Jos¨¦ Luis Ortega Monasterio
Militar de profesi¨®n, recientemente rehabilitado y m¨²sicopor vocaci¨®n, ha decidido no reintegrarse al Ej¨¦rcito
Militar de profesi¨®n y m¨²sico por vocaci¨®n, Jos¨¦ Luis Ortega Monasterio no piensa reintegrarse al Ej¨¦rcito. A pesar de que una sentencia reciente de la Audiencia Naciona le ha rehabilitado, tras anular la decisi¨®n de un tribunal de honor celebrado en Huesca en 1976. el coronel Orteqa Monasterio prefiere seguir en las filas de la m¨²sica. Ah¨ª es donde ha encontrado un sentido a su vida y es feliz. Su forzado apartamiento de la milicia le ha permitido acceder al mundo de la far¨¢ndula y la bohemia, algo que ven¨ªa a?orando desde que aprendiera los primeros acordes de guitarra.
JORDI BUSQUERS, Gerona "Tras una infancia dificiY y "una juventud marcada por la gu erra civil", en la que particip¨® luciendo la boina roja de los requet¨¦s, Jos¨¦ Luis Ortega Monasterio ingres¨® en la Acaden¨²a Militar de Zaragoza, en la que obtuvo la graduaci¨®n de teniente en 1943. La tradici¨®n familkir y la delicada situaci¨®n del irnome nto se ?inpusieron entonces a su "escasa convicci¨®n en la milicia". Ensu armario de la acaden¨²a ten¨ªa "m¨¢s libros de armon¨ªa que de t¨¢ctica", recuerda.Ascendido a capit¨¢n, tuvo en Jaca (Huesca) su primer destino como profesor de la Escuela Militar de Alta Monta?a. En la; cumbres pirenaicas compuso su pr:mera canci¨®n, Bello Candanch¨², muy popular en los ambientes monta?eses aragoneses y vascos. "Me di cuenta de que hacer una canci¨®n ne, tiene ning¨²n secreto; lo dificil es c ' jue guste a la gente", subraya. De &luella ¨¦poca data tambi¨¦n una comedia musical, cuyo final puede escucharse cada noche, alas 10, procedente del carill¨®n del Ayuntamiento de Jaca, despu¨¦s de que el consisilorio lo escogiera como himno.
Cuando la nostalgia de la m¨²sica s~ le impon¨ªa, Ortega Monasterio abandonaba temporalmente la milicia. De estas ¨¦pocas re(:uerda con cari?o su paso por las orquestas Macola, de Huesca, y 11orida, de Barcelona, con la que gan¨® el Festival de la Canci¨®n de Ni.enorca. A esta isla lleg¨® cuando fue ascendido a comandante. Pudo rej:presar a la Pen¨ªnsula al conseguir l:? plaza de comandante de defensa pasiva en Palam¨¦s (Gerona). All,,'::~ encontr¨® Ortega Monasterio su mejor destino, al comprobar que entre sus funciones figuraba la de "impulsar, favorecer y potenciar el patrimonio art¨ªstico y la cultura aat¨®ctona". Fue una de las etapas claves de su vida: encontr¨® un pueblo abierto y acogedor, unas gentes can las que pod¨ªa- identificarse y rincanes en los que pod¨ªa dar rienda suelta a su imaginaci¨®n. All¨ª compuso El meu avi, un canto a la tradici¨®n y a la tierra y que hoy es la habanera catalana por excelencia. Y compuso tambi¨¦n El can¨® de Palam¨®s, que es un bello mensaje de paz. Y La baZada d'en Lucas, en la que ironiza sobre las secuelas de una fugaz historia de amor entre un joven pescador y un?L despampanante rubia n¨®rdica.
El ascenso a teniente coronel le llev¨® nuevamente a Jaca, donde contact¨® con la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD). Por ese motivo fue detenido y trasladado al penal militar de Santa Catalina, en C¨¢diz, donde permaneci¨® cinco meses, hasta la amnist¨ªa de: 1976. All¨¢ recibi¨® el testimonio de solidaridad de muchos palamosenses, as¨ª como un pliego en el que figuraba la firma de casi todos los habitantes de Motrico (Vizcaya), su pueblo natal. Destinado a Huesca, fue expulsado del Ej¨¦rcito por un tribunal de honor, cuya decisi¨®n ha. sido anulada ahora por la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
Cuando dentro de unas semanas vuelva a vestir el uniforme y se presente ante el capit¨¢n general, asegura que le dir¨¢: "A sus ¨®rdenes, nu general; solicito mi retiro del Ej¨¦rcito". Y es que Ortega Monasterio prefiere la m¨²sica para seguir luchando por la paz y el entendimiento entre las gentes, ganando la guerra canci¨®n a canci¨®n, como ha hecho en los ¨²ltimos a?os, en los que ha escrito 122 t¨ªtulos.
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