Loquirradio
He asistido recientemente a distintas conversaciones replanteadoras del programa televisivo La Orquesta, de Luis Arribas Castro. Casi todas, conversaciones nost¨¢lgicas sobre lo interesante que fue el programa como anti-televisivo, como propuesta de ruptura del lenguaje convencional que TV emplea en programas con participaci¨®n del p¨²blico. Tal vez perjudic¨® a Arribas Castro el hecho de ser conocido sobre todo dentro del mercado radiof¨®nico catal¨¢n, conocido como un radiofonista precursor de la loquiradio po¨¦tica. De Arribas Castro al Loco de la Colina hay un proceso l¨®gico e il¨®gico que relaciona dos fen¨®menos de una posible radio surrealista, basada en la personalidad del medium.
Tambi¨¦n la personalidad del medium Manolo Farreras condiciona el mensaje de esa radio imaginativa y contracultural en la que Radio Nacional de Espa?a ha vertido ¨²ltimamente demasiado bromuro. Pero los programas de Manolo Farreras tratan de subvertir los g¨¦neros radiof¨®nicos tradicionales y los c¨®digos sonoros que la radio ya ha acu?ado. Manolo Farreras aporta el significante de una voz "marginal", llena de proteinas de disidencias no por menores menos radicales, a guiones que en ocasiones se han acercado a lo magistral. En cambio Jes¨²s Quintero o Arribas Castro han hecho de su punto de vista arbitrario ante los hechos o las personas la materia prima de su especial locura radiof¨®nica y han conseguido imponerla a un p¨²blico adicto.
Acostumbrado a hacer una radio sado-masoquista y a la vez financiada por marcas publicitarias, Arribas Castro es un arist¨®crata que asume la publicidad que le respalda convirti¨¦ndose en el pollo que anuncia. Para conseguir esa atadura m¨¢gica hertziana, Farreras, Quintero o Arribas Castro cuentan con la ambici¨®n imaginativa de un p¨²blico dispuesto a imaginar lo imposible. ?Puede el p¨²blico de la televisi¨®n entrar en un juego audiovisual equivalente? Dejando el caso Tola, la poca paciencia manifestada con La Or uesta permite que sobreviva la inc¨®gnita y que Arribas Castro haya vuelto a la loquiradio con su sombrero de Napole¨®n construido con las p¨¢ginas de los diarios que critican a TV.
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