Una LOAPA en casa

Los dos conflictos que han mantenido en vilo habitualmente las relaciones entre el Gobierno central y el PNV sobre los techos auton¨®micos tienen dos nombres: LOAPA y cupo.La ley org¨¢nica de Armonizaci¨®n del Proceso Auton¨®mico (LOAPA) repart¨ªa las competencias entre la Administraci¨®n central del Estado y las comunidades aut¨®nomas. Su negociaci¨®n, el ambiente que cre¨® y las discrepancias derivadas de ella a punto estuvieron en m¨¢s de una ocasi¨®n de romper la baraja en el juego del equilibrio inestable. que siguen el Gobierno de la naci¨®n y el Ejecutivo aut¨®nomo.

El otro contencioso, el cupo, acarrea cada a?o unas cuantas semanas de incertidumbre. Ambas partes rompen los bisbiseos y murmuraciones tradicionales de las v¨ªsperas para irrumpir en la pol¨¦mica tarea de establecer la cantidad que el Pa¨ªs Vasco ha de pagar a la Administraci¨®n central por los servicios que ¨¦sta presta en la comunidad y contribuir a sufragar las denominadas cargas generales del Estado. La discusi¨®n sobre los criterios para fijar tal cuant¨ªa ha hecho temer tambi¨¦n muchas veces que los naipes saltaran por los aires.

Ahora, el Gobierno vasco, constituido contra su voluntad en Gobierno central, se ha enfrentado a las tesis de las diputaciones, es decir, los gobiernos territoriales. Parad¨®jicamente, los puntos de conflicto sonaban conocidos: la ley de Territorios Hist¨®ricos, que marca las competencias de las distintas instituciones de gobierno; y la aportaci¨®n econ¨®mica que las diputaciones han de llevar a las arcas del presupuesto general de la comunidad.

No ha de extra?ar que alguna interpretaci¨®n ligeramente aviesa resalte que el lendakari ha tenido que resolver en casa una competici¨®n que antes dilucidaba en campo contrario y jugando al contraataque, t¨¢ctica ¨¦sta que suele ser m¨¢s c¨®moda. Haciendo abstracci¨®n de las abundantes diferencias entre ambas situaciones, parece claro que se ha encontrado con una LOAPA en la cocina.