Cuatro patas
Un buen d¨ªa el hombre dej¨® de andar a cuatro patas. Decidi¨® ponerse en pie. A continuaci¨®n, debido a ese acto de orgullo, fue despose¨ªdo del rabo, que le serv¨ªa para columpiarse alegremente en el cocotero. Esta haza?a sucedi¨® hace un mill¨®n de a?os, pero desde un tiempo tan remoto las v¨¦rtebras inferiores del ser humano no se han acomodado todav¨ªa a la nueva est¨¦tica. El lumbago es el justo castigo a la rebeli¨®n de aquel mono, y hoy sus descendientes, en medio de la modernidad, tratan de eludirlo con la gimnasia r¨ªtmica, con una manta el¨¦ctrica o durmiendo sobre una tabla. El dolor pertinaz de ri?ones, la ci¨¢tica y los tirones del espinazo, aunque se estudian en la carrera de medicina, deber¨ªan formar parte de la filosof¨ªa pura. Son secuelas de una sublime resoluci¨®n con la que el hombre quebrant¨® su destino. El n¨²cleo fundamental del existencialismo se desarrolla alrededor de nuestra rabadilla mal soldada.No habr¨ªa pasado nada extraordinario si la humanidad hubiera seguido caminando a cuatro patas. Los modistas s¨®lo se hubieran visto forzados a cambiar ligeramente el dise?o de algunos trajes, tal vez los arcos de triunfo ser¨ªan un poco m¨¢s bajos, pero los sillones Luis XV servir¨ªan igual que ahora para ciertas reuniones de alta sociedad y las f¨¢bricas de armamento continuar¨ªan sacando el mismo modelo de pistola sin alterar la posici¨®n del gatillo. Cualquier chimpanc¨¦ con un poco de caletre es capaz de construir el Parten¨®n o de apretar el bot¨®n de un misil. De modo que la historia tampoco se habr¨ªa alterado mucho. Los intelectuales utilizan ¨²nicamente el cerebro para narrar nuestra desdicha y, en cambio, a los torturadores el trabajo les resultar¨ªa m¨¢s f¨¢cil con s¨®lo someter a los recalcitrantes a la ignominia de ponerlos en pie. Por otra parte, si aquel mono hubiera decidido continuar a cuatro patas nuestra cultura ser¨ªa id¨¦ntica, aunque con otros valores a?adidos. Adem¨¢s de haber escrito La Iliada o de representar Hamlet, el hombre ser¨ªa m¨¢s amigo de las lagartijas, tendr¨ªa las lechugas a ras de los labios y no sufrir¨ªa de lumbago, de ci¨¢tica ni de dolor de ri?ones. Para mirar al techo s¨®lo habr¨ªa que hacer algo m¨¢s de esfuerzo. Eso es todo.
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