Espa?a levantar¨¢ las restricciones sobre Gibraltar antes del 15 de febrero, y el Reino Unido acepta discutir la soberan¨ªa
Las restricciones al tr¨¢fico para la entrada y salida de Gibraltar quedar¨¢n, levantadas completamente antes del 15 de febrero. Desde esa misma fecha se aplicar¨¢n en las relaciones entre Espa?a y la Roca las disposiciones del tratado de adhesi¨®n espa?ola a la CEE, mientras se establece un proceso negociador con el Reino Unido para resolver todas las diferencias sobre Gibraltar. Por su parte, el Reino Unido acepta expl¨ªcitamente que en este proceso, se discuta sobre la soberan¨ªa de la Roca. Este es, en esencia, el contenido de la declaraci¨®n que hicieron p¨²blica ayer en Bruselas los ministros de Asuntos Exteriores espa?ol, Fernando Mor¨¢n, y brit¨¢nico, sir Geoffrey Howe. El presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, valor¨® ayer en Madrid el acuerdo como un "movimiento interesante", que hay que acoger "con discreci¨®n y sin alharacas".
El presidente entiende que este nuevo paso en relaci¨®n con Gibraltar forma parte del avance global de la pol¨ªtica exterior espa?ola. Preguntado ayer por los periodistas en Madrid qu¨¦ relaci¨®n puede tener el acuerdo con -la actitud de su Gobierno favorable a la permanencia en la OTAN, Gonz¨¢lez contest¨® que en pol¨ªtica exterior todo es interdependiente".El comunicado difundido ayer en Bruselas se refiere a la aplicaci¨®n de la declaraci¨®n hispanobrit¨¢nica firmada en Lisboa el 10 de abril de 1980, "en todos sus aspectos", pero va m¨¢s all¨¢ en cuanto a los detalles, pues el "establecimiento de la igualdad y reciprocidad de derechos de los espa?oles en Gibraltar y de los gibraltare?os en Espana" se concreta "en la concesi¨®n mutua de los derechos de que gozan los ciudadanos de los pa¨ªses comunitarios con los plazos y condiciones acordados entre Espa?a y la CEE". A este fin, se a?ade, "se presentar¨¢n las propuestas legislativas necesarias entre Espa?a y Gibraltar". Es decir, que la aplicaci¨®n del acuerdo deber¨¢ esperar a que se realicen las reformas legislativas oportunas tanto en el Pe?¨®n como en Espa?a. "El acuerdo entrar¨¢ en vigor en el momento en que se tomen las iniciativas legislativas", precis¨® Mor¨¢n.
Asimismo, supone, de manera simult¨¢nea, "el establecimiento del libre tr¨¢nsito de personas, veh¨ªculos y mercanc¨ªas entre Gibraltar y el territorio circunvecino", con las limitaciones propias del estatuto especial que tiene el Pe?¨®n en la CEE, al no pertenecer a la uni¨®n aduanera. Habr¨¢, pues, indic¨® Mor¨¢n, "un puesto de frontera".
Todo esto significa de hecho, seg¨²n explicaron Mor¨¢n y Howe, que entre Espa?a y Gibraltar se van a aplicar anticipadamente las disposiciones del tratado de adhesi¨®n a la Comunidad, no s¨®lo para cuestiones laborales, sino tambi¨¦n para derecho de establecimiento, movimientos e inversiones financieras y compra de propiedades. Se abre as¨ª la puerta para una aut¨¦ntica ¨®smosis entre Gibraltar y Espa?a que lleve a.una soluci¨®n funcional del problema. ?smosis que Gibraltar teme, y que ha intentado parar, sin ¨¦xito, al pedir unas disposiciones especiales en la CEE ante el ingreso de Espa?a.
El acuerdo va incluso m¨¢s all¨¢ de la pura aplicaci¨®n de las medidas hispano-comunitarias. As¨ª, los trabajadores por cuenta ajena gozar¨¢n desde el 15 de febrero de la preferencia comunitaria, qs decir, que los espa?oles tendr¨¢n prioridad sobre los ciudadanos de pa¨ªses no miembros de la CEE para obtener un puesto de trabaJo en el Pe?¨®n. Es una ventaja que a¨²n no ha logrado Espa?a, en el cap¨ªtulo de asuntos sociales, en las negociaciones con la CEE. Naturalmente, en este como en otros problemas, superado el plazo del per¨ªodo transitorio que se fije entre Espa?a y la CEE, se aplicar¨¢ entonces el conjunto de normas de la Comunidad (el llamado-acervo comunitario).
Esto, por ejemplo en asuntos sociales, supone la libre circulaci¨®n de trabajadores pasados siete a?os despu¨¦s de la adhesi¨®n a la Comunidad Econ¨®mica Europea.
