Ludolfo Paramio y sus pol¨¦micas

Ludolfo Paramio es un t¨ªpico representante de una curiosa casta de intelectuales: los que se afirman por la disensi¨®n frente a otras opiniones. Enti¨¦ndase bien: es el aludido un elemento inevitable del discurso reflexivo; s¨®lo los borregos asienten siempre, pero, desde luego, no es el ¨²nico.Y cabe sospechar, adem¨¢s, un deseo de entablar pol¨¦micas con altas personalidades para contaminarse con el prestigio de aquel a quien se rebate. Algunas de estas caracter¨ªsticas ya eran perceptibles en mi ir¨®nico compa?ero de banco cuando juntos seste¨¢bamos en clase de qu¨ªmica de selectivo.

Tres han sido las pol¨¦micas que Ludolfo ¨²ltimamente ha emprendido: la primera, como simple compa?ero de Claud¨ªn -aqu¨ª el prestigio act¨²a por colaboraci¨®n-, sosteniendo una postura pro-OTAN, ciertamente impopular, a trav¨¦s de un discurso verdaderamente burdo y nihilista. ?D¨®nde queda aquel ferviente glosador de Poulanzas que enorgullec¨ªa a sus ex condisc¨ªpulos? La segunda ha sido la pol¨¦mica, un tanto irrelevante, sobre los tebeos de l¨ªnea clara y el asunto Tint¨ªn / Herg¨¦; en este ¨²ltimo caso, su oponente parece elegido ex profeso para el lucimiento y derrota por KO, porque Javier Comas es conocido por su ca¨®tico estilo (?) y su incapacidad expresiva; aparte de que en este caso lleva la raz¨®n Paramio. Y ahora, para acabar, ese disentir de Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n -enhorabuena por el fichaje para el peri¨®dico-, uno de los escasos intelectuales comprometidos y no vergonzantes que nos quedan (ya se fue Benedetti).

?Ay! Ludolfo, conf¨ªo en que esta vez no funcione la maniobra y Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n no se digne replicarte, puesto que ya lo hace en el art¨ªculo que se supone que t¨² pretendes rebatir.

Ludolfo: ?por qu¨¦ no nos cuentas algo de tu cosecha, hombre?-