Silencio
Hartos ya los vascos de tanto estr¨¦pito, se han abonado ahora a la ley del silencio. Me salen los dirigentes del PNV de una reuni¨®n cr¨ªtica y deciden no decir ni p¨ªo hasta que las bases decidan sobre el conflicto interno que divide a los dirigentes del partido y a los miembros del Gobierno de Garaikoetxea. Horas despu¨¦s se re¨²ne parte del Gobierno con supremos representantes del PSOE en Euskadi, y a la salida, de nuevo, la ley del silencio. A Txiki Benegas se le escapa una sonrisa y comenta: "Algo se ha avanzado". Pero nada m¨¢s. Es decir, ni nos dice qu¨¦ alineaci¨®n presentar¨¢ el domingo ni si jugar¨¢ al tres-tres-cuatro o al cuatro-tres-tres, ni juzga la labor arbitral, ni quiere dar su opini¨®n sobre si la ca¨ªda de Garc¨ªa Damborenea se produjo dentro o fuera del' ¨¢rea.Hasta ahora este tipo de comportamientos se hab¨ªa producido en el pueril mundo del f¨²tbol. En situaciones de crisis, los directivos y algunos t¨¦cnicos y jugadores han considerado que esa crisis existe porque la Prensa habla de ella y han recurrido a pactos de silencio. Ser¨ªa dif¨ªcil mantener que los problemas de Euskadi existen porque la Prensa quiere airear informaci¨®n o ejerce de especuladora irresponsable. M¨¢s l¨®gico ser¨ªa pensar que los en parte responsables de la olla de grillos al pilpil vasca tienen la cabeza llena de ruidos y les duele hasta por el simple eco de sus propias pisadas. Silenciar que las bases del PNV han de decidir Garaikoetxea s¨ª-Garaikoetxea no y silenciar que el acuerdo entre el Gobierno vasco y el PSOE es la clave de la supervivencia pol¨ªtica de Garaikoetxea y de un serio reajuste de fondo en la estrateg¨ªa del PNV puede crear ilusiones ac¨²sticas, como las falsas apariciones o desapariciones crean ilusiones ¨®pticas.
Cualquier mediano observador de la vida pol¨ªtica puede llegar a la conclusi¨®n de que la impotencia democr¨¢tica por renovar el lenguaje, que no es lo mismo que renovar el vocabulario, suele derivar hacia la conciencia de la inutilidad del lenguaje y el agredecimiento del silencio. Tal vez el silencio sea la forma m¨¢s ¨¦tica del no decir que sigue caracterizando el lenguaje pol¨ªtico de la viejamente nueva democracia espa?ola.
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