La noche de los corazones legendarios
El vel¨®dromo de Anoeta registraba una asistencia de cerca de 10.000 personas, donostiarras en su mayor¨ªa, aunque varios contingentes de rockeros se hab¨ªan desplazado desde diferentes puntos de Espa?a para asistir al concierto. En el escenario, una estructura de metal, un poderoso juego de luces y los instrumentos a los que hab¨ªan de incorporarse Leonard Ferraro, bater¨ªa, Fernando Saunders, bajista, Peter Wood, teclista, Robert Quine, guitarra, y Lou Reed, guitarra y voz solista.A las 20.20 la banda irrumpi¨® en el escenario a los acordes del tradicional Sweet Jane. A partir de ese momento la magia, ausente en la mayor parte de los conciertos de los ¨²ltimos tiempos, hizo una imparable y duradera aparici¨®n. Lou Reed lo vio claro y comenz¨® a desgranar el rosario de sus m¨²sicas con un afable comentario antes de cada canci¨®n.
Concierto de Lou Reed
Domingo 9 de diciembre, a las ocho de la tarde.Vel¨®dromo de Anoeta. San Sebasti¨¢n.
La contestaci¨®n casi siempre fue la ovaci¨®n y el griter¨ªo por parte de un p¨²blico que deliraba al reconocer el principio de cada tema. Waiting for my man, There's she goes again, White light-White heat, de los tiempos de la tortuosa Velvet Underground; Satellite of love y Walk on the wild side, esta ¨²ltima, momento ¨¢lgido en cualquier actuaci¨®n del ¨ªdolo; Street Hassle, Legendary hearts, en una brillante versi¨®n ac¨²stica. Y tambi¨¦n las canciones de su ¨²ltimo ¨¢lbum, Turn to me, Down in the Arcade, My red joystick, Doing the things we want to do, I love you, Sazanne, y New sensations.
Fueron dos horas de concierto en las que Lou Reed se entreg¨® de forma emocionante. Parec¨ªa sorprendido del entusiasmo que estaba despertando, y tal vez quisiera quitarse la espina de su ¨²ltima actuaci¨®n-caos en Madrid. Lo cierto es que cant¨® con ganas, toc¨® la guitarra con frenes¨ª, bail¨® con regocijo y en todo momento dirigi¨® a la banda, que le arropaba con una cascada de sonidos m¨¢s parecidos a Velvet que a los ¨²ltimos ¨¢lbumes. Lou Reed apuesta ahora m¨¢s que nunca por la electricidad.
En el bis sonaron cuatro temas, de los que Some kinda love y Rock and roll, n¨²mero final, se llevan la palma. Y despu¨¦s, de nuevo a la calle, comprobando c¨®mo la m¨²sica de este dif¨ªcil personaje neoyorquino posee la clave para transformar en legendarios a los casi 10.000 corazones que acudieron a verle.
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