Nicol¨¢s Redondo se enfrenta al PSOE para impedir que el Gobierno instrumentalice el sindicato
, Nicol¨¢s Redondo, secretario general de UGT, mantiene un enfrentamiento con el aparato del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE), ante el intento del sector m¨¢s oficialista de esta organizaci¨®n de controlar e instrumentalizar a la central socialista. Dentro de esta batalla, Jos¨¦ Luis Corcuera, hasta hace poco el m¨¢s claro sucesor de Nicol¨¢s Redondo en el cargo de secretario general, ha perdido pr¨¢cticamente toda su influencia en la direcci¨®n del sindicato por defender, en contra de gran parte de la ejecutiva, las tesis del partido y del Gobierno en este sentido. En c¨ªrculos ugetistas se da por seguro que Jos¨¦ Luis Corcuera pasar¨¢ a la ejecutiva del PSOE como secretario sindical, o asumir¨¢ una cartera ministerial.
Los que conocen bien a Nicol¨¢s Redondo aseguran que en los enfrentamientos que el secretario general de UGT mantiene con Jos¨¦ Luis Corcuera no han influido cuestiones personales y que, sobre todo, responden a concepciones sindicales distintas y a su preocupaci¨®n por el excesivo control e instrumentalizaci¨®n que el PSOE est¨¢ ejerciendo sobre el sindicato socialista. El partido pretende utilizar las uniones territoriales -las m¨¢s f¨¢ciles de manejar- para introducir a hombres que apoyen sin condiciones la pol¨ªtica del Gobierno, frente a los que, desde dentro de UGT -sobre todo el propio secretario general-, defienden una despolitizaci¨®n de la central socialista y su fortalecimiento en base a recuperar principios aut¨¦nticamente sindicales.Dos estructuras
La UGT tiene dos estructuras organizativas, la territorial (uniones) y la rama (federaciones de industria). Los cargos p¨²blicos del PSOE -el partido exige estatutariamente la doble afiliaci¨®n- suelen militar en las uniones territoriales, y no, l¨®gicamente, en las de rama que, por el contrario, queda en manos de hombres m¨¢s vinculadas al mundo del trabajo. Un viejo debate en la central socialista se centra precisamente en dar mayor poder a la estructura de rama, de manera que pierda peso el car¨¢cter pol¨ªtico o extrasindical de la organizaci¨®n por territorios.
Nicol¨¢s Redondo mantiene la necesidad de deslindar lo m¨¢s posible a la UGT de la pol¨ªtica del Gobierno y del propio partido. El sindicato ha sufrido un profundo desgaste en estos dos a?os que, a juicio del secretario general, es necesario corregir. El sector m¨¢s oficialista del partido desea, por el contrario, que UGT apoye las medidas econ¨®micas y sociales del Gobierno.
Nicol¨¢s Redondo dar¨¢ en este sentido una verdadera batalla en el Congreso del partido. Y no s¨®lo en el tema de la OTAN. UGT tiene aut¨¦ntico temor hacia la postura que adopte el congreso respecto a los temas sindicales y econ¨®micos, y, m¨¢s concretamente, en mercado de trabajo y en Seguridad Social. En el primero de estos puntos, muchos sindicalistas han confesado que dar¨ªan cualquier cosa por saber qu¨¦ fue lo que realmente prometi¨® Felipe Gonz¨¢lez al presidente de la CEOE, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, para que firmara el AES. Nicol¨¢s Redondo y los sectores mayoritarios que le apoyan se negar¨¢n a aceptar lo que la patronal propone: que en los expedientes de regulaci¨®n de empleo no sea necesaria la autorizaci¨®n administrativa. La CEOE ha insinuado en alguna ocasi¨®n que esto ya hab¨ªa sido aceptado por el Gobierno.
En Seguridad Social el sindicato sabe ya que la tesis del partido y la del Gobierno es recortar la cuant¨ªa de las pensiones, estableciendo un nuevo c¨¢lculo que las reducir¨¢ hasta aproximadamente el 60% del ¨²ltimo salario percibido por el trabajador.
Tensas relaciones
En estos momentos las relaciones entre Corcuera y Redondo son muy tensas. Corcuera -que en opini¨®n del propio Nicol¨¢s Redondo era la opci¨®n m¨¢s clara a la secretar¨ªa general- ha sentido siempre verdadera adoraci¨®n por su secretario general. Quien le conoce asegura que se marchar¨ªa de la organizaci¨®n antes de aparecer enfrentado a ¨¦l. E insisten en que ¨¦l perosonalmente se negar¨ªa servir de instrumento para una operaci¨®n semejante. Corcuera ha perdido una buena parte de sus apoyos tradicionales. El metal, uno de sus feudos m¨¢s caracter¨ªsticos, se encuentra dividido. Qu¨ªmicas es de las pocas federaciones que le apoyan sin limitaciones, al menos a nivel de ejecutiva, pero otras se encuentran a la espera de que se decante el verdadero ganador de la batalla para pronunciarse.
Alfonso Guerra desea que Corcuera ocupe la secretar¨ªa sindical en este momento en manos de Manuel Chaves, que quiere dejarla. El problema es que Felipe Gonz¨¢lez quiere mantenerle en su actual puesto hasta que pase a ocupar una cartera ministerial en la pr¨®xima remodelaci¨®n del Gabinete.
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