La mayor¨ªa del congreso extraordinario respald¨® a Felipe Gonz¨¢lez
Quienes permanecieron muy cerca del l¨ªder socialista en aquel cr¨ªtico 20 de mayo de 1979 est¨¢n convencidos de que el dimisionario no temi¨® convertirse en un cad¨¢ver pol¨ªtico, pero s¨ª estuvo persuadido de que habr¨ªa de apartarse del primer plano por alg¨²n tiempo. Incluso lo dese¨®. Sin embargo, bastaron unas horas para ver que nadie se atrev¨ªa a formar otra direcci¨®n.
Enrique Tierno lo intent¨®, primero sobre la base de hombres del Partido Socialista Popular (PSP) y despu¨¦s en contacto con Luis G¨®mez Llorente, Francisco Bustelo, Pablo Castellano y otros. La mayor parte de las delegaciones negaron su apoyo, una vez conocida la renuncia de Felipe Gonz¨¢lez.Finalizado el 28? congreso sin elecci¨®n de una comisi¨®n ejecutiva, las tensiones y los malestares difusos cristalizaron en dos sectores. Uno de ellos, en torno a Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra, trabaj¨® durante todo el verano para organizar una ponencia pol¨ªtica com¨²n y un esquema de candidatura a la comisi¨®n ejecutiva, de cara al congreso extraordinario, que fue convocado para finales de septiembre.
Felipe Gonz¨¢lez plante¨®, a lo largo del verano, que el PSOE ten¨ªa que madurar r¨¢pidamente, "porque la sociedad no puede esperar 10 a?os a que madure el partido". Descart¨® la dicotom¨ªa entre reforma y revoluci¨®n -"el cambio es ¨²nicamente posible por la reforma"- y dijo que el partido ten¨ªa que establecer una "cl¨¢usula de salvaguardia" de las instituciones, que permitiera al PSOE asumir las responsabilidades de poder, en una situaci¨®n de emergencia. El partido socialista -vino a decir- no s¨®lo era el instrumento de un proyecto de izquierda, sino la garant¨ªa de que exist¨ªa una alternativa de Gobierno si UCD se desmoronaba.
En el campo de los cr¨ªticos, la entrada en escena de G¨®mez Llorente cambi¨® un poco la orientaci¨®n del sector: ya no se trataba de un puro debate ideol¨®gico, sino de discutir los m¨¦todos para hacer realidad la democracia interna en el PSOE y las alianzas pol¨ªticas posibles. "Si alguien pretende confundir el poder con el Gobierno, entonces ya no tenemos nada que hacer", dijo. "Fijarse exclusivamente en la llegada al poder institucional conlleva los peligros del electoralismo (sacrificar determinados planteamientos en funci¨®n de la obtenci¨®n de m¨¢s votos) y del parlamentarismo (creer que cuando tengamos la mayor¨ªa parlamentaria vamos a poder realizar nuestros ideales sin m¨¢s)".
Al propio tiempo, nuevas voces se sumaron al debate socialista. As¨ª, Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall declar¨® que no hab¨ªa alternativa a la estrategia seguida hasta ese momento por el PSOE y que no pod¨ªa "arrojarse por la borda" el papel jugado por la socialdemocracia en Europa.
Los m¨¦todos de representaci¨®n provocaron dos operacio nes pol¨¦micas. En Andaluc¨ªa, Alfonso Guerra y Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla prepararon un pacto entre las federaciones provinciales para lograr una postura ¨²nica, tras convencer a los sectores inicialmente menos vinculados, como los de Jos¨¦ Vida (Granada) y Joaqu¨ªn Navarro (Almer¨ªa). Ello permiti¨® formalizar el llamado pacto de Antequera, por el cual Alfonso Guerra adquiri¨® el derecho a votar por el 25% del partido.
Sin voz ni voto
En Madrid sucedi¨® lo contrario. Felipe Gonz¨¢lez era miembro de esa federaci¨®n, pero los cr¨ªticos ten¨ªan sus hombres principales en la misma: Luis G¨®mez Llorente, Francisco Bustelo, Fernando Mor¨¢n, Manuel Abej¨®n, Jos¨¦ Antonio Elola, Carlos L¨®pez Riaflo. Entre ambos sectores se interpuso Alonso Puerta, entonces secretario general de la organizaci¨®n madrile?a, quien se declar¨® partidario de una tercera v¨ªa y de este modo se convirti¨® en el ¨¢rbitro de la situaci¨®n.En virtud del sistema representativo, tanto Felipe Gonz¨¢lez como los cr¨ªticos tuvieron que acudir, sin voz ni voto, al congreso extraordinario, porque Puerta concentr¨® en su persona esas dos facultades, a las que ten¨ªa derecho como portavoz.
Los cr¨ªticos lograron s¨®lo el 7% de los sufragios en el congreso extraordinario. Los moderados terminaron asumiendo el marxismo como "metodolog¨ªa", adem¨¢s de t¨¦rminos graniscianos, como el de la formaci¨®n de un "bloque social para el cambio". Pero, sobre todo, crearon la mayor¨ªa que produjo la gran victoria de Felipe Gonz¨¢lez.
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