M¨¢s sobre Ballesteros
La carta Ballesteros y Sur¨¢ffica es casi una muestra de laboratorio de la mentalidad ambiente respecto a los deportistas, dioses que representan a las patrias y constituyen el intocable santoral de nuestros d¨ªas.Si dejamos a los atletas "vivir en paz y competir, que es lo suyo", ?por qu¨¦ no aplicamos la f¨®rmula a los microbios, las multinacionales (aunque a ¨¦stas s¨ª las dejamos), a los profesores incompetentes o a los militares locos que deciden declarar la guerra por su cuenta? Pues, a fin de cuentas, tambi¨¦n eso es lo suyo. Si lo llevamos al extremo, s¨®lo quedar¨ªan los pol¨ªticos profesionales para hacer pol¨ªtica, que es lo suyo... Es una ingenuidad creeer que el golf, cierto golf, no es pol¨ªtica, como tantas otras cosas.
En cuanto a la lista negra para los que politizamos el deporte -en r¨¦plica a la de la ONU para los que no lo politizan-, no hay que preocuparse: existen tantas listas negras, de Sur¨¢frica a Cuba, de Chile a Polonia, de la URSS a EE UU (s¨ª, EE UU), que con ellas se podr¨ªa llenar el list¨ªn de tel¨¦fonos de, digamos, Cuenca.
Si Ballesteros juega en Sur¨¢frica por deferencia a Gary Player, que le ayud¨® cuando comenzaba, toda persona est¨¢ autorizada a encubrir cualquier tipo de delito -porque el racismo es un delito contemplado en nuestra Constituci¨®n, aunque parezca que todav¨ªa no nos hemos enterado- simplemente porque el delincuente fue buena persona con uno. Y con ello no quiero decir que Player sea un delincuente, sino que lo es el r¨¦gimen de su pa¨ªs. Y el privilegio del encubrimiento s¨®lo se reserva a padres o hijos.
Adem¨¢s, si Player se fij¨® en Ballesteros cuando comenzaba, ello tambi¨¦n puede deberse a la innegable simpat¨ªa del c¨¢ntabro (al menos en fotos); o a que ten¨ªa que buscarse jugadores donde fuera para jugar all¨ª, pues no est¨¢ tan claro que todo el mundo se preste a ello, pese al dinero.
Si todos los grandes golfistas participan en el millonario torneo de Sur¨¢frica -y lo de millonario no es secundario-, ello no ennoblece el torneo, sino que revela el grado de cinismo existente entre los profesionales (es decir, que viven de ello) de un deporte que se comienza a implantar en Espa?a. De. lo cual me congratulo porque tambi¨¦n a m¨ª me gusta el golf.
Manipular el deporte noes politizarlo, sino pretender que es -s¨®lo- medallas, sonrisas, ganadores y vencidos, limpia lucha de caballeros o de damas-
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