Warren Anderson
El presidente de Union Carbide, empresa implicada en la tragedia de Bhopal, en la India, es uno de los ejecutivos mejor pagados de Estados Unidos
El presidente de la firma norteamericana Union Carbide, Warren Anderson, detenido ayer durante unas horas por las autoridades indias a consecuencia de la responsabilidad de su empresa en la fuga de gas que ha causado la muerte de unas 2.500 personas en la ciudad de Bhopal, es uno de los altos ejecutivos mejor pagados de Estados Unidos.
Anderson es el t¨ªpico hombre de empresa que-se-ha-hecho-a-s¨ª-mismo. El hombre de negocios norteamericano comenz¨® a trabajar como vendedor comisionista y paso a paso lleg¨® a ocupar la direcci¨®n de uno de los gigantes mundiales en la industria qu¨ªmica con intereses complementarios en el campo de la fabricaci¨®n de bater¨ªas y de los productos pl¨¢sticos. Su salario anual es de unos 800.000 d¨®lares (casi 150 millones de pesetas), a los que hay que sumar una fuerte cantidad en concepto de beneficios complementarios.El director de la Union Carbide es un hombre apacible, que trata de evitar en la medida que puede el primer plano de la actualidad y cuya labor en los ¨²ltimos a?os ha sido la de aligerar la n¨®mina de la empresa, que ha experimentado un fuerte descenso en sus beneficios de un tiempo a esta parte. Pese a su actitud reservada, un funcionario de la compa?¨ªa calific¨® su decisi¨®n de trasladarse personalmente a la India para inspeccionar la situaci¨®n sobre el terreno como "t¨ªpicamente suya", muy en la l¨ªnea de "la responsabilidad es s¨®lo m¨ªa" que le caracteriza. Este portavoz a?adi¨® que Anderson viaj¨® a la India "conociendo todos los riesgos que entra?aba el viaje".
Warren Anderson, de 63 a?os, fue arrestado junto con dos ejecutivos de la firma, acusado de "responsabilidades y negligencia empresariales", aunque horas m¨¢s tarde fue puesto en libertad mediante el pago de una fianza cuya magnitud no se ha dado a conocer.
El director de la Union Carbide naci¨® en el barrio neoyorquino de Brooklyn, en el seno de una familia de origen sueco, particip¨® en la II Guerra Mundial como soldado y entr¨® a trabajar para la empresa en 1945 con la categor¨ªa de viajante a comisi¨®n. Desde ese puesto fue escalando posiciones hasta llegar al m¨¢ximo cargo dentro de la misma. En 1962 fue nombrado vicepresidente del sector de industrias qu¨ªmicas del gran conglomerado, de donde pas¨® a la vicepresidencia de la divisi¨®n internacional y, ulteriormente, a la presidencia del departamento de productos pl¨¢sticos e industrias qu¨ªmicas. En 1976 alcanz¨®, finalmente, la presidencia de todo el grupo industrial Union Carbide, puesto desde el que, en uni¨®n de su antecesor en el cargo, William Sneath, llev¨® a cabo una vasta operaci¨®n de limpieza de la compa?¨ªa que permiti¨® restablecer en los ¨²ltimos a?os la salud financiera de la misma. En el curso de los a?os ochenta la firma abandon¨® sus intereses industriales en una treintena de ¨¢reas de negocio, que iban desde la producci¨®n de scanners para la cirug¨ªa cerebral hasta la pesca de la gamba en Indonesia, que no eran suficientemente rentables, para concentrarse en tres sectores b¨¢sicos de productos industriales y de consumo directo.
En los dos ¨²ltimos a?os, es cierto, sin embargo, que, pese a tanto aligeramiento de peso muerto, los beneficios de la empresa han descendido a causa de una coyuntura de saturaci¨®n internacional en el campo de la petroqu¨ªmica y de los problemas por los que atraviesa la industria del acero norteamericana abocada a una guerra transatl¨¢ntica con los productores de los pa¨ªses de la CEE.
Los beneficios despu¨¦s de impuestos de la Union Carbide se redujeron a 79 millones de d¨®lares en 1983 de un total de 3 10 millones registrados el a?o anterior, aunque las previsiones para fines de este a?o auguran una mejora en los resultados contables. Con todo, no hay que descontar los efectos negativos que pudiera producir en los inversores y en el consumidor en general la tragedia de la ciudad india. Como consecuencia inmediata de ello las acciones de la compa?¨ªa cayeron el jueves en Wall Street de 44,50 a 39 d¨®lares. S¨®lo un mago, no s¨®lo de la empresa sino tambi¨¦n de las relaciones p¨²blicas, podr¨ªa darle la vuelta a la situaci¨®n causada por el desastre de Bhopal. Warren Anderson lo sabe.
M¨¢s informaci¨®n en las p¨¢ginas 2 y 3
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