El honor y el honor militar
Mi buen amigo Fernando Orgambides public¨® en EL PAIS del 11 de noviembre de 1984, en la cr¨ªtica de libros, un suelto sobre El honor y el honor militar, de Jos¨¦ L. Pitarch, que por pura casualidad "se me pas¨®" al leer el citado diario. Hoy, con alg¨²n retraso, pues s¨®lo ayer tuve noticia del mismo, a trav¨¦s de un pariente, y sin el menor ¨¢nimo de pol¨¦mica, me limito a hacer constar que Jos¨¦ L. Pitarch escribi¨®, en el citado libro, un proemio y dos art¨ªculos sobre el tema, algo m¨¢s de 50 p¨¢ginas, si la obra se acerca a las 300, quiere decirse que J. L. Pitarch escribi¨®, ¨¦l solo, m¨¢s de la sexta parte del libro. Creo, asimismo, que las personalidades civiles que en ¨¦l colaboraron son de verdadera altura: un historiador como Tu?¨®n de Lara, un fil¨®sofo como Rubert de Vent¨®s, un eticista como J. L. Aranguren, un psiquiatra como Castilla del Pino, un antrop¨®logo como Caro Baroja (entre otros) son un muestrario bastante Importante de la intelectualidad espa?ola de hoy. Es cierto que no figuran ilustres soldados con importantes responsabdidades de mando". El autor explica que procur¨® varias colaboraciones, que, por unas causas y otras, no llegaron a plasmarse. En cuanto a los militares que escribimos algunas modestas l¨ªneas -modest¨ªsimas las m¨ªas-, intentamos todos, en la medida de nuestras posibilidades, dar una definici¨®n del honor militar, sin pretender, claro est¨¢, sentar c¨¢tedra ni mucho menos.Es cierto que transcrib¨ª la definici¨®n del honor (ojo, no del honor militar, que no figura en ¨¦l) del Diccionario de la Real Academia, y en ella me bas¨¦ para desarrollar el tema en el acto de presentaci¨®n del libro, que presidi¨® don Pedro La¨ªn Entralgo, quien, por cierto, pronunci¨® una muy atinada disertaci¨®n -creo que el presidente de la Academia es la autoridad cultural m¨¢xima de Espa?a-. Yo me extend¨ª sobre el concepto del honor militar, pasando luego a hablar de la disciplina, abnegaci¨®n y otras virtudes militares, en el poco tiempo que dispuse, pero creo quedaron claros bastantes conceptos; sin falsas modestias, creo que la asistencia qued¨® satisfecha, y fue para m¨ª una gran satisfacci¨®n ser felicitado por un distinguido general de la Guardia Civil y por un diputado del partido en el Gobierno, militar en su tiempo y autor de un important¨ªsimo libro sobre el militar de carrera. Pero la opini¨®n que m¨¢s me agrad¨® fue la de un buen amigo, que me dijo: "Nos has dado una perfecta te¨®rica, como las que nos daban en la mili. Y eso s¨ª que fue en el fondo, pues soy un militar ciento por ciento, y tanto en mi colaboraci¨®n al libro de Jos¨¦ L. Pitarch como en la presentaci¨®n del mismo hice patentes las ideas que para m¨ª son las propias de un militar, alejadas de toda pol¨ªtica, ya que el susodicho libro es sociol¨®gico-cultural, y nada m¨¢s. Creo, personalmente, que constituye un libro-reportaje muy interesante, cosa muy distinta de un libro de autor.
Por ¨²ltimo, en cuanto a definiciones, el clasificarme como ?coronel progresista entiendo que implica una restricci¨®n de m¨ª condici¨®n de militar. Como tal, me gusta ser llamado "coronel" a secas; como ciudadano, admito todos los cal¨ªficativos que me quieran imponer, y m¨¢s si son tan atractivos y honrosos como el arriba citado, pues, ante todo y sobre todo, soy militar, y me morir¨¦ si¨¦ndolo; recurriendo una vez m¨¢s al t¨®pico cervantino de las armas y las letras, creo ser aficionado a la lectura de toda clase de temas, lo cual estimo compatible y necesario con mi vocaci¨®n militar. Las an¨¦cdotas finales son, claro est¨¢, una parte -m¨ªnima- del libro, pero creo que su lectura es mucho m¨¢s profunda, y cualquiera que lea El honor y el honor militar s¨ª que se enterar¨¢ de algo sobre el honor militar. Entre 22 personas alg¨²n concepto claro habr¨¢ quedado, aun siendo un tema tan dif¨ªcil como el del honor, y el del honor militar.- Coronel de Infanter¨ªa (R. A.).
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