?tica, ¨¢tica y reum¨¢tica
El autor de este art¨ªculo explica las caracter¨ªsticas que envuelven a la llamada crisis de la izquierda en Euskadi, donde a la desorientaci¨®n general se a?ade el impacto de la violencia pol¨ªtica y de un movimiento que se pretende de izquierdas, pero que se apoya en las clases medias. Para Rinc¨®n, la izquierda es, de momento, ¨¦tica en sus planteamientos civiles, pretende ser ¨¢tica en su expresi¨®n est¨¦tica y resulta reum¨¢tica en su manifestaci¨®n pol¨ªtica.
Para definir a la izquierda que sobrevive, la palabra m¨¢s utilizada es perplejidad. Al menos para referirse a una izquierda que no es la moderada que gobierna, inevitablemente menos parecida cada d¨ªa a la izquierda original de su punto de partida, ni la radical, que cada d¨ªa se parece m¨¢s a la ultraderecha contra la que surgi¨®. Tambi¨¦n en Euskadi se ha cumplido y se cumple la ley de la perplejidad en la izquierda situada entre la concreci¨®n que exige el gobernar y la vaguedad de quienes identifican la revoluci¨®n con la pedrada.Si desde el punto de vista f¨ªsico en el franquismo los tiempos eran muy duros, desde el punto de vista intelectual resultaban m¨¢s c¨®modos, porque la simplificaci¨®n era m¨¢s f¨¢cil y las inconcreciones se notaban menos. Se era antifranquista en los casos generales, dem¨®crata sin precisi¨®n, marxista m¨¢s o menos vagamente y militante en los casos agudos. Iniciada la transici¨®n, la identificaci¨®n empieza a emborronarse. Ser antifranquista ya no era gran cosa; ser dem¨®crata quedaba inmerso en un mar de similares, y los reci¨¦n llegados a la vocaci¨®n de la libertad no ten¨ªan un especial tono de piel que les diferenciara de nosotros, una cierta palidez, por ejemplo, frente a nuestro excelente bronceado democr¨¢tico; ser marxista obligaba a vivir en una costumbre de pensar mirada con recelo, al mismo tiempo que exig¨ªa redefinirse; y se abandonaba, o se relajaba, la militancia. En Euskadi, adem¨¢s, el tiempo comenzaba a detenerse. Al inmovilismo del Movimiento suced¨ªa la inmovilidad pol¨ªtica de los violentos. El racional derecho a exigir la autodeterminaci¨®n o la independencia quer¨ªan identificarlo algunos con el irracional placer del tiro en la nuca del adversario. Y todo ello dejaba a la izquierda vasca sumergida en la ambigua situaci¨®n de no saber si segu¨ªamos siendo de los nuestros. Despu¨¦s de la transici¨®n, el desencanto se metaboliz¨® en perplejidad y el tiro en la nunca se institucionaliz¨®.
La convicci¨®n de que la socialdemocracia no tiene en este momento alternativa por la izquierda y de que la alternativa por la derecha es Fraga ha resultado un factor paralizante en vez de un acicate para buscar salidas a la situaci¨®n. La izquierda vasca, en este momento, se limita a achicar el agua que la inunda por una parte y por otra. Quiz¨¢ en Euskadi sea en la ¨²nica autonom¨ªa en la que existe un proyecto que supere la perplejidad, porque gran n¨²mero de experiencias que se inician por ah¨ª ya han tenido su plenitud y su ocaso entre nosotros, pero me temo, que poco se puede hacer ahora nuismo m¨¢s all¨¢ del proyecto.
Lo que quiere decir que la izquierda se encuentra en la sala de espera, intentando dotar de una conciencia ¨¦tica a la pol¨ªtica que se hace y de hacer poco m¨¢s que un racionalismo testimonial que corre el riesgo de convertir en permanente el orteguiano "no es eso, no es eso" ante cada desmesura de unos y otros, siempre temiendo que alguien, alguna vez, pregunte por la manera de conseguir el "s¨ª, es eso". Como alternativa se produce la desbandada hacia la ecolog¨ªa, el pacifismo y las sociedades protectoras de animales, que est¨¢n muy bien, pero que todo el mundo sabe que s¨®lo son un recurso para enfrentarse con la realidad dando un rodeo y para no tener que comparecer absolutamente inermes ante la propia conciencia.
Coro griego
La situaci¨®n es tan dif¨ªcil que impl¨ªcitamente se acepta incluso por la extrema izquierda cl¨¢sica -marxistas revolucionarios, por ejemplo-, que se limita en Euskadi a servir de coro griego, al populismo sin fin y sin finalidad. Un ejemplo de esa perplejidad ideol¨®gica que alcanza incluso a los puros entre los puros de la revoluci¨®n ha sido una reciente huelga general convocada en Euskadi como protesta por las extradiciones. No consigui¨® el apoyo obrero, y funcionaron los tajos casi normalmente mientras que paraba masivamente el comercio, por miedo o por convicci¨®n. Pues bien, los grandes teorizadores de la revoluci¨®n se felicitaron y felicitaron al hermano mayor convocante por lo que s¨®lo hab¨ªa sido un paro de la clase media. Sin recordar que nacionalismo radical, m¨¢s violencia, m¨¢s clases medias da un producto ideol¨®gico-pol¨ªtico perfectamente definido ya en la historia. Pero, aun sin llegar tan lejos, ?c¨®mo teorizar que los comerciantes sean ahora la vanguardia revolucionaria? Y, si los m¨¢s izquierdistas aceptan la revoluci¨®n del Bazar, por no rechistarle al populismo violento, parece justificado que el resto de la izquierda se mueva entre perplejidades, titubeos, ambig¨¹edades y desconciertos.
Y, sin embargo, existen ciudadanos definibles como de izquierdas en tanto que se plantean la defensa de las libertades, la conciencia de un futuro diferente, el enfrentamiento a todas las intolerancias y la denuncia de todas las dominaciones, sean civiles, militares o religiosas. La izquierda actual, en Euskadi, entre la porra y la piedra, es, de momento, ¨¦tica en sus planteamientos civiles, pretende ser ¨¢tica en su expresi¨®n est¨¦tica y resulta reum¨¢tica en su manifestaci¨®n pol¨ªtica. Quiz¨¢ en eso tan breve consista ser de izquierda ahora. Pero casi todo tiene cura.
es periodista y escritor.
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