Minnelli y Hollywood
En la obra, por muchos conceptos singular, de Vincente Minnelli, Dos semanas en otra ciudad, filme realizado en 1962, tiene un antecedente: Cautivos del mal, una de las obras maestras de Minnelli, realizada algo m¨¢s de una d¨¦cada antes. La primera es, en cierta manera, una continuaci¨®n algo rebuscada de la segunda, pero los hilos de continuidad entre ambos filmes son, pese a ese rebuscamiento, muy fuertes. Cada pel¨ªcula puede contemplarse aislada de la otra, pero su visi¨®n una tras de otra enriquece a ambas. Dos semanas en otra ciudad emplea, a modo de flashback, secuencias e im¨¢genes de Cautivos del mal, pero el parentesco entre ambos filmes es m¨¢s que el que proporcionan unas pocas im¨¢genes comunes.Ambas son pel¨ªculas sobre el mundo del cine y, en concreto, sobre Hollywood. Cautivos del mal es una penetraci¨®n, con armas minnellianas qu¨ªmicamente puras, en el enrarecido universo del Hollywood de la plenitud, un mundo que ya presagiaba en su opulencia su di¨¢spora y su derrumbamiento. Dos semanas en otra ciudad es la expresi¨®n, con armas de la misma marca, en esa di¨¢spora y esa decadencia.
Todo en ambos filmes es hist¨®ricamente discutible, pero en su inexactitud hay huellas de una veracidad m¨¢s profunda que la de los datos: hay an¨¢lisis y, bajo este an¨¢lisis, dolor. Minnelli sin Hollywood es impensable y ¨¦l lo supo siempre: su canto a la gloria y al horror de Hollywood le concern¨ªan hasta tal punto que estas pel¨ªculas, que en manos de otro director menos comprometido con lo que narraba hubieran derivado hacia la cr¨®nica, en Minnelli desembocaron fatalmente en un lirismo casi desmedido.
Direcci¨®n de actores
Dos semanas en otra ciudad compendia las virtudes y defectos de este gran e irregular cineasta, uno de los pocos directores de los a?os prepotentes de la marca-apisonadora Metro Goldwyn Mayer que alcanz¨® un estatuto indiscutible de autor, de elilitista consentido, al que se le permit¨ªa poner en los filmes que realizaba su sello propio, incluso por encima del de la marca de f¨¢brica. Se le considera especialista del cine musical, de la comedia y del melodrama refinado; pero en realidad fue un raro especialista de s¨ª mismo que, por encima de su condici¨®n de hombre de equipo, sab¨ªa poner en sus obras una se?a acusada de su identidad.Fue un sutil director de actores, sobre todo de estrellas, de las que sacaba a veces un raro partido, de tal manera que en sus pel¨ªculas parec¨ªan distintas de su clis¨¦ habitual, y en Dos semanas en otra ciudad lleva muy bien, combinando el rigor con la libertad, las actuaciones de Kirk Douglas, que fue tambi¨¦n el eje de Cautivos del mal, de Edward G. Robinson y de Cyd Charisse, entre otros.
Dos semanas en otra ciudad se emite hoy a las 22.40 por la primera cadena.
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