Marion Brown, la madurez del fauno
Como otros destacados cultivadores del free de los sesenta, Marion Brown, el fauno de Georgia, aprovech¨® que estaba de vuelta de aventuras para hacer una paradita en el colegio mayor San Juan Evangelista, donde tal vez por cosa de la costumbre el jazz suena mucho mejor.F¨ªjense si ser¨¢ cierto lo de destacado cultivador del free de los sesenta que Marion Brown tom¨® parte incluso en Ascencion, la summa coltraniana del estilo. La verdad es que Marion Brown pegaba muy bien en aquel tipo de saraos entre ex¨®ticos y acumulativos, a los que su cuidada sonoridad a?ad¨ªa una nota de color.
Menos guerrero
Pero ahora Brown, sea porque la madurez lo ha hecho menos guerrero, sea porque se toma en serio su licenciatura de Etnomusicolog¨ªa, anda de lo m¨¢s escueto, y se deja acompa?ar ¨²nicamente por bajo y bater¨ªa. Ascetismo que extrema tocando bastantes pasajes a d¨²o con cada uno de sus m¨²sicos, e incluso a veces solo del todo.
Marion Brown tr¨ªo
Colegio mayor San Juan Evangelista. Madrid, 14 de diciembre de 1984.
Marion Brown no enga?a con su aspecto, y est¨¢ igual que en las fotos, que aqu¨ª hemos de guiarnos por esas cosas. Todo lo m¨¢s trata de poner al d¨ªa su imagen con un atav¨ªo discretamente posmoderno. Su m¨²sica, que es al fin y al cabo lo que importa, sigue plenamente vigente, lo mismo si se mete en temas modales y encanta a miles de serpientes, como si Coltrane siguiera vivo, que si se va por el lado del calipso, siempre agradecido y para el que Marion Brown muestra predisposici¨®n.
Lo mejor de todo fue una interpretaci¨®n preciosista de Reflections, sin duda en recuerdo de la m¨²sica de Thelonious Monk. Toc¨® tambi¨¦n Brown un blues sin acompa?amiento, saxo alto a pelo, con veracidad y un escrupuloso sentido del tempo, lo que ayud¨® a que el p¨²blico cooperara bien con las palmas.
Igual de oportunos estuvieron los del San Juan con los focos y, de repente, el escenario se ti?¨® de azul. Como ven, otra ventaja de los conciertos de estos h¨¦roes cansados del free jazz es que inspiran la literatura f¨¢cil.
El bater¨ªa, Everett Sangoma, record¨® a Billy Higgins intermitentemente en la m¨²sica y siempre en la sonrisa. Jack Gregg, contrabajo, era el ¨²nico blanco, desventaja que el hombre trataba de compensar con una barba poblada; una barba de otros tiempos. Gregg es un buen m¨²sico, de fraseo quiz¨¢ poco ¨¢gil, pero esto tambi¨¦n lo compensa inclin¨¢ndose hacia la l¨ªnea de los vanguardistas reposados y poderosos, tipo Charlie Haden.
Marion Brown actu¨®, como es costumbre en el colegio mayor San Juan Evangelista, en sesiones de tarde y noche. En la sesi¨®n nocturna del San Juan hubo una primera parte a cargo del grupo local Jazz el Destripador, que procede de Jazzt¨¢ (finalista en la ¨²ltima muestra del reciente festival de jazz madrile?o) y en el que para esta ocasi¨®n se juntaron algunos de los m¨²sicos y espont¨¢neos m¨¢s activos de la capital.
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