La Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz
Parece sencillo tasar el valor f¨ªsico de una propiedad, valorar un edificio o un equipamiento e incluso medir las consecuencias pol¨ªticas que pueda tener en el corto plazo el cierre de una fuente de trabajo. Sin embargo, y ¨¦sta desgraciadamente ha sido una constante en muchas naciones de nuestra comunidad hispanoamericana, rara vez se ha acertado en la tarea de mantener y acrecentar lo mejor de nuestro capital humano.La formaci¨®n de instituciones de aut¨¦ntica jerarqu¨ªa cient¨ªfica, capaces de resolver con idoneidad los problemas de su ¨¢rea espec¨ªfica, es un car¨¢cter distintivo de aquellos pa¨ªses que ocupan el polo decisivo del desarrollo cient¨ªfico y tecnol¨®gico. En contraste con ello, durante a?os hemos tenido que contemplar con aut¨¦ntica desaz¨®n c¨®mo Gobiernos no democr¨¢ticos, de corte autoritario, desbarataban sin miramientos y con objetivos siempre peque?os instituciones cient¨ªficas que representaban el esfuerzo de varias generaciones.
En el ¨²ltimo cuarto de siglo, la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz ha significado para muchos de nosotros el principal punto de mira del saber m¨¦dico de Hispanoam¨¦rica, y tal vez el ¨²nico comparable sin desmedro con los centros de vanguardia del resto del mundo. As¨ª, han acudido para formarse en ella cientos de m¨¦dicos de nuestro continente, creando con el correr del tiempo un tejido tambi¨¦n ¨²nigo, que une a la Fundaci¨®n con los individuos y los centros sanitarios y de investigaci¨®n de muchos pa¨ªses. Esta trama de conocimiento y proyectos mutuos, creemos que es insustituible y que constituye un ejemplo v¨¢lido del tipo de relaciones multilaterales y de comunidad que Espa?a y nuestros respectivos pa¨ªses est¨¢n tratando de crear en todos los ¨¢mbitos.
Por eso, por lo invalorable de esta circunstancia, vemos con sorprendida preocupaci¨®n el incierto futuro que vive la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz en los ¨²ltimos meses. Queremos se?alar con esta carta nuestro punto de vista a los responsables del ¨¢rea administrativa que debe decidir sobre la suerte de la cl¨ªnica de la Concepci¨®n: creemos importante, no ya a escala de ministerios, sino como pol¨ªtica del Estado, el mantenimiento de esta Fundaci¨®n con bases de funcionamiento acordes con su amplia proyecci¨®n internacional.
Esperamos de las instituciones espa?olas que, una vez m¨¢s, sean espejo de sensatez, ahorr¨¢ndonos a todos la desagradable, por repetida, situaci¨®n de ver c¨®mo nuestros m¨¢s altos proyectos y esperanzas se detienen a mitad de camino.- y 21 m¨¦dicos latinoamericanos de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz.
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