Los mamelucos cargan contra el pueblo en la plaza de la Villa
Los mamelucos, con bombachos rojos, chaquetillas de fantas¨ªa y turbantes blancos, cargaron ayer contra el pueblo madrile?o en la plaza de la Villa y en el d¨ªa de la Constituci¨®n, en una reconstrucci¨®n de los sucesos del 2 de mayo de 1808. El espect¨¢culo obedeci¨® al rodaje de una escena de la serie dram¨¢tica Goya, que TVE emitir¨¢ en 1985 en seis episodios. Un d¨ªa de trabajo para una secuencia de minuto y medio del cap¨ªtulo quinto, titulado Yo lo vi.
Fue cosa digna de ver la confraternizaci¨®n en Casa Tino, en la calle Mayor, de mamelucos y patriotas en torno a unas ca?as durante los descansos del rodaje. Sobre todo porque antes y despu¨¦s de los recesos ambos bandos se enfrentaban con sa?a ante las dos c¨¢maras de cine del equipo que dirige Antonio Isasi-lsasmendi: los mamelucos, mercenarios egipcios al servicio de Napole¨®n, sobre caballos y con largos alfanjes; los patriotas, a pie y provistos de horquillas, garrotas y alg¨²n que otro pistol¨®n. Justo como en el c¨¦lebre cuadro de Goya sobre el 2 de mayo de 1808.De eso se trataba, de recrear aquellos hechos hist¨®ricos para una serie televisiva que se emitir¨¢ el pr¨®ximo a?o. Para empezar, los productores retocaron la Plaza de la Villa, sede principal del Ayuntamiento madrile?o, donde ayer, por ser D¨ªa de la Constituci¨®n, no hubo actividad oficial.
La caracterizaci¨®n de la placeta no fue complicada. Arrojaron arena sobre el suelo, taparon con cart¨®n piedra focos y canalones, y dieron instrucciones precisas para que en ning¨²n momento se filmaran el edificio central del Ayuntamiento ni la estatua de Alvaro de Baz¨¢n, levantados mucho despu¨¦s de la Guerra de la Independencia.
Tropa 'gabacha'
Los figurantes se situaron, pues, sobre el rinc¨®n de la plaza que va desde la Torre de los Lujanes a la Casa de Cisneros. A un lado la tropa gabacha: 22 mamelucos y 8 coraceros. Al otro, 250 patriotas, majos, majas y burgueses con levit¨®n y cuatro burros. Ante ellos, unos 80 miembros del equipo cinematogr¨¢fico: el productor Salvador Pons, el coguionista Gabriel Castro, el director Antonio Isasi-Isasmendi, c¨¢maras, electricistas, maquilladores y muchos m¨¢s. Detr¨¢s, polic¨ªas nacionales y municipales, y a¨²n m¨¢s alejados, cientos de espectadores espont¨¢neos.Isasi-Isasmendi tiene gripe y 38 grados de fiebre. Se tapa el cuello con una bufanda azul que, sin duda, no le evitar¨¢ un tremendo dolor de garganta al acabar la jornada. El director no cesa de dar bocinazos: "Oigan, est¨¦n atentos, que son ustedes muchos y se me despistan", o "No se apelotonen, no sonr¨ªan".
A veces se enfada de veras. Por ejemplo cuando los figurantes que hacen de patriotas no expresan con verosimilitud la indignaci¨®n del pueblo madrile?o aquel 2 de mayo contra el forzoso exilio en Bayona (Francia) de la Corte espa?ola y la presencia de 30.000 soldados franceses en Madrid al mando del general Murat. Luego, el director ve que entra en el cuadro un anciano con boina negra y aulla: "Quiten a ese se?or de ah¨ª".
El rodaje ha empezado de madrugada y terminar¨¢ con el ocaso. Las tomas se repiten. Un hombre mide la luz con un fot¨®metro; otro da un claquetazo; Isasi-lsasmendi grita "Preparados. Motor. Acci¨®n"; los mamelucos cargan a mandoblazos y dando alaridos; los espa?oles intentan resistir, y un patriota cae delante de la c¨¢mara con un tremendo tajo en el cuello.
Por la calle Mayor pasa un ambulancia con la sirena enloquecida; luego sobrevuela el centro de Madrid un helic¨®ptero de polic¨ªa y un agente de polic¨ªa nacional pregunta a un miembro del equipo: "Y esos se?ores del turbante, ?a qui¨¦n representan?".
Lo curioso, cuentan al alim¨®n Pons y Castro, es que Goya no vi¨® la carga de los mamelucos. Se lo cont¨® un testigo: su hijo Javier.
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