Un neutralismo armado
Indira Gandhi adopt¨® como elemento clave de la pol¨ªtica exterior de su pa¨ªs la antorcha neutralista que su padre, Jawaharlal Nehru, supo encender y convertir en el designio exterior de la India. Pero el suyo fue un neutralismo armado.Ac¨¦rrima partidaria de la creaci¨®n de un nuevo orden econ¨®mico internacional, porque ni el capitalismo puro ni el socialismo asi¨¢tico han sido aplicados con ¨¦xito pleno en el dolorido Tercer Mundo, Indir¨¢ Gandhi simultane¨®, sin embargo, esta orientaci¨®n neutralista con una amistad creciente hacia la URSS. Y ello, por varias razones.
La afinidad hacia la URSS, estatal sobre todo, ha obedecido a la abundancia de rivales de la India en Asia, China y Pakist¨¢n, con los que mantuvo sendas guerras fronterizas a lo largo de las tres ¨²ltimas d¨¦cadas. El ej¨¦rcito indio mostr¨® entonces sus endebles fuerzas y ello sirvi¨® a los dirigentes de Nueva Delhi, con Indira Gandhi a la cabeza, para justificar la peligrosa carrera nuclear, de la cual la India ha sido pionera en el Tercer Mundo. Esta tendencia dot¨® al neutralismo de un componente armamentista al cual casi nadie en el Tercer Mundo se ha sustra¨ªdo desde entonces.
En segundo lugar, la aproximaci¨®n de Indira a Mosc¨² tiene otras ra¨ªces hist¨®ricas e ideol¨®gicas. Cuando Truman inici¨® su pol¨ªtica de asistencia al Tercer Mundo y suscribi¨® con la India en 1952 un Acuerdo de Ayuda, los recursos norteamericanos se dosificaron tanto como para que el Hindustan Standard los definiera entonces como "regalos encadenados".
Los beneficios, por ende, se encauzaron directamente hacia los bolsillos del inversor privado o estatal estadounidense. "India no tiene un lugar en la estrategia de EE UU", era una de las frases favoritas de la estadista muerta.
El capital norteamericano pareci¨® m¨¢s preocupado por desplazar de all¨ª al capital brit¨¢nico que por conseguir un desarrollo econ¨®mico eficaz que apaciguara los conflictos que la India, una democracia pol¨ªtica avejentada por la metafisica inm¨®vil del sistema de castas, tarde o temprano arrostrar¨ªa. Ello dio paso a una afinidad obligada entre Nueva Delhi y Mosc¨².
Este eje beneficiaba mucho a Mosc¨², dotado as¨ª de un aliado decisivo en Asia que equilibraba el eje Pek¨ªn-Karachi y abr¨ªa las puertas a una neutralizaci¨®n del oce¨¢no ¨ªndico ansiada por la Uni¨®n Sovi¨¦tica frente a Estados Unidos. Tambi¨¦n la URSS se aseguraba un poder arbitral entre Nueva Delhi y Karachi, como el Pacto de Tashkent puso de relieve. De todo ello deriva el trato mimoso dado por Mosc¨² a Nueva Delhi, a la que la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha dado apoyos pol¨ªticos, recursos y armas que nunca el Kremlin dio a nadie.
Indira Gandhi breg¨® toda su vida por conseguir la modernizaci¨®n social y econ¨®mica de la India, un pa¨ªs que no tuvo revoluci¨®n industrial -ni burguesa ni socialista- ni campesina de ning¨²n tipo.
Pero, si de su tercera v¨ªa interna, tan compleja como la adoptada desde el Movimiento de los No Alineados, no puede decirse que fracasara, tampoco se puede decir que el triunfo la acompa?¨®. El debate sobre si capitalismo y socialismo pueden ser trascendidos queda abierto.
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