31 palcos para 310 ejecutivos belgas

Trescientos diez ejecutivos de 31 importantes sociedades belgas y multinacionales acuden al estadio Park Astrid como si fueran a un restaurante. O a la ¨®pera. Ocupan sus 31 palcos de forma proporcional, encerrados entre cristaleras en grupos de 10 por empresa; se sientan alrededor de una mesa ovalada y cenan servidos por un camarero.Todo un espect¨¢culo el de los palcos por el precio de un mill¨®n de francos belgas al a?o, algo menos de tres millones de pesetas por palco y empresa. No se levanta el tel¨®n, y el escenario es, simplemente, un campo de f¨²tbol en el que Juan Lozano era antes el pr¨ªncipe de Coria, y el joven Enzo Scifo el nuevo Pl¨¢cido Domingo del bal¨®n.

El Anderlecht se estructur¨® desde hace dos a?os en forma de asociaci¨®n civil, sin ¨¢nimo de lucro. Sus ¨²nicos 30 socios controlan y dirigen el club, y s¨®lo admiten a los numerosos seguidores del equipo en calidad de abonados. Precisa de seis empleados administrativos y otros nueve cuidadores del campo en todas sus facetas para cubrir la n¨®mina. De los 30 accionistas, 11 forman el Consejo de Administraci¨®n, que dirige Constant van de Stock, el presidente.

Las obras de remodelaci¨®n y creaci¨®n del nuevo proyecto del estadio costaron casi 500 millones de pesetas. Pero fue una inversi¨®n con futuro rentable. Ejecutivos de Agua Perrier, Siat, Cerveza Stella Artois, Coca-Cola, Philips, Sabena, Panasonic, Pepsi-Cola, Seguros Assubel o Lotto-Toto (la loter¨ªa nacional belga) los alquilaron antes de que se colocara el ¨²ltimo ladrillo.

Este a?o esos 90 millones de pesetas anuales de los palcos deber¨¢n destinarse, posiblemente, a cumplir con otro asunto menos lujoso y m¨¢s delicado, aunque tambi¨¦n financiero: la multa impuesta al Anderlecht por la Hacienda belga por un presunto delito fiscal de ocultaci¨®n de determinadas cantidades econ¨®micas. Una sanci¨®n aproximada de 119 millones de pesetas. Ni en B¨¦lgica el f¨²tbol escapa a ciertas imperfecciones econ¨®micas de sus directivos. Sin embargo, he aqu¨ª la diferencia: los dirigentes actuales del Anderlecht, que han contribuido, ciertamente, a crear un club poderosamente organizado, no tienen necesidad de dar cuenta a nadie de sus actividades. Los beneficios son para el club, pero las responsabilidades las pagan los 11 miembros del Consejo de Administraci¨®n y los 19 socios restantes.