Bib¨ª Andersen
Se es nueva por voluntad de serlo. Se es espa?ola por fatalidad de serlo. Se es nueva espa?ola por una vocaci¨®n o un proyectivo sugestivo de vida, cumplido. Bib¨ª Andersen se confiesa "nueva espa?ola". ?Qu¨¦ es la feminidad? Un concepto. Hay, como dijera el viejo maestro, "mujeres que tienen noches de capit¨¢n". Hay criaturas que tienen d¨ªas furiosamente, desesperadamente femeninos.
Gigi Corbetta y yo la esperamos en nuestra tertulia habitual, en un gran hotel de Madrid. Llega envuelta en telas amplias t¨²nicas vagas y cosas muy elegantes. Trae el pelo recogido y gafas negras. Bebe cocacola. Bib¨ª Andersen nunca toma alcohol.-?Por qu¨¦ el pelo recogido?
-Por comodidad. Ma?ana me lo soltar¨¦ para las fotos. Tengo que ir a la peluquer¨ªa.
-?Por qu¨¦ las gafas negras?
-Tengo un grano aqu¨ª. (Se las quita y aparecen sus ojos prodigiosos).
Gigi se acerca a ver el grano. No la conoc¨ªa y aprovecha para verla muy de cerca. Hay criaturas que, miradas penetrativamente, se desdoblan en otras criaturas.
-Antes eras una especie de cosa muy sexy, Bib¨ª, y ahora te encuentro convertida en una especie de gran dama. -Bueno, una va evolucionando con el tiempo.
Efectivamente, habla con una fluidez que antes no ten¨ªa, acierta m¨¢s en lo peque?o, siendo ella tan grande, y ha perdido todo acento regional.
Sin embargo, destroza la cajetilla de tabaco, terminada, dentro del pu?o, casi como un hombre. Las mujeres suelen destruir las cajetillas de una manera m¨¢s felina, mediante un juego de u?as.
-Bib¨ª, amor, el equ¨ªvoco.
-No hay ning¨²n equ¨ªvoco. Yo soy una actriz, tengo una personalidad y ya est¨¢.
-Recuerda nuestros viejos tiempos de Barcelona de noche.
-Aquello forma parte de mi vida, de mi biograf¨ªa, pero est¨¢ superado. (Luis Cantero me pas¨® una vez a su camerino de Barcelona de noche, y all¨ª se nos mostr¨® des nuda, monumental y andr¨®gina salvo un esparadrapo sobre el sexo. Luego, los loquitos de la gran noche paulmorandiana me dec¨ªan: "Ser¨¢ hombre o mujer, me da ya lo mismo, pero yo la amo, yo la amo").
-Nunca volver¨¢s al cabaret.
-Nunca. L¨¢stima, porque uno cre¨ªa que era lo suyo, en lo que el cabaret canalla tiene de barrac¨®n de feria para criaturas teratol¨®gicamente bellas e impares. Ahora prefiere el cine y la revista.
-?C¨®mo fue La noche m¨¢s hermosa?
-Guti¨¦rrez Arag¨®n me enga?¨®. Tengo el gui¨®n en casa y no corresponde con algunas cosas que se dicen en la pel¨ªcula.
Definitivamente, no quiere jugar al equ¨ªvoco. "Quiero quedar por mi trabajo, seguir en mi trabajo, superar la imagen que ten¨ªa, porque eso ya iba a durar poco tiempo. Ahora preparo un gran musical, una gran revista". Bib¨ª Andersen tiene la cabeza hermos¨ªsima, de una gracia romana atenuada, de un clasicismo pasado como por el cine. Bib¨ª Andersen tiene la tr¨¢quea prominente y las manos grandes.
-Yo ya te he visto en otras revistas, Bib¨ª.
-S¨ª, pero entonces s¨®lo era un elemento decorativo, porque no me dejaban ser otra cosa. Ahora pretendo que la revista, naturalmente, gire en torno de m¨ª, o de personaje que se ha creado sobre m¨ª, pero tambi¨¦n me preocupa, y mucho, tener un buen c¨®mico que podr¨ªa ser Saza. Y un buen conjunto de chicas.
