Un esfuerzo 10 veces inferior al de Estados Unidos
La utilizaci¨®n pac¨ªfica del espacio necesita cada vez m¨¢s recursos
La utilizaci¨®n pac¨ªfica del espacio ofrece cada d¨ªa m¨¢s posibilidades, aunque necesite, a la vez, de m¨¢s recursos. Previsiblemente se mantendr¨¢ esta misma tendencia en el fiuuro, abriendo nuevas perspectivas de todo tipo. Para desarrollar estas acciones es preciso poseer, adem¨¢s de los medios financieros, un alto nivel de recursos cient¨ªficos, tecnol¨®gicos e industriales, que a su vez se potencian al ser usados para estos fines. Ninguno de los pa¨ªses europeos posee, por separado, recursos suficientes Para encauzar estos problemas convenientemente, por lo que ha sido necesario aunar los esfuerzos individuales en beneficio de todos.Con este objetivo nace la Agencia Espacial Europea (AEE). En ella se integran, a trav¨¦s de un complicado sistema, la mayor parte de los esfuerzos que Europa declica a estos fines, esfuerzos que, a pesar de todo, dif¨ªcilmente llegan a alcanzar los m¨ªnimos para afrontar este tipo de acciones. En conjunto, AEE supone un 4% del total de inversiones p¨²blicas europeas destinadas a investigaci¨®n y desarrollo (I+D), mientras Estados Unidos, con un volumen global de I+D muy superior al europeo, declica al espacio civil como m¨ªnimo un 14%.
Durante 1983, cada contribuyente europeo aport¨® una media de 2,5 ECU (unidad monetaria europea) al programa espacial; cada japon¨¦s, el equivalente a cuatro ECU, y cada estadounidense, Unos 30 ECU. La aportaci¨®n espacial a AEE fue de 0,6 ECU (unas 10 pesetas) por contribuyente, cantidad sensiblemente menor que la media europea. En total, las inversiones dedicadas a usos civiles en cada uno de los casos fue de 6.800, 500 y 800 millones de ECU.
La financiaci¨®n de la AEE por los Estados miembros se realiza a trav¨¦s de dos mecanismos principales: los programas obligatorios y los opcionales. A su vez, AEE hace revertir buena parte de la financiaci¨®n hacia los propios Estados miembros a trav¨¦s de tres tipos de retorno establecidos: industrial, tecnol¨®gico y cient¨ªfico.
El programa cient¨ªfico de la 2,gencia est¨¢ pr¨¢cticamente dedicado a la astrof¨ªsica. Significa alrededor de un 13% del presupuesto total y es un programa obligatorio, por lo que la financiaci¨®n se realiza por todos los miembros, en funci¨®n del producto interior bruto de cada pa¨ªs. El retorno cient¨ªfico tiene car¨¢cter econ¨®mico y s¨®lo se obtiene en especie, al igual que el retorno tecnol¨®gico. Por ello, los responsables del mismo somos necesariamente los astr¨®nomos.
Situaci¨®n peculiar de la astronom¨ªa espa?ola
La situaci¨®n de la astronom¨ªa espa?ola es peculiar. Tenemos a nuestra disposici¨®n, en nuestros observatorios en tierra, la mayor y mejor parte de la instrumentaci¨®n europea m¨¢s moderna (Calar Alto, Teide, La Palma, pico Veleta). En cambio, no tenemos tradici¨®n en este campo ni tampoco medios y estructura t¨¦cnica apropiada.
Disponemos de unos 90 cient¨ªficos formados en muy diversas situaciones administrativas (hay tres departamentos ministeriales con responsabilidades). El ¨ªndice de astr¨®nomos por mill¨®n de habitantes es de 2,2, cuando la media europea es de 6,5, lo que nos sit¨²a en la pen¨²ltima posici¨®n europea, antes de Portugal, en tanto que somos el primer pa¨ªs europeo a la hora de disponer de medios instrumentales en tierra.
Tal y como estamos ni siquiera somos capaces de dar respuesta a los medios instalados en tierra, por lo que dif¨ªcilmente podemos afrontar los problemas espaciales m¨¢s sofisticados y necesitados de mejor infraestructura. Como ejemplo exponemos la situaci¨®n en 1984. El programa cient¨ªfico de AEE importa 127 millones de ECU, a los que Espa?a ha aportado unos 750.millones de pesetas. Nuestra participaci¨®n ha sido casi nula y, por ello, m¨ªnimo el retorno cient¨ªfico.
Para el futuro, AEE propone un aumento continuado de un 7% anual para su programa cient¨ªfico hasta alcanzar en 1991 200 millones de ECU por a?o. El programa Horizonte 2000 es, en mi opini¨®n, un proyecto razonable y ambicioso, imprescindible para Europa y econ¨®micamente accesible. Espa?a deber¨ªa apoyarlo y admitir el peque?o incremento presupeustario que conlleva. Pero, a la vez, nuestra participaci¨®n debe ser mucho m¨¢s activa, puesto que disponemos de unos medios en tierra absolutamente excepcionales que complementan a los del espacio, potenci¨¢ndose mutuamente.
No es f¨¢cil resolver estos problemas en poco tiempo. Pero ya hay indicios de progreso sustancial (participaci¨®n en el proyecto Hipparcos, posible instrumentaci¨®n espa?ola para el proyecto ISO) que necesitan ayudas, y por encima de todo, la necesidad de un plan movilizador que, despu¨¦s de una reestructuraci¨®n de la actual situaci¨®n, permita potenciar definitivamente este tipo de trabajos. Desde un punto de vista m¨¢s general, un programa como Horizonte 2000 parece imprescindible si Europa quiere mantener una actividad independiente a largo plazo sin transformarse en un contratista de otras organizaciones. Ello puede ser vital no s¨®lo para los europeos, sino tambi¨¦n para muchos otros pa¨ªses cuyo vac¨ªo tecnol¨®gico se ensancha cada vez m¨¢s con respecto a los gigantes.
Papel en Latinoam¨¦rica
En este contexto, Espa?a podr¨ªa y deber¨ªan jugar un papel fundamental en relaci¨®n con Latinoam¨¦rica, puesto que, por medio de proyectos coordinados con esas naciones, ser¨ªa posible aumentar nuestra participaci¨®n en el programa cient¨ªfico, incrementando con ello nuestro retorno cient¨ªfico y proporcionando a estos pa¨ªses unos medios que no est¨¢n a su alcance. El coste de esos proyectos ser¨ªa m¨ªnimo, y a casi 500 a?os de la gesta colombina, seguro que nuestra reina no tendr¨ªa que vender sus joyas para ayudar a descubrir ese mundo nuevo que hoy se nos muestra m¨¢s prometedor que nunca.
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