El proceso negociador que se establezca -por medio de grupos de trabajo y encuentros peri¨®dicos de los ministros de Asuntos Exteriores- estar¨¢ dirigido a solucionar todas las diferencias sobre Gibraltar, "as¨ª como a promover, en beneficio mutuo, la cooperacion en materia econ¨®mica, cultural, art¨ªstica, a¨¦rea, militar y medioambiental". Howe recalc¨® el sentido de. este acuerdo en la medida en que "beneficia las relaciones entre aliados de la OTAN y futuros socios en la Comunidad". Fuentes diplom¨¢ticas brit¨¢nicas se?alaron que "indudablemente, la pertenencia de Espa?a a la OTAN ha favorecido este acuerdo".
En la declaraci¨®n de Lisboa -que se vio sujeta a interpretaciones diferentes- no se explicitaba la cuesti¨®n de la soberan¨ªa. En la declaraci¨®n de Bruselas, s¨ª; y cabe recordar que hace poco m¨¢s de dos a?os, sinti¨¦ndose a¨²n los efectos de la guerra de las Malvinas, la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, afirm¨® que aceptar¨ªa negociar con Espa?a sobre todos los temas de Gibraltar, pero no sobre su soberan¨ªa. "Ambas partes", dice textualmente el comunicado conjunto, "acuerdan que en el marco de este proceso sean tratadas las cuestiones de soberan¨ªa". El Reino Unido accede ahora a que se mencione expl¨ªcitamente, por vez primera, esa palabra de soberan¨ªa en relaci¨®n con el di¨¢logo sobre Gibraltar.
"Ning¨²n ministro de Asuntos Exteriores espa?ol puede dejar ambig¨¹edad alguna de que el fin del problema de Gibraltar pasa por su retorno a la soberan¨ªa espa?ola", dijo Mor¨¢n, si bien insisti¨® en la necesidad de llegar a este objetivo "exclusivamente por medios pac¨ªficos". El ministro habl¨® de "cuestiones de soberan¨ªa en plural, pues hay, por una parte, los territorios cedidos por el Tratado de Utrecht, y, por otra, el istmo, cuya ocupaci¨®n nunca ha sido reconocida por Espa?a".
Nacionalidad brit¨¢nica
Mor¨¢n habl¨®, sin embargo, de "integrar el territorio, pero no su poblaci¨®n", a la que se podr¨ªa conceder un "estatus especial", de forma que conservase su nacionalidad brit¨¢nica y su modo de vida. "Ser¨ªa una pol¨ªtica chata por parte del Gobierno espa?ol el no tener en cuenta el estado de ¨¢nimo de la poblaci¨®n de Gibraltar", se?al¨® Mor¨¢n.
El comunicado se?ala expl¨ªcitamente que "el Gobierno brit¨¢nico mantendr¨¢ plenamente su compromiso de respetar los deseos de los gibraltare?os, tal y como se establece en el pre¨¢mbulo de la Constituci¨®n
[gibraltare?a] de 1969". Preguntado sobre la posible celebraci¨®n en Gibraltar de otro refer¨¦ndum, como en 1967, Mor¨¢n no quiso introducir "elementos de pol¨¦mica", aunque a?adi¨®: "No creo que lo acepten las Naciones Unidas", si bien "tenernos el m¨¢ximo respeto por' las actitudes y deseos de la poblaci¨®n".
Sobre el espacio a¨¦reo, el Gobierno espa?ol se ha comprometido "a adoptar prontas acciones encaminadas a permitir comunicaciones a¨¦reas seguras y eficaces". Mor¨¢n dijo que la cuesti¨®n a¨¦rea es "de soberan¨ªa espa?ola", pero hay que "dar seguridad al tr¨¢fico a¨¦reo en la zona".
No obstante, a¨²n no ha quedado resuelto el problema de las tarifas. Los vuelos entre el Reino Unido y el Pe?¨®n se rigen por tarifa interna nacional, con lo que son m¨¢s baratos y podr¨ªan constituir de hecho un dumping (abaratamiento apoyado) frente a otros aeropuertos de la zona.
Como explic¨® Mor¨¢n, este acuerdo va m¨¢s all¨¢ de una simple vuelta a la situaci¨®n reinante antes de que en los a?os sesenta el general Franco cerrase la verja -y otras comunicaciones- del Pe?¨®n. Preguntado si la eventual falta de acuerdo en el futuro sobre la cuesti¨®n de la soberan¨ªa llevar¨ªa a volver a implantar las restricciones, Mor¨¢n consider¨® que esto no ser¨ªa posible "ni pol¨ªtica ni psicol¨®gicamente, especialmente si estamos dentro de la CEE". El ministro espa?ol cree que ser¨¢ "criticado por este acuerdo por la oposici¨®n (en Espa?a), pero la gente ver¨¢ que es un buen compromiso". Preguntado si ¨¦ste serla un precedente para Ceuta y Melilla, Mor¨¢n rechaz¨®* la idea. "No sirve de precedente ni para Ceuta y Melilla ni para la islas Malvinas", dijo.
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