La revista es un g¨¦nero que est¨¢ renaciendo, como,versi¨®n espa?ola del music/hall. Se restauran viejos revistones y se inventan otros nuevos. Bib¨ª Andersen, liberada del cabaret/barrac¨®n, pudiera encontrar aqu¨ª su g¨¦nero. No parece confiar mucho, ya, en los directores de cine. -?Y hasta qu¨¦ punto vas a desnudarte en la revista, Bib¨ª?
-Hasta donde sea necesario, pero conste que quiero hacer un tipo de revista para todo el mundo, una cosa para mayores y ni?os, sin caer en los viejos chistes verdes ni nada de eso.
La presencia enigm¨¢tica de Bib¨ª siempre es un est¨ªmulo y una r¨¦mora, al mismo tiempo, para su interlocutor. De ella emana un halo/hembra que Gigi me dice que, sentido de cerca, es un halo/macho. Est¨¢ lo del cine Yo quer¨ªa preguntarle a Bib¨ª lo del cine:
-?No crees que con tu personaje, con tu leyenda, con tu equ¨ªvoco, se podr¨ªa hacer una gran pel¨ªcula, llena de morbo, una pel¨ªcula diferente?
-No. En absoluto. Yo me negar¨ªa a interpretar eso. Que lo haga otra.
Se equivoca, claro. Si quiere ir de Greta Garbo por la vida, se equivoca. Se lo dije una vez, en otra tarde ¨ªntima: "El equ¨ªvoco, Bib¨ª, la ambig¨¹edad, lo tuyo es la ambig¨¹edad: no pierdas ese tesoro. El secreto est¨¢ en tu secreto".
Ni caso. Bib¨ª Andersen e criatura plurisexual, multisexual. Uno se enamora de ella urgente mente y no sabe, de pronto, si se ha enamorado de ella o de ¨¦l. ?Qu¨¦ es ser mujer, qu¨¦ es ser hombre? Aparte configuraciones externas, uno se elige mujer u hombre, como hubiera dicho el viejo Sartre de nuestro COU existencialista. "Elegir es limitarse", nos ense?aba Balzac. Quiz¨¢ Bib¨ª ha optado por no limitarse, por no elegir. ?Y el viejo proyecto sartriano en que el camarero se eleg¨ªa camarero? Sartre no hab¨ªa estado nunca en Barcelona de noche.
-Bib¨ª, ahora todas las estrellas anuncian cosas. ?T¨² nunca has anunciado nada?
-No me hables. Hubo un tiempo en el que anunciar cosas fue una obsesi¨®n para m¨ª. Pero nadie me llamaba.
(Aqu¨ª, nuestra modesta teor¨ªa de que el anuncio anuncia al anunciador: la personalidad de Fern¨¢n-G¨®mez o de Cela, un suponer, se sobrepone al producto que anuncian, cuando lo han anunciado: el anunciador torna opaco lo anunciado). Bib¨ª Andersen fuma mucho, rubio, pero no se toma la cocacola, que se melancoliza en el hielo. -?Y qu¨¦ productos te habr¨ªa gustado anunciar, Bib¨ª?
-Yo qu¨¦ s¨¦. Lavadoras, licores, perfumes.
(No ha dicho tampax ni bragas: ah¨ª quer¨ªa uno llegar: BA tiene conciencia de sus limitaciones, o de sus libertades).
-Antes lo ense?abas casi todo. Ahora vas de gran dama. Cualquier d¨ªa te eligen entre las 10 m¨¢s elegantes de Madrid.
-Yo creo que ya no tiene sentido andar por ah¨ª provocando con el cuerpo. Me pongo lo que me gusta y lo que me queda bien. Mido uno ochenta y tres, que es estatura que s¨®lo tiene la Domingu¨ªn.
