero de vaquero.
El entusiasmo de Hart sorprende hasta a sus seguidores. Para explicarlo hay varias razones. La primera es que Hart podr¨ªa calcular que una eventual derrota de Mondale ante Reagan el 6 de noviembre dejar¨ªa otra vez abierta la puerta entre los dem¨®cratas de cara al liderazgo, del partido para 1988. Algo nada ut¨®pico para Hart, un pol¨ªtico de 47 a?os de edad que se ha rodado en la campa?a de 1984. Deja claro que acata las normas del partido y puede ser un joven l¨ªder en, la reserva.
Otras razones no menos importantes es que la campa?a de Hart en las primarias acab¨® con m¨¢s de cuatro millones de d¨®lares de d¨¦ficit (unos 700 millones de pesetas), cuyos n¨²meros rojos puede ahora sufragar el aparato del partido. Hart, senador por el Estado de Colorado, no debe pensar en su eventual reelecci¨®n al Congreso hasta 1988 y no quiere hacer profec¨ªas sobre cu¨¢l ser¨¢ su futuro pol¨ªtico. Sin embargo, muchos electores recordar¨¢n en 1988 el grito de G-a-r-y, G-a-r-y, con el que aclaman sus j¨®venes seguidores.
En el caso del reverendo Jesse Jackson, la actual campa?a presidencial le coloca tambi¨¦n bajo las filas de Mondale. Su apoyo se considera de peso para Mondale entre el electorado de raza negra (17 millones potenciales, entre un censo de unos 90 millones de electores) y de capital importancia en los Estados del Sur. Pero Jackson, a diferencia de Hart, pasa m¨¢s tiempo predicando sus ataques contra la Administraci¨®n conservadora-republicana del presidente Reagan que alabando los programas de Mondale.
En lo que va de campa?a, Jackson parece tambi¨¦n esquivar las apariciones en p¨²blico al lado de Mondale, centrando su mensaje electoral entre la minor¨ªa negra en reg¨ªstrese y vote. Jackson recuerda los objetivos de su coalici¨®n Arco Iris, que, durante las elecciones primarias intent¨® movilizar a las minor¨ªas ¨¦tnicas negra e hispana en particular
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