Democracia y participaci¨®n electoral
Entre globos, confetis, banderitas, desmayos de la primera dama, recuentos de millones de votos y amenazas a Nicaragua, se corre el peligro de olvidar algunos aspectos elementales de las elecciones del 6 de noviembre en EE UU. No voy a negar validez al triunfo de Ronald Reagan, que es aplastante, sobre todo a nivel de compromisarios, pero s¨ª quiero subrayar el hecho de que s¨®lo el 52,9% del censo electoral se haya decidido a votar. Esto significa que no han ido a votar alrededor de 82 millones de norteamericanos, cifra inferior en s¨®lo nueve millones a la de los que conjuntamente han votado, a Reagan y a Walter Mondale.Es cierto que el 52,9% de participaci¨®n electoral es una cifra algo superior al 52,6% que se registr¨® en las elecciones norteamericanas de 1980. Pero tanto una como otra cifra implican, un grave fallo en el sistema democr¨¢tico de EE UU. Los niveles de abstenci¨®n y, por tanto, de desinter¨¦s y/o de falta de confianza en las instituciones democr¨¢ticas en Norteam¨¦rica son muy superiores a los de los pa¨ªses europeos.
Tambi¨¦n son muy superiores a los de Nicaragua. La participaci¨®n de un 82% del censo electoral en las elecciones del 4 de noviembre indica una vitalidad democr¨¢tica en el pa¨ªs centroamericano muy superior a la del coloso norteamericano. Y no se me diga que en Nicaragua ha habido coacciones oficiales para impulsar al voto, porque de lo que no cabe duda es de que las ha habido en sentido contrario, sobre todo en las zonas donde existe actividad armada de los contras, enfocada en las ¨²ltimas semanas a impedir la participaci¨®n electoral. En cualquier caso, m¨¢s de 1.000 observadores y periodistas extranjeros han testificado la legitimidad del proceso.
He elaborado el cuadro adjunto, en el que figuran los ¨ªndices de participaci¨®n electoral y los porcentajes obtenidos sobre el censo electoral por el primero y el segundo partido en Espa?a en 1982, en EE UU en 1984 y en Nicaragua en 1984. Es obvio, y no habr¨ªa ni que explicarlo si no fuera porque en ocasiones y hasta en las gentes m¨¢s serias se producen confusiones, que no es lo mismo calcular el porcentaje de un partido sobre el total de votos emitidos que calcularlo sobre el total de los que tienen derecho al voto (censo electoral.).
Es evidente que la aplastante victoria de Reagan lo es menos aplastante que la del PSOE en las ¨²ltimas elecciones generales, y que la gran derrota de Mondale lo es menos que la que sufri¨® don Manuel Fraga en nuestro pa¨ªs; aunque Mondale haya decidido retirarse de la pol¨ªtica y Fraga haya acentuado, como jefe de la oposici¨®n, sus aires triunfalistas.
Quiero contribuir con estas notas, elementales pero necesarias, a que los an¨¢lisis sobre el triunfo de Reagan abarquen toda la realidad, no s¨®lo una parte. Es imprescindible saber que entre los 54,3 millones de norteamericanos que han votado a Reagan hay sectores importantes de mujeres, de j¨®venes, de ciertas minor¨ªas ¨¦tnicas (EL PA?S, 8 de noviembre). Pero igualmente ser¨ªa necesario investigar cu¨¢ntos j¨®venes, cu¨¢ntas mujeres, cu¨¢ntos miembros de las minor¨ªas ¨¦tnicas se encuentran entre los 82 millones de norteamericanos que decidieron abstenerse.
Esos 54,3 millones de americanos, cuyo nivel de vida ha subido en los ¨²ltimos cuatro a?os y que han votado por ello a Reagan, representan el 31,2% del censo electoral. Pero no olvidemos que casi 120 millones de norteamericanos, el 68,8% del censo electoral, no han votado al ex actor. Sin embargo, en la Nicaragua hoy de nuevo amenazada, el 54,9% del censo electoral ha votado por el Frente Sandinista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.