Voz ronca de Bib¨ª Andersen, voz oscura y fuerte de tantas inu jeres, voz fascinante por cuanto nace de una tr¨¢quea de configuraci¨®n vagamente masculina, voz sexual: es m¨¢s sexual la criatura en quien los ingredientes masculino/femeninos est¨¢n casi igualados (seg¨²n biolog¨ªas), que aquella que presenta un amplio predominio gen¨¦tico de uno de los sexos. Bib¨ª es como el David de Donatello vestido por Pedro del Hierro. Bib¨ª es como la Venus de Milo atuendada de tarde por Yves Saint-Laurent. Bib¨ª es la postmodernidad unisexual que, con un poco m¨¢s de imaginaci¨®n y de libros, andar¨ªa hoy de musa de todas las postmodernidades horteras (sexos variados). Pero Bib¨ª se ha elegido gran dama de la escena, algo as¨ª como una Carmen de Lirio at¨®mica de los ochenta. Uno nunca sabe en qu¨¦ puede parar eso.
-Eres perezosa. -Soy perezosa. Tendr¨ªa que estudiar m¨¢s.
-La vedette de revista tiene que ser graciosa.
-Yo no soy graciosa.
Cada uno de mis encuentros con Bib¨ª Andersen es como el encuentro con el p¨¢jaro/grifo o el hipogrifo violento: el acercamiento a una especie rara y m¨¢gica, bella y temible, con la que no hay di¨¢logo real (el que convendr¨ªa a la magnitud del encuentro), sino s¨®lo di¨¢logos convencionales. Si lo suyo es una obra de arte, un milagro de la voluntad, la verdad es que el milagro le ha salido milagroso. Mientas en las aceras de la Castellana se vende una ambig¨¹edad muy poco ambigua, Bib¨ª Andersen, como Oscar Wilde, ha hecho de la ambig¨¹edad una obra de arte, y esto es lo que ella, con m¨¢s libros, repito (talento le sobra), debiera vender.
O quiz¨¢ nos lo est¨¦ vendiendo genialmente, como quien no vende nada, por lo que dice a seguido:
-Mi leyenda est¨¢ ah¨ª, yo ya cuento con ella, no necesito fomentarla, s¨¦ que funciona. A partir de eso, lo que tengo que hacer es otra cosa.
-Bib¨ª.
-Qu¨¦. -Qu¨¦ uno te quiere y no sabe uno c¨®mo quererte.
R¨ªe con su masculina risa femin¨ªsima. No quiere que Gigi le haga fotos, porque tiene un grano y un flem¨®n, dice ella, y porque no ha ido a la peluquer¨ªa: la raz¨®n final siempre es la verdadera, como tendr¨ªa que haber dicho su hermano natural y lontano, t¨ªo ?scar. Pero Gigi Corbetta y el entrevistador quedamos conjurados para que este italiano genial entre en su casa, con todas las artes del retrato, y le haga una cosa muy sexy, muy femenina, muy superhembra.
-?Con el pelo rizado o liso? -pregunta, ingenua por primera vez, femeninamente ingenua.
-Con el pelo como te d¨¦ la gana, amor, pero una cosa que mi maestro Luis Berlanga pueda considerar "ereccional".
?Qu¨¦ es la feminidad? Un concepto. Hay mujeres que tienen "noches de capit¨¢n". ?Bib¨ª Andersen? "Os dejo porque me voy a la pelu". Se ha elegido mujer, aparte de serlo, con una firmeza vocacional que a Sartre le hubiera corroborado en s¨ª mismo. Como ¨¦l se eligi¨® escritor, o sea. Ha hecho del ser mujer una obra de arte, a partir de no sabemos qu¨¦. Eso ser¨¢ lo que quede de ella. El vivir, como t¨ªo ?scar dijera de s¨ª mismo, a otros efectos, "por encima de sus posibilidades". Y se va. Es una criatura que se merece el amor de Baudelaire. "Umbral, cielo, adi¨®s, amor, chao, nos estamos viendo".
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