En vacaciones, todos a casa
Los enfermos ocupan por unos d¨ªas la cama que abandonaron
En estas fechas, por las especiales connotaciones que tienen, es frecuente que los m¨¦dicos den el alta hospitalaria a todos aquellos pacientes que puedan ser trasladados temporalmente a sus domicilios. Una persona enferma se siente m¨¢s feliz rodeada de sus familiares y amigos, en un entorno que conoce y en el que su curaci¨®n puede verse favorecida si es convenientemente atendida. Pero esto precisamente, la atenci¨®n y cuidados de un enfermo, supone un esfuerzo mental y ps¨ªquico para el resto de los miembros familiares que se traduce frecuentemente en estr¨¦s y depresi¨®n.Lo mejor para evitarlo es repartir el trabajo equitativamente y racionalizarlo en lo posible con unas sencillas normas para reducir al m¨¢ximo las dificultades. Los cuidados a un enfermo var¨ªan sensiblemente seg¨²n el tipo de dolencia, pero en todos los casos confluyen unos puntos relativos, m¨¢s bien, a la actitud que se debe mantener con una persona enferma, teniendo en cuenta que su emotividad se encuentra tambi¨¦n afectada.
Por ello, tan negativo resulta descuidarle como tener con ¨¦l unos cuidados excesivos. Hay que motivar siempre a un paciente para que realice por s¨ª mismo todo lo que pueda hacer, como lavarse o cambiarse de ropa. Esto le dar¨¢ independencia, estimul¨¢ndolo hacia una total recuperaci¨®n. Generalmente se comete el error de sobrecuidarlo al inicio de la enfermedad para pasar despu¨¦s, si ¨¦sta se prolonga, a una actitud que ¨¦l puede interpretar como de abandono.
Es importante tambi¨¦n que se mantenga la habitaci¨®n en orden y aseada, cambiando la ropa de la cama siempre que sea necesario y situando cerca de ella una mesa auxiliar con los libros, revistas, equipo de m¨²sica, una jarra con agua y otros objetos que utilice habitualmente, como papel para escribir. Cuando la estancia en cama sea muy prolongada, conviene que la persona enferma se acomode en la habitaci¨®n m¨¢s cercana al centro neur¨¢lgico de la casa. As¨ª se rompe su sensaci¨®n de aislamiento.
Lo que no debe situarse cerca del enfermo, precisamente, son los medicamentos, especialmente si se trata de personas de edad avanzada, ya que por error pueden suministrarse dosis equivocadas. Conviene asegurarse siempre de que sigue exactamente el tratamiento prescrito, y, por ejemplo, a los ni?os -los m¨¢s reacios en ocasiones a tomar medicamentos- conviene explicarles en t¨¦rminos comprensibles para su edad la naturaleza de su enfermedad y la finalidad de los medicamentos que debe tomar. El truco de intentar enga?ar a un ni?o con los sabores de los medicamentos no s¨®lo es in¨²til, sino que puede resultar peligroso si en un descuido est¨¢n a su alcance los medicamentos.
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